Nuestro país tiene inmensas riquezas naturales: petróleo, oro, diamantes, rodio, coltan, torio y paremos de contar. Entonces cualquiera podría pensar que un país con tantas riquezas debería tener una población viviendo muy bien en la abundancia, pero paradójicamente y de una manera dialéctica y contradictoria, esa gran riqueza ha sido una de las causas de nuestras desdichas. En efecto, los gobiernos que hemos tenido nunca invirtieron esas riquezas naturales en un desarrollo, y por el contrario, según diversos autores, nuestra riqueza petrolera propició una ‘cultura de la riqueza fácil’ en amplios sectores de la población.
Pero ahora es cuando más se constata que nuestras riquezas naturales nos causan desdicha porque son codiciadas por grandes potencias capitalistas como Rusia, China y Estados Unidos. Hasta Cuba, que no es ningún socialismo porque en realidad es un capitalismo de estado, tiene poderosos intereses políticos y económicos aquí. Entonces nuestro país está inmerso actualmente en un peligrosísimo ajedrez geopolítico internacional de intereses y como estamos en el ‘ojo del huracán’, muy probablemente nuestra población será la principal víctima en los posibles conflictos futuros entre grandes potencias.
Nuestra población vive espantosamente empobrecida y nuestro país está en ruinas… ¡Y eso en tiempos de paz!… ¿Cómo viviremos en el caso de que nuestro país sea escenario de conflictos entre grandes potencias?
Por otro lado, es sumamente difícil analizar nuestra situación y vislumbrar posibles escenarios futuros porque para armar un rompecabezas hay que tener las piezas, y de ninguna manera las tenemos. Los analistas políticos solamente pueden especular… ¿Qué planes tienen las grandes potencias en nuestro país?… Es muy difícil responder esta interrogante. Adicionalmente, aún en el caso de que en nuestro país se trate de iniciar un proceso de reconstrucción con un nuevo gobierno, cualquiera que tenga dos dedos de frente y vea más allá de las narices, se percata de la posibilidad futura de fuertes saboteos por medio de cruentas acciones terroristas en instalaciones eléctricas, petroleras, etc., para obstruir tal reconstrucción.
Lo único que se puede predecir con certeza es que vienen tiempos muy duros y que una reconstrucción será un proceso muy arduo. El futuro de nuestro país estará determinado en cierto grado por factores internos, pero también en cierto grado por factores externos como los intereses de las grandes potencias. El gran escritor norteamericano John Steinbeck (1902-1968) en su relato: ‘La Perla’ (1947) narra el caso de un humilde pescador que un día encuentra una enorme perla sumamente valiosa, pero paradójicamente eso solamente le acarrea problemas, angustias y desdichas, por lo cual al final decide tirarla al mar. En el caso de nuestro país, sería absurdo que nuestra población renunciara a sus fabulosas riquezas naturales, pero lo que debe hacer es encauzarlas hacia un verdadero desarrollo autónomo que traiga prosperidad y bienestar. Si nuestra población se organiza y lucha para lograr democracia y decidir su destino, entonces lo logrará a pesar de las fuertes adversidades.