Eladio Muchacho Unda
Eran las 5:00 de la tarde del jueves 24 de agosto de 1978 cuando el Presidente de la República Carlos Andrés Pérez pulsó el botón que puso en movimiento nuestra rotativa Goss Community y nació Diario de los Andes. Han sido 47 años de vida, recalco vida, de un periódico que nació para ser, estar, fluir y servir.
SER es vivir.
ESTAR es darse cuenta.
FLUIR es desapego.
SERVIR es entrega.
Nuestra visión inicial fue ser el periódico líder en influencia social en el estado Trujillo, visión que hicimos realidad en diez años.
En 1988 definimos nuestra segunda visión: hacer de Diario de los Andes, el diario de los Andes, mediante la zonificación de ediciones: Trujillo, Táchira y Mérida. El 9 de noviembre de 1992 nació la edición del Táchira, el 20 de mayo de 1998 la de Mérida.
Concretada la segunda visión nos planteamos nuestra tercera visión:
Cultivar una comunidad de trabajo, servicio y aprendizaje para construir la más útil plataforma periodística de los Andes, ser referencia digital de la región andina, y un activo agente transformador de las sociedades andinas en redes de comunidades auto-organizadas, libres, conscientes, democráticas, emprendedoras, productivas, solidarias y amorosas. En ello trabajamos, pero teniendo muy presente que la vida, esa maravillosa tejedora de nuevas realidades, que se las ingenia para hacer realidad lo posible y lo aparentemente imposible, y para ello utiliza hilos de todo tipo, no lo hace en línea recta, avanza, frena, retrocede, gira, se detiene, avanza de nuevo, para todo tiene un tiempo y nada le sobra. Al bordado que teje la vida para Diario de los Andes, respondemos con humildad, inteligencia, astucia, paciencia y generosidad, porque todo tiene su tiempo.
Recordemos que, Diario de los Andes tuvo tres ediciones diarias zonificadas: Táchira, Mérida y Trujillo, 10 corresponsalías, 62 periodistas, 86.500 lectores promedio diario en la región andina, 1.025 puntos de venta, 4 centros de negocios, anunciantes y proveedores de calidad y una red de aliados institucionales. La crisis nos fue disminuyendo y debimos buscar otras formas para continuar sirviendo. Hoy estamos presentes en la web y varias redes sociales sirviendo a las comunidades andinas con un periodismo independiente, democrático, veraz, verificado y oportuno.
La influencia social de «Diario de los Andes», que se amplía en audiencia y geográficamente, y su capacidad para relacionarse y distribuir material para la difusión de conocimientos y generar conversaciones y acciones en torno al tema, constituye un recurso fundamental para la transformación necesaria y la cocreación de nuevas realidades.
Las reflexiones, las relaciones, definidas como procesos conversacionales, las acciones y los aprendizajes, nos permitirán generar una narrativa andina capaz de alinear a trujillanos, merideños y tachirenses en torno a una visión de transformación y desencadenar el despliegue de lo mejor de nuestra gente.
Cultivar una «comunidad» para transformar sociedades en “tejidos de comunidades” es una tarea apasionante, noble, hermosa y con sentido. Soñamos a los Andes, la geografía del futuro nacional, como una tupida trama de comunidades auto-organizadas, libres, conscientes, democráticas, emprendedoras, productivas, solidarias y amorosas.
Este año 2025, el año de nuestro 47 aniversario, es un año de bendiciones, el año de la canonización de José Gregorio Hernández, al que hemos llamado en Diario de los Andes el venezolano del siglo XXI, por tal motivo decidimos concentrar nuestros recursos en la edición aniversario de un producto editorial que esté a la altura de tan significativa bendición. En los próximos días estaremos informando ampliamente sobre nuestra edición aniversario, también publicaremos notas y artículos de colaboradores, amigos y gente DLA que están afuera sin dejar de estar adentro. A todos nuestra inmensa gratitud.
Agradecemos a Dios la vida que nos da para seguir sirviendo; agradecemos a la comunidad DLA por su dedicación y espíritu de trabajo en medio de muchas dificultades y limitaciones; agradecemos a varios periodistas que hicieron de Diario de los Andes una verdadera escuela de periodismo, recuerdo a Guillermo Montilla, a Rafael Ángel Lujano, a Paula Rivero, a Francisco Graterol, a Julio Urdaneta, en San Cristóbal a Jesús Romero Anselmi, Antonio Ruiz Sánchez y Tiberio Martínez; en Mérida a Adelfo Solarte. El mejor momento de la escuela de comunicación social del NURR-ULA fue cuando Teresita Jiménez, Raisa Urribarrí y Paula Rivero estuvieron al frente de la escuela, las tres excelentes periodistas de Diario de los Andes; hoy Layisse Cuenca, Alexander González, Raixi Díaz, Mariana Duque continúan haciendo de Diario de los Andes una buena escuela de periodismo. Agradecemos a nuestros aliados comerciales por su respaldo, y muy especialmente a nuestros seguidores en la web y redes sociales por hacer de nuestra plataforma periodística digital su canal de información y el nodo articulador de procesos para el despliegue de lo posible. Gracias a todos por su apoyo.
Un recuerdo muy especial para mi hermano Chuchi, un valerano excepcional, que luchó para regresar, pero las injustas circunstancias existentes se lo impidieron. Chuchi fue un gran mentor que le señaló un rumbo a Trujillo y un gran apoyo en la construcción de Diario de los Andes.
Concluyo recordando que en la entrada de la casa de Carl Jung en Suiza hay una inscripción en latín: Vocatus atque non vocatus, Deus aderit—’Invocado o no invocado, Dios está presente'».
EMU
Agosto 24, 2025
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