Es una batalla contra el cinismo, la hipocresía, la mediocridad, es una batalla de la dignidad nacional contra la entrega y la traición. Nuestro país no está en venta. Por el mundo anda el canciller de la traición a la patria Julio Borges, un vulgar personaje del cinismo opositor elitesco y antinacional, un mediocre vendedor de nuestra soberanía e independencia, un agente abierto del imperio gringo cuya voz es la voz de los mercenarios oligárquicos que a todo pulmón solicitan una intervención armada extranjera a nuestra república. Esta acción anti venezolana tiene el rechazo de la gran mayoría de nuestras ciudadanas y ciudadanos venezolanos. Pero también el rechazo de los pueblos nuestroamericanos, del mundo y de múltiples gobiernos del planeta.
La respuesta de los millones de hombres y mujeres de esta tierra ha sido y será contundente. Romperemos el bloqueo económico, las sanciones y todo tipo de agresión. No han podido ni podrán contra la digna resistencia heroica del pueblo venezolano, reivindicamos nuestro pasado glorioso, heroico y soberano. No podemos reunirlos ante la perversidad, la maldad y el sentido de la destrucción macabra que nos quieren imponer. Crece la necesidad de movernos en el trabajo colectivo, en promover a toda costa la unidad férrea cívico-militar, con el carácter fraternal, igualitario, rompiendo el burocratismo, el individualismo, toda forma de egoísmo y entendiendo que primero es la patria, que esta no se vende ni traiciona. Debemos incorporar en toda nuestra actuación política el sentimiento profundo del hombre nuevo, la mujer nueva, no por las edades, sino por la espiritualidad, la conciencia, el amor intenso por nuestro territorio patrio.
La agenda política en nuestro país no la impone los gringos, ni la Unión Europea, mucho menos el parapeto morboso de Almagro y su OEA, ni tampoco los gobiernos arrodillados y fascistas de Colombia con Santos, Perú con Kuczynski, Brasil con Temer, el de Mexico con Peña Nieto, Argentina con Macri. Es nuestro pueblo soberano con el apoyo de los demás pueblos del mundo que avanzaremos en nuestro propio camino. No tenemos otro que el camino revolucionario. No hipotecaremos nuestra historia, nuestro destino. Estamos resueltos a ser libres.
Se abre una nueva batalla, no dudamos que será victoriosa, en las elecciones del 22 de abril la respuesta de este digno pueblo debe ser masiva, debemos castigar la insolencia, la arrogancia del imperio, de los agresores de nuestra patria, debemos votar contra el bloqueo económico, contra las sanciones, contra la violencia paramilitar y terrorista, contra la especulación y toda la guerra despiadada contra nuestro pueblo. Vamos con Nicolás Maduro sin confusión alguna, es un bregador de patria, acompañemos su empeño que es nuestro propio empeño. Que se crezca la llama bolivariana, que se enciendan nuestros corazones, que marchemos brazo con brazo, barrio con barrio, pueblo con pueblo venciendo al enemigo. Viva la patria de Bolívar y de Chávez. Viva nuestra patria irreductible y valiente.