Los que hablan de democracia en el mundo la destrozan por todas partes. Son además de antidemocráticos, perversos, fascistas, terroristas, destructores y líderes de la cultura de la muerte, de los genocidios, del arrase de pueblos, de la contaminación del planeta, creadores de plagas, enfermedades, en fin, son los verdaderos enemigos de la libertad, del amor, de la poesía, de la independencia, la soberanía de las naciones, son los enemigos de la vida. Es la lucha por la sobrevivencia humana y por la propia existencia de nuestro planeta. Es inevitable la rebelión de los pueblos del mundo contra sus opresores imperiales. Es una obligación moral colectiva y un deber de todos los que habitamos esta gran nave terrestre defenderla, cuidarla y cultivarla; y eso implica colocarse en primera línea en el combate emancipador planetario.
Nos quieren asfixiar, ahogar, estrangular. El imperio temeroso y cobarde, expone todo su poder para agredir a los pueblos como el venezolano que resiste y resistirá a sus pretensiones de colonizarnos a toda costa .Quieren exterminar el ímpetu libertario, nuestra manera latinoamericana y caribeña de ser, nuestra resistencia a todo tipo de colonialismo y dominación. Nos consideran sus enemigos porque para el mundo nos presentan como un mal ejemplo cuando por el contrario esta digna patria de Bolívar y Chávez tiene un gran significado para los que luchan por la independencia profunda y por un modelo que expresa la soberanía y el propio destino de sus pueblos. Es la Venezuela heroica, ejemplar, indomable y rebelde.
Bloqueos, sanciones, decretos del imperio contra nuestra república irreductible y combativa. ¿De qué manera quieren ayudarnos? Mil veces cínicos, hipócritas y cobardes. Traidores aquellos que se convierten en los voceros de esta indigna agresión contra nuestra nación, merecen no sólo el castigo de la justicia institucional, sino también el gran castigo moral del pueblo venezolano rechazando abiertamente esta inmoralidad y esta postura vergonzosa, rastrera que pone en el basurero de la historia esta cobarde posición de sumisión, de entrega y de evidente traición a la patria. ¿En qué se diferencia Trump de Julio Borges y de todos aquellos que atacan sin piedad nuestra república? Definitivamente no hay excusa alguna para justificar este plan macabro contra nuestra patria, ¿quién en su sano juicio puede prestarse para hacerle daño? pero los hay, ambiciosos, desarraigados, oligarcas, expropiados de dignidad y nacionalismo, capaces de vender lo más sagrado de un país: su soberanía, su independencia; se congracian, lo dicen abiertamente por el mundo. Qué pena, qué miseria, cómo perdieron el alma que disfrutan del dolor de los pueblos.
El mayor ejemplo que podemos dar, es la unidad profunda de los pueblos, es la hermandad verdadera en el amor por la patria que nos abraza. Que nadie nos aplaste, nos oprima, nos doblegue y nos esclavice. No hay fuerza imperial en el mundo, ni pitiyanquis, quinta columnas que nos hagan retroceder, nos derroten y nos dominen. Entendamos de una vez, que esta patria insurgente no se rinde y no se entrega. Vamos patriotas por millones, es la hora estelar de la república libre y soberana.