Niquitao pasó de ser un pueblo turístico a un pueblo olvidado

En Niquitao ya no se observa vida social

Desde hace un par de años, Niquitao, parroquia Monseñor Jáuregui del municipio Boconó, altamente turístico, atractivo por sus calles de piedras y casas antiguas, pasó a ser un pueblo totalmente olvidado. Ni las autoridades municipales, ni regionales se han abocado a atender este lugar que fue honor en la historia de Venezuela.

Sus moradores manifiestan que los pesares más grandes son: falta de gas, alumbrado público, muchas veces el agua y el transporte público que es inexistente.

A las principales calles y lugares públicos les hace falta pintura y mantenimiento

En estos días de campaña política, los habitantes de Niquitao manifestaron estar decepcionados y desilusionados por las promesas sin cumplir que hacen los gobernantes o los que aspiran un cargo en la administración pública.

La desidia es total. En un recorrido por el pueblo se constató que la mayoría de las posadas turísticas han cerrado, otras sobreviven en precarias condiciones y sin servicios óptimos. Los comerciantes se han tenido que reinventar y en un local ofrecen ropa, comida, hortalizas, productos de higiene y limpieza y otros.

La mayoría de las familias cocinan con leña y consumen remedios caseros ante cualquier quebranto. Las telefonía móvil no funciona y los teléfonos Cantv se la pasan sin tono. El Internet es un privilegio de pocos.

Como prioridad exigen soluciones al problema del acueducto rural y la vialidad que conduce a la ciudad, así como la reactivación eficiente del transporte público. «Que alguien se acuerde y apiade de los niquitaenses», dijo una de sus residentes.

Habitantes de Niquitao no cumplen con medidas de bioseguridad ante el Covid-19.
Muchas de la calles de Niquitao tienen fugas de agua

TESTIMONIOS

William Quintero: «Soy comerciante y puedo decir que Niquitao está descuidado en cuanto a servicios públicos. Tenemos bosques como las Pailas devastados por el corte indiscriminado de árboles. Desde hace cinco meses no hay gas».

 

Omaira Cabezas: «Vivo en la calle 2 de julio de Niquitao y realmente ya no podemos ni ir ni venir de Boconó porque la carretera está en muy mal estado. La falla dd borde nos va a dejar incomunicados. Tampoco hay alumbrado público y menos transporte».

 

Gisela Laguna: «La vialidad hacia Niquitao está en muy malas condiciones. Además el acueducto rural está dañado. Cada vez que un tubo se daña, pasamos varios días sin agua y luego colapsa otro».

 

Paula de Cabezas: «Aquí en Niquitao no hay fuentes de trabajo. Los agricultores cada vez son menos y los negocios son pocos y venden caro. Hay hogares donde si se desayunan no almuerzan. Yo por ejemplo, tenía una posada y la tuve que cerrar porque ya nadie viene. El turismo se acabó».

 

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