Caracas. Pan de jamón, hallacas, refresco de colita o de limón, son algunas de las cosas que pidieron en el Penal de Tocuyito y el Centro Penitenciario de Aragua, mejor conocido como Tocorón, para llevar a cabo un “compartir” de familiares junto a los detenidos para celebrar la Navidad.
Los encuentros serán entre este jueves, 26 de diciembre, y viernes, 27 de diciembre.
Aunque algunos entrevistados por Crónica.Uno manifestaron su desacuerdo porque lo único que piden es la libertad de quienes llevan hasta cuatro meses encerrados por distintas acusaciones en el marco de la protestas en rechazo a la falta de resultados desglosados de las elecciones presidenciales del 28 de julio.
“No queremos un compartir. Lo que queremos es la libertad de nuestros familiares”, insisten.
Otros agradecen y expresan sus esperanzas que les dicen que pronto todo se terminará.
“Paciencia, esperanza y fe” es lo único que Solimar le pide a su dijo de 28 años, recluido en en Tocuyito.
Insiste en que “por lo menos” podrá tener la oportunidad de tener una comida navideña con su hijo, al que desde hace casi un mes solo podía pasarle galletas dulces y caramelos, que son los permitidos en la entrega que le corresponde cada 15 días.
El hijo de Solimar fue trasladado en la primera semana de diciembre de Yare III a Tocuyito. Afirma que, aunque en el centro de reclusión de Yare, ubicado en el estado Miranda, las condiciones no eran muy buenas “al menos” tenía la oportunidad de darle sandwiches rellenos y otros alimentos que desde hace un mes no ha podido probar.
“Igual yo no pierdo mi fe. Mi hijo ya ha sido trasladado tres veces desde que lo detuvieron en agosto. Yo sé que el próximo traslado será a la calle y que por fin, antes que el año termine, podré tenerlo en mi casa”, manifiesta.
El Ministerio Público anunció que desde el 10 de diciembre se han ejecutado un total de 956 excarcelaciones, por lo que al menos, 900 detenidos tras operativos electorales siguen a la espera de la libertad condicional.
Opacidad excarcelada
Las excarcelaciones anunciadas por el Ministerio Público se han llevado a cabo durante las noches, o en horas de la madrugada.
Quienes salen, se enteran en el mismo instante en el que algún custodio les notifica que está lista su boleta de excarcelación.
En algunos casos, a los parientes los llaman por teléfono y los citan con el fin de grabar videos en los que se comprometen a mantener su silencio ante la prensa, redes sociales y cualquier medio donde puedan contar lo vivido por su familiar en la cárcel.
Adicionalmente, una serie de medidas cautelares, acompañadas de amenazas que incluyen la vuelta a la cárcel son parte del procedimiento.
Los adolescentes
Desde el 11 de diciembre, salieron, con medidas cautelares, cuatro de los ocho adolescentes detenidos la Casa de Justicia 431, para menores de edad del sexo masculino, situado en El Cementerio.
Desde las 5:00 p. m. los familiares se mantuvieron a la espera de indicaciones. Luego, les informaron que los adolescentes no habían llegado al Palacio de Justicia, desde donde iban a salir.
No obstante, horas después la instrucción fue que si la prensa no se marchaba del lugar, no les entregarían a los jóvenes.
Cuando los medios de comunicación se fueron para evitar entorpecer el procedimiento, aproximadamente a las 10:00 p. m., quienes se encontraban en lo alrededores a la espera de noticias, recibieron un mensaje en el que les decían que los adolescentes habían salido a escondidas y escoltados hasta sus casas.
Tras casi 15 días de espera, otros tres salieron el pasado 20 de diciembre.
Al igual que los adultos, sus familiares no pudieron declarar a los medios de comunicación como parte de las medidas dictadas.
Solo queda uno, que por una equivocación, fue llevado al centro de detención de adolescentes, a pesar de tener 18 años.
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