Quito, 19 sep (EFE).- El joven empresario Daniel Noboa, de la alianza ADN, supera con algo más de diez puntos porcentuales en la intención de voto a Luisa González, del movimiento correísta Revolución Ciudadana, según la encuesta de Comunicaliza, que realizó la medición con miras al balotaje previsto para el próximo 15 de octubre.
De acuerdo a la firma, Noboa tiene el 55,14 % de intención de voto, mientras González, acumula el 44,86 %.
El español Álvaro Marchante, gerente de Comunicaliza, anotó en el canal de televisión Teleamazonas que la indecisión general es de 12,3 %, mientras el blanco y nulo es de 9,5 %, «números relativamente bajos» y similares a los de la primera vuelta electoral, desarrollada el pasado 20 de agosto.
«El 70 % (de la población) sigue con algo, mucho o bastante interés la campaña electoral. Es decir, no estamos como en otros momentos, que quizás el interés por la propia campaña era menor», anotó.
Recordó que en la primera vuelta el interés era más bajo hasta que se produjo el asesinato del alcalde de la ciudad costera de Manta, Agustín Intriago, y posteriormente el asesinato del entonces candidato presidencial Fernando Villavicencio, a manos de sicarios cuando salía de un mitin político, en Quito.
«Una vez que se produce esto y la gente empieza a sentirse inestable e insegura, con miedo, la gente empieza a tener más interés», explicó.
Con el 33,61 % de los votos, González, del movimiento político liderado por el expresidente Rafael Correa (2007-2017), fue la candidata más votada en la primera vuelta de los comicios, mientas que Noboa, hijo del magnate del sector bananero Álvaro Noboa, obtuvo el 23,47 % de los sufragios.
Quien resulte elegido el 15 de octubre reemplazará al presidente Guillermo Lasso hasta el 24 de mayo de 2025, cuando hubiera terminado el actual Gobierno si el jefe de Estado no hubiese optado por la llamada «muerte cruzada».
Lasso se acogió a esa medida constitucional en mayo pasado, cuando disolvió la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, en momentos en que ésta debatía su posible censura en un juicio por presunto peculado (malversación), que él negaba, y forzó así la convocatoria a elecciones extraordinarias.
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