El anuncio fue hecho este jueves por el ministro de Educación, Cultura y Deporte de España, Íñigo Méndez de Vigo.
Ramírez, de 75 años, fue vicepresidente de Nicaragua de 1985 a 1990 y su participación en la revolución sandinista está recogida en su libro de memorias «Adiós muchachos», publicado en 1999.
Pero el escritor, nacido en Masatepe, se retiró definitivamente de la política en 1996 para concentrarse en su trabajo literario.
«Este es un premio para Nicaragua, para Centroamérica, para nuestra cultura, para nuestra literatura», le dijo a BBC Mundo Ramírez desde su casa en Managua.
«Nunca había caído el número de esta ruleta en Centroamérica y yo me siento muy orgulloso de recibir este premio, que es un premio para todos los escritores centroamericanos», agregó el nicaragüense.
La obra de Ramírez incluye numerosos ensayos, cuentos y novelas como «Castigo Divino» (premio Dashiell Hammett, 1990), «Margarita, está linda la mar» (premio Alfaguara de novela 1998 y Casa de las Américas 2000) o «Un baile de máscaras» (premio a Laure Bataillon a la mejor novela extranjera publicada en Francia en 1998).
Y antes de ser reconocido con el Cervantes, el centroamericano ya había sido honrado con el Premio Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria en Idioma Español, otorgado por el gobierno de México y nombrado Caballero de las Artes y de las Letras de Francia, entre otros reconocimientos.
El jurado del Cervantes, por su parte, decidió otorgarle el premio «por aunar en su obra la narración y la poesía y el rigor del observador y el actor, así como por reflejar la viveza de la vida cotidiana convirtiendo la realidad en una obra de arte».
«Todo ello con excepcional altura literaria y en pluralidad de géneros, como el cuento, la novela y el columnismo periodístico», se lee en el acta del prestigioso premio.
«Hasta la muerte»
Para Ramírez, «los premios son mojones en el camino que van marcando la ruta que uno lleva y uno los recibe con alegría. Pero no recibirlos no me amarga».
«Uno no escribe por los premios», le dijo el también autor de «Sombras nada más» y «Mil y una muertes» a BBC Mundo.
Y el nicaragüense, quien acaba de publicar «Ya nadie llora por mí» -una secuela de su novela de 2009 «El cielo llora por mí»- y es el principal impulsor del festival literario «Centroamérica cuenta», sólo piensa en seguir escribiendo.
«Yo creo que en la literatura no hay tercera edad, uno escribe hasta el día de su muerte, y eso es lo que yo voy a seguir haciendo», aseguró el escritor.
Y, como para confirmarlo, esta misma semana la poeta nicaragüense-salvadoreña Claribel Alegría, de 93 años, recibió en Madrid el XXVI Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana.
«Estamos en el hit parade», dijo Ramírez, celebrando también el premio de su compatriota.
Dotado con 42.100 euros (unos US$50.000) y entregado por Patrimonio Nacional y la Universidad de Salamanca, el Reina Sofía «reconoce el conjunto de la obra de un autor vivo que, por su valor literario, constituye una aportación relevante al patrimonio cultural común de Iberoamérica y España»
El Premio Cervantes, por su parte, es entregado anualmente por el ministerio de Cultura español a propuesta de la Asociación de Academias de la Lengua Española y está dotado con 125.000 euros (poco menos de US$150.000).
Y el denominado «premio Nobel de las letras hispánicas» celebra la figura de un escritor vivo que, «con el conjunto de su obra, haya contribuido a enriquecer el legado literario hispánico».
Sus anteriores ganadores incluyen a Alejo Carpentier, Jorge Luis Borges, Octavio Paz, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa y Camilo José Cela.
El ganador del año pasado fue el español Eduardo Mendoza