Toda Navidad y Nochebuena significa para nosotros evocación de recuerdos y renacer de esperanzas, es pasado triste o feliz y es siempre promisor futuro, es el peregrinar nuestro en el tiempo y en el espacio, el comienzo de las promesas y la consolidación de las mismas, fantasías y es realidades, pecado y es indulto, es arrepentimiento y es regreso al buen camino de Dios que todo lopuede, es, en fin, el súmmum de nuestra religiosidad, creencias y alimento permanente de nuestros cuerpos y espíritus.
Nochebuena es la natividad de Jesucristo, es el permanente llamado a ponernos en marcha por el camino del bien, del amor y del perdón al prójimo, sin odios, sin rencores, sin mezquindades, sin la miseria humana que nos corroe el cerebro y destruye nuestra personalidad. La Nochebuena es la aparición del Dios hombre, encarnado en Jesucristo, para que en su ejemplo modele al hombre mismo, le enseñe su verbo y estimule en su trabajo conviviendo como, su inseparable compañero y dignificándole con su dolor. Es fecha propicia para ponernos en marcha, incentivar la búsqueda del entendimiento de la humanidad y la destrucción del egoísmo enceguecedor que nos consume, es seguir la senda que nos abre Jesús.
El más sublime mensaje
El mensaje de la Navidad y su Nochebuena, es lo más sublime de la humanidad, pero lamentablemente nosotros, quizás por nuestra misma condición endeble humana lo olvidamos demasiando rápido.
La Nochebuena de Navidad es el florecimiento de un mundo sano, del cristiano auténtico, caritativo, humilde, practicante, con voluntad de servir y espíritu comunitario para una mayor gloria de Dios.
La medianoche del 24 de diciembre, según el Evangelio de San Mateo, aseguró que aquel Ángel de la anunciación que en sueños hizo exiliar el rencor y el dolor que ahogaba a José, quien había repudiado a María, se presentó con un coro de ángeles para llenar el cielo de Belén de la más sublime música y de cánticos poéticos.
En aquel lecho de paja de la rústica casa del carpintero, junto a una mula y un buey, nacía el Niño Jesús. La Virgen ruborizada le miraba el bello rostro, radiante por los destellos de la estrella de Oriente. Y desde los huertos cercanos penetraban el olor de las flores de invierno.
Noche de amor
Y desde entonces aquella noche fue Nochebuena, noche de amor, de noche de paz, noche de hermandad y regocijo para toda la humanidad.
La noche de Navidad es la promesa que comienza con el nacimiento de Jesús, la llamada a ponernos en marcha, a inquirir donde se encuentra él en estos momentos, a encontrar su vereda, alcanzarlo y acompañarlo sin mirar hacia atrás.
Esta fecha es luchar por la purificación de las conciencias y la entrega generosa a Dios y sus obras sociales, robusteciendo espiritualmente las generaciones jóvenes y ayudándoles al encuentro de rumbos y caminos de verdad y amor, es cumplir los preceptos de Dios quien no sólo es el fundador dé su religión sino el constructor de un sistema.
Nochebuena es comprender y afianzar que nuestra vida fluctúa entre dos navidades pues todos los años la celebramos, es la ruta recorrida llena de satisfacciones y amarguras, de triunfos y fracasos, de penas inconsolables por la desaparición de seres queridos, y arrepentimientos, es que recapacitemos dentro de esa experiencia adquirida para abandonar la senda errada seguida y sostener el mensaje de la navidad, de amor, de paz y de justicia para todos por igual.