París, 18 feb (EFE).- El París Saint Germain intenta salir de su crisis en el encuentro liguero de mañana domingo ante el Lille, con su estrella brasileña Neymar de nuevo en el ojo del huracán por su estilo de vida.
El club parisino encadena tres derrotas consecutivas (liga, eliminación de la Copa y en Champions), algo nunca visto desde noviembre de 2011, muy poco después de la llegada de los actuales propietarios cataríes.
Si se añaden otras dos derrotas ligueras, el PSG ha perdido cinco partidos en poco más de un mes, sin que la remodelación del vestuario del pasado verano parezca haber funcionado y con el técnico Christophe Galtier, también llegado en la pretemporada, ya cuestionado.
La última derrota ha sido la más significativa, el pasado martes ante el Bayern de Múnich por 0-1, que además pone en serio peligro el auténtico objetivo del PSG, la Champions, ya que no ganar la débil liga francesa parece fuera de duda.
Tras esa derrota, Kylian Mbappé exhortó a sus compañeros a aplicarse para levantar la eliminatoria de octavos de final en Alemania. «Hace falta sobre todo que nuestros jugadores tengan buena salud. Cada uno debe comer bien, dormir bien y prepararse al máximo», dijo la estrella francesa.
Pero justo al día siguiente Neymar dio la nota al aparecer fotos suyas en un torneo de póker -un compromiso que tenía desde hacía algún tiempo- y cenando una hamburguesa en una cadena de comida rápida.
«Le dije lo que pensaba», indicó a la prensa Galtier, quien aún así reconoció que el jugador tiene derecho a disponer de su tiempo libre como desee.
Mientras tanto, el rendimiento del brasileño, lleno de altibajos, ha vuelto a generar críticas, sobre todo en los últimos dos meses, eclipsado por un Messi campeón del mundo y un omnipresente Mbappé.
Desde el entorno del jugador se ha deslizado a la prensa francesa que a Neymar le ha costado recuperarse de una lesión sufrida en el tobillo derecho durante el Mundial de Qatar (una contusión de un ligamento lateral y un edema óseo).
Por fuertes que sean las críticas a su juego y a su estilo de vida, Neymar tiene contrato con el PSG hasta 2027 y su estratosférico salario y su edad, 31 años, hacen bastante improbable que ningún otro equipo pueda querer incorporarle, por lo que los parisinos y la estrella brasileña parecen destinados a continuar unidos.
En el último mercado de invierno hubo informaciones acerca de un posible interés del Chelsea inglés, pero finalmente el club londinense se centró en fichar talento joven, sobre todo con el argentino Enzo Fernández y el ucraniano Mykhailo Mudryk.
Tras el cierre del mercado, el estilo de vida y las fiestas de Ney continúan copando titulares en Francia. L’Equipe publica este sábado un reportaje con testimonios de los vecinos del jugador brasileño en Bougival, una acomodada población de 8.000 habitantes de las afueras de París.
«Esta persona no tiene ningún respeto. El hecho de que sea Neymar no le excusa. Algunas de sus fiestas han durado 48 horas», se queja un habitante de la población.
El último ejemplo fue la celebración del último cumpleaños del jugador, el pasado 5 de febrero, con música al aire libre hasta la medianoche en el terreno de 5.000 metros cuadrados que tiene su mansión.
El propio alcalde, Luc Watelle, se confesó «impotente» en las páginas de Le Parisien por las frecuentes y ruidosas fiestas del brasileño.
Otros vecinos se sienten menos molestos. «Se oyen gritos de chicas y rugidos de motores, pero es aceptable. Ocurre una vez al mes como máximo», puntualiza otro habitante.