Además de una oración en acción de gracias, la actividad inició con una canción a Valera, «Princesa Andina», interpretada por Eloísa Abreu y compuesta para los 200 años de la urbe por Mario Vitelio Valera, mejor conocido como Mario Estelio Valera.
«El 2021 inició con la propuesta de Voces de Valera para recuperar el Ateneo, con Marlene Briceño a la cabeza; porque el Ateneo no es solo la edificación, sino todos sus valores, su lucha y el trabajo de su gente, por eso hoy hemos querido iniciar con esta primera actividad reconociendo a algunas organizaciones por su aporte perdurable en ciudad», expresó Pedro Bracamonte.
Aunque hay muchas organizaciones que aportan capital social al municipio, en esta oportunidad los reconocidos fueron: Sociedad Anticancerosa del estado Trujillo (Sadet), Teatro Nacional Juvenil (TNJ), Asociación de Comerciantes e Industrial de Valera (Acoinva), Centro de Animación Juvenil, Universidad Valle de Momboy (UVM) y por último, pero no menos importante, Diario de Los Andes (DLA).
Xiomara Montilla, en nombre del Centro de Animación Juvenil, compartió que se deben al trabajo de las comunidades, «tenemos 44 años en acción popular, nuestra razón de ser es el compromiso social, político y educativa con motivación cristiana».
Francisco Rivera, mejor conocido como «El abuelo», en representación del TNJ se mostró complacido por la recuperación del Ateneo como casa matriz de las artes. Por su parte César Ponce rememoró los albores de la Sadet y la labor solidaridad que ejecuta en Trujillo desde hace años.
«La Universidad Valle de Momboy nació como una comunidad universitaria al servicio del desarrollo sustentable de la región que se ha mantenido con excelencia», expuso Francisco «Morocho» González. Mientras que Gonzalo Vásquez aseguró que desde Acoinva se mantienen en pie aportando al marco país desde la organización del tejido empresarial, sorteando la crisis social y respaldando especialmente a los que siguen apostando por Venezuela.
Eladio Muchacho, director del DLA, compartió que cinco conceptos han sido fundamentales en el haber de la casa editorial: ver las relaciones como procesos conversacionales, conversar como un proceso transformador, entender que detrás de cada acción hay una emoción, desarrollar capital social y coordinar acciones conversando.
«Diario de Los Andes nació conversando y seguramente así nacieron las otras organizaciones; en 1978 circuló la primera edición. Nacimos con una visión de darle a Trujillo una alternativa diferente, acordamos luego lanzar una edición para el Táchira y otra para Mérida, la crisis nos obligó actualmente a reducirnos. Hoy nuestra visión busca seguir siendo un agente de transformación social. Diario de los Andes nació para ser, estar, fluir y sobre todo servir», concluyó.
Gráficas: Alexander «Chaparro» Viloria