Por: María Sara Vivas Araujo
Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.
San Lucas, 2: 52
En el hogar, el papel de los padres, es fundamental en la vida de los más pequeños; los padres y su gran responsabilidad de orientar en valores y principios, por una educación integral que, desde la familia, ha de fortalecer a los infantes con el amor propio y la significación de la dignidad. Esto es, una infancia crecida y empinada con determinación en la palabra que exalte el nombre del Señor y el amor al prójimo, expresión pura y espiritual, justa y piadosa, con oraciones, cánticos y poesías sublimando el bien y lo bello. En preciso, nos lo dice, Mario Briceño Iragorry, “Nos faltan, en verdad, hogares de cristiana raíz, donde comiencen a crecer las menudas virtudes que a la postre se tornen en virtudes públicas. (…) La escuela es la ampliación del hogar, capaz de crear el espíritu del grupo, que tanta falta ha hecho a los venezolanos para la propia y menuda relación amistosa”. Auténticos ciudadanos actuando con humildad, valor y honestidad. Es el ejercicio de ciudadanía en la virtud y el compromiso, asumiendo concepto, proceder y actitud frente a la vida. Familia, Iglesia y Escuela iluminando a los párvulos por los caminos de aprendizaje y hacia la perfectibilidad, a la luz de la integridad, de los hombres que serán.
La Palabra, luz verdadera que nos ilumina a todos los hombres y mujeres. Dios en su magnificencia nos recuerda, que debemos transformar nuestros corazones y parecernos a Jesús, tierno infante que creció fortalecido en espíritu.
La historia antigua nos dice que la devoción al Divino Niño tuvo su origen en el Monte Carmelo, en Israel; pues Jesús, iba frecuentemente a pasear y a rezar con sus padres, José y María y sus abuelos, Joaquín y Ana, en ese devenir el Niño Jesús se ganó la admiración de aquellas personas que también iban al Monte a orar. La narrativa se gloría, al exaltar la devoción al Niño Jesús; inmanencia, hacia la más pura trascendencia de Cristo Jesús.
Es importante reseñar, que organizaciones religiosas como, Las Carmelitas, al igual que, San Antonio de Padua y San Cayetano; Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, han impregnado el mundo del amor por la infancia de Jesús, ¡tanto!, que la imagen del Niño Dios es expuesta con gran regocijo y certitud en parroquias, capillas, iglesias, casas, del orbe cristiano. En efecto, este hecho ha tenido su expresión en el arte, desde representaciones iconográficas bizantinas, de la Virgen con el Niño a partir del relato por el evangelista, San Lucas, hasta nuestra contemporaneidad. Apuntando a los grandes maestros renacentistas y barrocos con su énfasis y brillantez.
En Venezuela está presente la advocación: El Niño Jesús de Escuque. Emanación histórica religiosa que abraza desde lo local regional, nacional e internacional.
Escritos inferidos con documentos antiguos, nos dicen, que la sagrada imagen del Niño Jesús llegó a Escuque entre, 1610-1611, trasladado desde la provincia de León, España, hasta América, por la familia, Guánchez y Cerrada quienes, a su llegada a Venezuela se hospedaron a orillas del Lago de Maracaibo en la naciente comarca del Puerto de Gibraltar, un lugar agradable para la convivencia en el hacer y quehacer, y fecundo, para la pesca y el sector agropecuario. Sin embargo, una avivada zozobra de destrucción, obligó a los Guánchez y Cerrada mudarse a Barinas, en ese ínterin, hacen parada por varios años en Escuque, nombre este, del terruño que levantaron los eskukeyes, que significa, Tierra de nubes.
El asunto es, que desde su llegada a este poblado mágico, romántico, pastoril, sus pueblerinos fueron cautivados por la Presencia del Santo Niño. Asensi Lloria, restaurador de obras de arte, reseña el origen de la imagen del niño Jesús de Escuque, una pequeña talla, en cedro rojo del Siglo XVI, 35 cm. de estatura, representa, a Jesús de 3 años de edad y, con el pedestal, suma 56 cm. Tal esplendor, es un cántico de pureza que cautiva a la religiosidad, la cual, contemplativa en 1630, abre las posibilidades de construcción de la iglesia, morada del Dulce Niño Jesús de Escuque. Inspirador de innumerables corazones. La palabra se torna divina para declarar que la jubilosa creación artística de nuestro Niño Jesús de Escuque, fue tallada en Sevilla, España por el mismo autor del Niño Jesús de Praga, también, promesa de protección y bendición y, vinculado con el buen tiempo.
Escuque, erigido en una de las tantas colinas andinas venezolanas. Escuque, envuelto en un tul ¡encantadoramente neblinoso! bajo un tranquilo cielo azul, cada 14 de enero se convierte, en el escenario de las fiestas del Niño Jesús de Escuque; entusiasta estancia, que con sensible expresión de identidad, es una invocación al Amor y, aleluya, a la Paz.
Bibliografía Consultada:
Biblia de Jerusalén. 1975.
De Mario Briceño Iragorry A Luis Villalba Villalba. 17-06-1952. El Heralldo.
Huz, Luis. 13/01/2023. El Niño Jesús de Escuque. Diario de Los Andes. https://diariodelosandes.com
Rendiles, María. 2020. Devoción al Divino Niño Jesús. https://televid.tv.com