Berlín, 1 oct (EFE).- La defensa de los derechos de los indígenas en Nicaragua, en favor de la democracia en Bielorrusia, contra la represión en Irán y contra el racismo judicial en EEUU comparten el Nobel Alternativo de la fundación sueca Right Livelihood Award, galardón destinado a impulsar «la lucha por un mundo mejor».
La abogada nicaragüense Lottie Cunningham Wren, el bielorruso Ales Bialiatski, la iraní Nasrin Sotoudeh, y el estadounidense Bryan Stevenson, los galardonados de este año, representan «el valor de la lucha por la libertad en un mundo amenazado», indicó Ole von Uexkull, director ejecutivo de Right Livelihood, al anunciar los premios.
Cada uno de ellos, en su ámbito, son «ejemplo e inspiración» de distintas formas de «coraje y compromiso personal» en un mundo marcado por las «crecientes amenazas sobre la democracia», a escala global, prosiguió von Uexkull. «Es el momento de levantarnos y respaldarnos mutuamente todos los que defendemos y creemos en la democracia», sentenció, desde la sede de la fundación en Estocolmo.
LA AMENAZA ESTATAL SOBRE LOS DDHH
Cunningham Wren (1959), abogada y ambientalista del grupo indígena miskito, recibirá el premio por «su incansable dedicación a la protección de los territorios y las comunidades indígenas frente a la explotación y el saqueo».
La fundación sueca destaca entre estas «agresiones» a los derechos fundamentales de los pueblos indígenas los «mega-proyectos respaldados por gobiernos como el nicaragüense», prosiguió von Uexkull, como el gran canal Interoceánico, un plan gubernamental financiado por China para conectar los océanos Atlántico y Pacífico.
La activista y líder indígena representa, en ese contexto, la lucha valerosa frente a las «múltiples amenazas» que sufren las comunidades de pueblos originarios, especialmente en América Latina.
La iraní Sotoudeh (1963), asimismo abogada y actualmente cumpliendo una larga condena por denunciar el sistema judicial iraní, lo recibirá en reconocimiento al «valor con que defiende a activistas de la oposición, mujeres y menores de edad frente al régimen represivo de Irán.
Desde la cárcel, Sotoudeh sigue desafiando la represión, por encima del «riesgo que ello supone para su vida».
El bielorruso Bialiatski (1962) es exponente de la «lucha decidida y de largo recorrido» por la democracia frente un régimen «autoritario» que «quiere perpetuarse con la ilegítima reelección el presidente Alexandr Lukashenko», apunta la fundación sueca.
El activista lucha por los derechos civiles de su país desde hace 30 años, destaca Right Livelihood Award. En 1996 fundó el Centro de Derechos Humanos «Viasna», en Minsk, en apoyo a los presos políticos, uno de los exponentes «más consolidados» de las aspiraciones democráticas «en la llamada última dictadura de Europa».
Al estadounidense Stevenson (1959), finalmente, se le reconoce su «esfuerzo por la reconciliación racial», desde su posición de fundador de la organización Equal Justice Initiative (Iniciativa por una Justicia Igualitaria, EJI por sus siglas en inglés), que lleva décadas defendiendo a afroamericanos «atrapados en el corredor de la muerte».
Su ejemplo es una «inspiración» para el mundo, destaca la fundación sueca acerca de este premiado, asimismo abogado y autor del best-seller autobiográfico «Just Mercy» -en que está basado el filme del mismo título-, sobre lo que se denomina «racismo sistémico» de la justicia de EE.UU.
Se trata de la primera vez en la historia de esos premios que lo recibirán activistas de Bielorrusia y de Irán, destaca la fundación.
RECONOCIMIENTO AL ACTIVISMO «VISIONARIO Y VALIENTE»
Los premios de la fundación sueca fueron instituidos en 1980 para homenajear a los luchadores «visionarios y valientes» por el cambio social. Se anuncian habitualmente días antes de la ronda de anuncios de los premios Nobel, que tendrá lugar la próxima semana.
Cada uno de los galardonados percibe un millón de coronas suecas (unos 94.000 euros), a modo de incentivo para seguir con su trabajo.
Los premios se otorgan por veredicto de un jurado internacional, tras un proceso de nominación abierto a personas u organizaciones que presentan a su candidato. En esta edición se aceptaron 182 nominados de 71 países.
La entrega de los galardones será el 3 de diciembre, en formato virtual y coordinado desde la sede de la fundación, en Estocolmo.