Luis «El Teacher» Cárdenas.- Los Nuggets de Denver, sobreponiéndose nuevamente a un cuarto periodo algo colocado, volvieron a irrespetar la casa de Miami Heats, luego de imponerse 108-95 en el cuarto juego de la gran final de la NBA, para de esta manera ponerse a ley de un juego para consagrarse campeón de la competición por primera vez en su historia, teniendo una gran oportunidad en casa el lunes, cuando disputen el quinto duelo, regresando nuevamente a casa donde esperan alcanzar la gloria.
Otra vez de la mano de su dúo explosivo, el serbio Nikola Jokic y el canadiense Jamal Murray, el quinteto de Colorado fue poco a poco consiguiendo el camino de la victoria, contando esta vez con un extraordinario aporte de Aaron Gordon, quien viniendo desde el banco encabezó en esta oportunidad la ofensiva de Denver con 27 puntos, 7 rebotes y 6 asistencias. Si bien no fue ni la mitad de la gran noche que tuvo ese dueto en el duelo 3, Jokic (23 puntos, 12 rebotes y apenas 4 asistencias) y Murray (15 cartones, 3 capturas y 12 habilitaciones) se encargaron de hacer lo necesario para apoyar a sus compañeros y aparecer en los momentos necesarios.
El primer cuarto fue muy parejo, con los de casa yéndose al descanso ganando apenas por un punto. Sin embargo, los Nuggets lograron construir una diferencia significativa entre el segundo y tercer cuarto, luego de ganarlos ambos por 35-30 y 31-22 respectivamente, lo que le permitía llegar al último tramo con una diferencia de 13 (86-73).
Fiel a como ha sido en toda la serie, el Heats lograba arrancar arrollador el último periodo. Ayudado a errores en entrega de la visita y a dos faltas en menos de tres minutos de su principal estrella Jokic, quien pasó cinco minutos en el banco entre el noveno y cuarto minuto, Miami lograba frenar la ofensiva rival, que debió esperar más de tres minutos para anotar sus primeros puntos del cuarto. Con un parcial 8-0 el local se ponía apenas por cinco (86-81) y ante los gritos de su afición soñaban con la remontada.
Pero no fue así, Denver volvió a tomar un segundo aire y estiró de nuevo las distancias que ya no podría cortar Miami y de esta manera coloca la serie 3-1 a su favor, con un panorama bastante favorable para inscribir su nombre entre los equipos campeones de la NBA. Dos de los tres duelos que hipotéticamente le quedan a la final (solo necesita ganar uno más) los disputará en casa, teniendo el lunes el escenario perfecto para celebrar en casa su consagración, tomando en cuenta que en los Playoffs tiene marca de 8-1 en el Pepsi Center.