Ante la falta de unidades para el transporte público, algunos conductores particulares se han dado a la tarea de prestar el servicio de traslado en sus vehículos. La falta de efectivo, desempleo y necesidad de generar ingresos alternos, son algunas de sus motivaciones. Sirven camionetas de batea, camiones con barandas e incluso vehículos pequeños. No hay límite ni control y cada día son más las unidades «no convencionales».