Douglas Vielma, presidente del bloque de transporte del estado Trujillo, reitera que el transporte público en el estado Trujillo está con una bombona de oxígeno y en un estado reservado. Las rutas emblemáticas están en estado crítico. Muchas han desaparecido por completo y otras tienen escasas unidades. Algunos propietarios de unidades han preferido paralizar su máquina y estacionarla, porque quien está trabajando lo hace a pérdida, con la seguridad que en corto tiempo se quedará sin nada. Cuando su unidad se para por cauchos, motor, caja u otra causa, no retornará más a sus labores.
Lo que ocurre en el transporte está pasando a todos los niveles. La mayoría de las organizaciones de transporte están cerradas y siguen cerrando. Los colegios y las universidades están operando en horario mosaico, ya que la mayoría de los profesores están renunciando para ir en búsqueda de algo mejor. Instituciones públicas y privadas han recortado los horarios de trabajo para evitar de esa manera que sus empleados renuncien ante la falta de transporte y porque lo que ganan no les alcanza ni para pagar el pasaje.
“No podemos quedarnos inertes ante la ruina del transporte que se avecina a pasos agigantados, es necesario tomar medidas urgentes para evitar el colapso total”, reflexionó Vielma.