Nos deja el reportero gráfico Luis Romero

Luis Romero...otro buen amigo y buen comunicador que nos deja de forma inesperada.

Gabriel Montenegro.
gabymonti59@gmail.com

Cuando apenas superamos los tragos amargos por el fallecimiento de varios amigos, colegas y personajes ligados a la comunicación social regional, decesos ocurridos en los últimos dos años, como la partida de Noel Araujo, Elvíns Humberto González y Evencio José Daboín, otro golpe certero nos cae como un balde de agua fría a tempranas horas de la noche de este lunes 16 de octubre, fecha cercana a la celebración de otra Navidad, la cual no será motivo de alegría en el hogar de la familia Romero en el cerro La Peineta.

Luis Romero y su amor por el periodismo

Cuando apenas rayaban las siete de la noche de este agitado día que abre otra semana de trabajo, el también reportero Iván Hidalgo nos informó sobre la nefasta noticia del repentino  fallecimiento de nuestro fraterno Luis Romero, incansable trabajador de la comunicación social regional, ex reportero gráfico en Diario de Los Andes y hombre que laboró por más de 30 años en la Alcaldía de Valera, institución de la cual fue jubilado en fecha reciente.

A Luis Romero, un ex guardia nacional llegado de su natal estado Táchira hace más de 40 años, nos une el hecho de haberlo conocido a pocos meses de solicitar la baja de su servicio en la GN.

Luego de su paso a la vida civil, «Romerito» como le decíamos de cariño, comenzó a laborar en la hoy desaparecida «Casa Olímpica» del también recordado Manuel Palma, ubicada en la calle 9 entre avenidas Bolívar y nueve a finales de la década de los años setenta.

Allí destacó por su destreza para grabar placas de reconocimiento y trofeos, además de la impresión por «silescreem», como le decíamos a la impresión por molde de tela y tinta.

Un día que pasaba por allí, unos tres años después, Romero me llamo para que le enseñará sobre el funcionamiento o mecanismo de una cámara profesional que recién había adquirido. En ese momento fluía dentro de él la llama y deseo por el mundo de las imágenes y sobre todo al observar y admirar, como buen lector de periódicos, el trabajo de hombres como Rodolfo Zambrano, Otoniel Hidalgo, los hermanos Pirela, Regulo Jiménez, Nelson Maya, y Juancito Chacón Laguado, quienes copaban escena en los medios, con este servidor apenas comenzando también a plasmar imágenes periodísticas en El Tiempo y participando con mis columnas «Tips Deportivos» y «Bajo el palmar sin sombra», antes de la salida a la calle de Diario de Los Andes.

 

El comienzo de su pasión

 

Recientemente había sido elegido en la junta directiva del CRGV como delegado nacional

 

Luis Romero, o el » coleguita», como también le decíamos en son de broma o chanza del momento, tuvo su oportunidad en el gobierno de Luis Herrera, cuando uno de los reporteros de Diario de Los Andes, Gilberto Ascanio, renunció para dedicarse a la empresa privada.

Ya había probado suerte en el mundo periodístico, haciendo «tiritos» en El Tiempo y el recién fundado » Periódico azul».

Comienza entonces una prolífica labor que lo lleva en los años 90 a ser no solo Jefe de Fotografía en DLA, sino Secretario General del Círculo de Reporteros Gráficos, gestión en la cual junto a Onésimo Caracas, Iván Alí Hidalgo y Luis Huz, combatió no solo el ejercicio ilegal, sino trabajó en busca de mejoras socioeconómicas y de mejoramiento de estatus para los afiliados al CRGV.

A finales de los 90, al ver que dentro de los periódicos no tendría una pensión asegurada o una jubilación, decide ingresar en el periodismo corporativo, pasando a laborar, primero en la Cámara Municipal y luego en la recién creada Alcaldía de Valera.

Fijó residencia en la urbanización Plata II junto a su esposa Nevis e hijas y luego en la urbanización San Rafael.

De allí, conoce a su actual esposa su » flaca» adorada Stella, con la cual tuvo también hijos, nietos y ha convivido por más de 30 años , quién precisamente compartió con él sus últimos y aciagos momentos hasta antes de fallecer, tras fallar su corazón ya resentido previamente.

Fue «Romerito» aquel hombre responsable, amante de su familia a pesar de sus excentricidades e inconvenientes naturales, amen de buen compañero de labores y hombre de gremio. Respetuoso y colaborador, jamás tuvo un «no puedo» cuando lo requeríamos para que nos apoyará en algún trabajo informativo y algún periodista tenía u a emergencia informática que cubrir de repente.

Bonachón, dicharachero, también hizo pasantía por el equipo de softbol Reporteros y Alcaldía de Valera, siendo gran colaborador de Onésimo Caracas con su infaltable «uniforme azul» .

Despedimos a otro amigo de muchos años, a un hombre que no tuvo pereza alguna para ejecutar sus tareas y labores, además de otro comunicador que amó profundamente el periodismo, especialmente la comunicación social de su Trujillo adoptivo y su Valera soñada, de la cual me dijo un día: » Montenegro, yo creo que nunca he sido tachirense, porque desde que vine a Valera muy jovencito, supe que estaba llegando a mi verdadero destino; al lugar único donde he cultivado mis pasiones y mis amores» . Hasta siempre «coleguita…coleguita».

 

 

 


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