Nelson Rojas…el amigo de todos

Nelson Rojas, sin dudas un hombre apreciado y querido por muchos

 

Gabriel Montenegro
gabymonti59@gmail.com


Hablar de Nelson Rojas es hablar de gente distinta; no porque su personalidad haya sido sui géneris, o se trate de un ser humano con atributos especiales; simplemente Nelson fue el amigo de todos, porque grande y amplio, casi sin límites, fue su corazón.

Digo esto porque Nelson Rojas, el deportista, el muchacho del barrio, el compañero de clases, de aula y además el pedagogo; el hijo, hermano, esposo, padre tío y amigo ya no está más; al menos físicamente entre nosotros, pero sin lugar a dudas que su huella ha sido y será imborrable para los valeranos y todos quienes le conocieron.
Demás está referir su noble personalidad, su decencia a la hora del trato personal y su carisma para hacer amigos.

Desde muy muchachos compartimos con el joven alto de cabello largo y calidad excepcional en las canchas de Bella Vista, Plata Uno, Las Mercedes, La Puerta y Plata IV, donde los entonces jóvenes volibolistas y basketeros salíamos a imitar a nuestros ídolos de entonces…Wilt Chamberlain, Magic Jhonson, Bill Russell, Larry Bird, las referencias mucho antes de Michael Jordan y compañía.

Destacaban en nuestro país Luis » Kunda» Tovar, Iván Olivares, Ramón «Tulo» Rivero entre otros.

Tuvo muchos amigos y en su muchachada compartió con otros destacados deportistas como Salvador Evando Morillo, Miguel Arroyo, Los hermanos Leal, Hermani Albarran, Alfredo Villamizar, José Gregorio Urbina, Rafael Franco, Wilfredo Espinoza, el «pecueca» o » zurdo» Rodríguez, Manuel Cordero, Héctor García Ayala, Ramón Peña Altuve, los hermanos Moreno, Hernais Soto, Gerard y Patricio Allerte, Ascensión Palma, José Changarotti, Orlando «conejo» Guillén, William «patica» Nava, Edgar » perejimenez» Salas, Edgar Rubio, Gilmer Avendaño, Arnoldo Bolívar, Toñito Valero, Eduardo y Gerardo La Cruz, Orangel Alvarez, Victor, Antonio y Elio Viloria, Victor Salas, José » Niño» Montenegro, Francisco Graterol Vargas, Wilmer Suárez, Juan Valero, Andrés Berríos, Atilio Peñaloza, Pedro » Pepe» Maldonado, Elbis Africano, Mauricio Torres, El » Chereche» Peña, los hermanos Luque, Tomas Semprún, el «Lobo» Simancas, Jesús Rizales, el popular «pecas», también fallecido recientemente, Saulo Herrera, Rafael José Daboin, Rigoberto Albarrán, Elvis Viera, Elmo Brown y muchos otros que escapan a mi limitadísima memoria, y me disculpan los grandes deportistas a quienes no he nombrado y que fueron determinantes en su noble existencia.

El deporte pierde a uno de sus máximos representantes valeranos.

Pero mas allá de hablar de nuestro amigo y dar loas a su vida productiva, creo que la mejor descripción la dio su amigo y colega del Silet Rafael Araujo, quien en emotiva y sincera dedicatoria expresa lo siguiente: «La muerte cercó la vida de un gran atleta, muy corta la vida del gran amigo y alta, productiva y ejemplar la existencia por quien hoy escribo para enaltecerle.

Allá lejanos días nos conocimos en las canchas del Parque Plata uno ( CVN), en Valera. Jóvenes aprendimos el ejercicio de lo grande que es el deporte y la calidad de construir amistades….Nelson, te llevó la misma vida.

El mismo tránsito que tenemos para la llegada y el mismo límite de partida.

Ahora estás dónde llegan los grandes; los de amistad sincera y esfuerzos propios, los que luchan para sobreponerse a las dificultades.

No vencerás en el voleibol, tampoco en el básquet.

Tu manera de sortear cada juego ya ganó, como se gana la gloria del atleta de las ciudades.

La ciudad te llora; la Plata Uno se llena de lágrimas.Tus amigos desde donde estemos nos doblegamos con ese extraño dolor que nos aflige al ver tu cuerpo tendido en una sala fría y florida.

Nelson Rojas es ejemplo siempre presente; un maestro que se burla de la muerte, porque se fue, es lo que apreciamos y ahora está como centinela, colocado en las Ciudad de las Siete Colinas.

La muerte nos duele y nos agita conciencias y corazones para vivir. Nelson, hasta luego» «Rafa, dirías tú, hasta luego».

«Hermano hemos jugado a la vida».

Este miércoles tres de abril, esperamos acompañarlo de alma y junto a familiares y amigos testimoniar nuestro respeto, cariño y admiración.

«No hay despedida honrosa si no ha existido amor, cariño y aprecio mutuo. Nelson se ganó todo eso y aunque ya no late su corazón en la vida física, la llama de su existencia brillará con luz especial y perdurará para quienes tuvimos la dicha y el honor de conocerle». Que el Altísimo lo reciba!

 

 

 

 

 

 

 

 

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