A
Alfredo Moreno
Amigo inolvidable
En aquellos días embriagó en el ánima
de una generación La tierra prometida.
La Arcadia de los Andes.
Aún permanece en uno de los rincones de aquel pueblecito la Mesa de Esnujaque una fotografía que desafía la ira del Nazis Martín Fush.
Cautivante y fascinante “Nunca Más Lili Marleen,” la gran novela de la literatura trujillana, en la mirada inquisitiva y provocativa del colega y profesor universitario Juan Pedro Espinoza. Comparto esa apreciación de este amigo, obsesionado por la literatura fantástica y por los episodios misteriosos del mundo policial. Tal vez, en mi docta ignorancia, las más exquisitas de las ignorancias, una de las novelas de mayor importancia histórica y literaria que se haya escrito en la novelística venezolana. Esa novela con tantos episodios históricos, geográficos, literarios, cargada de tantas metáforas, sobre una pequeña historia del estado Trujillo, de la cuidad de Valera, de la Mesa de Esnujaque, de una parte de la historia de Venezuela, de Europa, de la Alemania Nazi, muestra la capacidad gigantesca de creatividad, de imaginación, de ficción y erudición que sintetiza los elementos que determina la naturaleza del mundo de la filosofía y la lógica.: lo particular, lo singular y lo universal. Lo uno, lo otro y lo diverso en imágenes que denota con su memoria la descripción de multiplicidades de mundos tan diversos, partiendo de una experiencia vital sobre un personaje extraño y raro que llega a un pueblecito del Estado Trujillo. La Mesa de Esnujaque. Desde allí, comienza una pesquisa policial sobre un personaje que descubrió y vio en una foto, cuyos antecedentes provenían del mundo Nazi. En la novela Martín Fuchs, un agente nazi, un agente de la S.S., un asesino, un torturador, un bárbaro, responsable de todo lo que representó para la humanidad el Holocausto. Un hombre, Martín Fuchs, elegante, de buen vestir textil, de pocas palabras, fue parte de la estrategia alemana de la solución final. Lo sorprendente y lo maravilloso de David Alizo, cuentista y novelista venezolano, de tierras trujillanas, de la cuidad de Valera, es esa poderosa y gigantesca narración literaria con una memoria y una imaginación extraordinaria sobre ese pequeño episodio, allá en ese pueblito la Mesa de Esnujaque, que rompió las fronteras regionales, nacionales y Latinoamérica hasta llegar al corazón de la Europa Occidental en manos del Nazismo. La derrota histórica del eje del mal, provocó la fuga de miles de agentes por el mundo, llegando uno de ellos a un pequeño paraíso trujillano: la Mesa de Esnujaque: Martín Fuchs. Con ese personaje nace esta novela maravillosa y aleccionadora moral y éticamente. No sé porque esta novela me hace recordar La Montaña Mágica de Tomas Mann. No lo sé. Seguramente, la Montaña Mágica revela la enfermedad de Europa. Su decadencia histórica, como resultado de la frivolidad y la irresponsabilidad de los señoritos, con sus enfermedades, dándole la espalda a esa Europa que iba al abismo en manos de los nuevos bárbaros: los nazis. Esa enfermedad dejó una estela, un signo, una figura, un agente del nazismo, en un pequeño lugar, en una montaña del Estado Trujillo: la Mesa de Esnujaque. Hasta allí, llegó el resultado de esa enfermedad histórica que puso a Europa hacia el precipicio.
La grandeza literaria e histórica de esta novela del cuentista y novelista David Alizo, que develó de esa pequeña Arcadia la historia universal del Nazismo y su proyección mundial a través de un pequeño personaje, agente de la S.S., convencido que había llegado a la tierra prometida. Allí, está mi salvación, en el silencio de Martín Fuchs. No obstante, lo atormentaban los viejos recuerdos de la barbarie que impedía en él tener seguridad en esta tierra, donde era objeto de persecución. Su cuerpo tembloroso al escuchar la palabra el Mossad. En aquellas noches los ruidos de los aviones atravesaban las montañas trujillanas y perturbaban la tranquilidad de ese personaje que vio con sus propios ojos el genocidio nazi. Sabía en definitiva, que en esta tierra no habría seguridad para un asesino. En efecto. Se armó una logística para la cacería de esa bestia nazi que resultó infructuosa. La novela describe detalles sobre esa persecución; huye por todos lados para buscar un lugar seguro. Sin embargo, fue asaltado y asesinado por unos ladrones, en una calle de la cuidad de los techos rojos. La Novela de David Alizo deja una lección moral. En este mundo, en esta tierra, en este planeta, no hay seguridad posible para los asesinos y los bárbaros. La justicia revela formas inimaginables desarrolladas por la criatura humana. Todo sorprende en esa narración histórica y literaria de una canción alemana que refleja las andanzas de un soldado que se despide de su novia bajo la luz de una farola. El destino, el amor y la esperanza de volver encontrar a su amada bajo la luz de una farola. Por tanto, la novela “Nunca más Lili Marleen”, la novela de David Alizo como recuerdo y como esperanza. Rememorar las estrofas de esta canción “Lili Marleen” como una alegoría al amor y a la paz que hoy reclaman las naciones del mundo:
Frente al cuartel delante del portón,
Había una farola, y aun está ahí;
Allí volvemos a encontrarnos, bajo la farola, estaremos como antes Lili Marleen
Nuestras dos sombras pareciera una sola, nos queríamos tanto que daba esa impresión.
Toda la gente la verá, cuando estemos bajo la farola. Como antes, Lili Marleen.
Pronto llama al centinela están pasando revista. Esto te puede costar tres días, camarada, ya voy-entonces nos decíamos adiós. Me había encantado, contigo Lili Marleen.
Ella conocía tus pasos. Tu elegante andar. Todas las tardes ardías aunque ya me haya olvidado, y sí me pasara algo ¿Quién se pondría bajo la farola contigo Lili Marleen?
Desde el espacioso silencioso. Desde el nivel del suelo me elevan en mi sueño
Tus adorables labios cuando la niebla nocturna se arremoline yo estaré en la farola como antes, Lili Marleen.
La cantó por primera vez Lale Andersen.
Letra: Hans Leí (1915)
Composición: Norbert Schütz
Cantante: Marlene Dietric (1945)