Madrid, 15 jul (EFE).- Como si a un atleta se le exigiese dominar los 100 metros lisos, el maratón y el lanzamiento de martillo. ¿Suena rocambolesco? Pues así de desafiante será para los 40 escaladores clasificados -20 hombres y 20 mujeres- el debut olímpico de la escalada.
La combinación de resultados en búlder, velocidad y dificultad encumbrará a los primeros medallistas, a los que se les exigirá ser escaladores versátiles y completos.
Desde sus orígenes al actual sistema de competición, pasando por los favoritos a medalla en los Juegos de Tokio, esta guía incluye todo lo que hay que saber sobre este nuevo deporte olímpico:
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ORIGEN
La escalada deportiva es una evolución de la escalada en roca. Tiene su origen en los años 80, cuando las paredes construidas a medida se empezaron a generalizar por Norteamérica y Europa, con agarres de resina de diferentes colores, según la dificultad.
ESCENARIO
La competición de escalada se desarrollará del 3 al 6 de agosto en el Centro de Deportes Urbanos de Aomi, una sede temporal con vistas a la bahía de Tokio, que también albergará los torneos de baloncesto 3×3. Los pies de gato –unas zapatillas flexibles, ligeras y adherentes- son el único equipamiento permitido, más allá de las cuerdas de seguridad, para vencer las presas de diferentes formas y tamaños.
SISTEMA DE COMPETICIÓN
El dominio de diferentes técnicas es necesario para tener éxito en los Juegos Olímpicos de Tokio, puesto que los escaladores se enfrentan a tres disciplinas absolutamente dispares: velocidad, búlder (o escalada en bloque) y lead (o dificultad). La clasificación final se determinará multiplicando las posiciones en cada una de las pruebas. Los escaladores con las puntuaciones más bajas serán los que ganen las medallas.
TERMINOLOGÍA
Tres disciplinas, tres términos y tres normas. Velocidad, búlder y lead.
En velocidad dos escaladores se aseguran con cuerdas e intentan, en vías idénticas, escalar más rápido que su oponente una pared de 15 metros de altura, colocada en un ángulo de 95 grados. Los tiempos de victoria para las competiciones masculinas oscilan entre los cinco y los seis segundos, mientras que las competiciones femeninas son ganadas en unos siete u ocho segundos. Una salida en falso resulta en descalificación directa.
En búlder los atletas escalan tantas vías fijas como puedan en 4 minutos en una pared de 4,5 metros de altura, a la que se enfrentan sin cuerda de seguridad y a la que solo se pueden sujetar con la yema de los dedos. Las vías varían en dificultad y no se permite a los escaladores practicar en el bloque con antelación. Cuando un escalador se agarra con ambas manos a la última presa, se considera que la ha completado.
En lead o dificultad los escaladores intentan llegar lo más alto posible en una pared que mide más de 15 metros de altura en 6 minutos. Usan cuerdas de seguridad a lo largo de la vía. Cuando un escalador fija su cuerda a la reunión final, ha completado la escalada. Si un escalador cae, se registra la altura alcanzada. No se puede volver a subir.
FAVORITOS
La combinación de tres disciplinas tan dispares hace difícil hacer pronósticos. Las medallas se definen por una combinación de resultados. Por tanto, un escalador que sea excelente en búlder puede no subir al podio si no es bueno en lead o en velocidad.
Entre las mujeres sobresale la eslovena Janja Garnbret. Es doble campeona del mundo en dificultad (2016 y 2019), búlder (2018 y 2019) y combinadas (2018 y 2019). Es la mujer a batir en Tokio. Sus grandes rivales son las japonesas Akiyo Noguchi y Miho Nonaka y la británica Shauna Coxsey.
La categoría masculina está más abierta. Uno de los candidatos al podio es el checo Adam Ondra, que en 2014 se convirtió en el primer deportista en ganar dos títulos mundiales en disciplinas diferentes (dificultad y búlder) el mismo año. El austríaco Jakob Schubert es doble campeón en dificultad (2012 y 2018) y ganó el título del mundo de combinadas en 2018. Otro escalador a tener en cuenta es el japonés Tomoa Narasaki, que ganó el título de combinadas en 2019, tras ganar dos Campeonatos del Mundo en búlder (2016 y 2019). EFE