Nelson Márquez: «Las limitaciones físicas jamás quebrarán mi firme voluntad de vida»

Nelson Márquez, un valerano amante de la vida, ha superado muchas vicisitudes, especialmente serios quebrantos de salud desde que era apenas un bebé, sin embargo ha enfrentado todo con valentía y firme voluntad.

Nelson Márquez: " Las limitaciones no han quebrado ni quebrarán mi voluntad".

 

Gabriel Montenegro/DLA.- Nelson Márquez, nuestro fraterno «Cojo Nelson» es un ciudadano común y normal que con sobrada razón se ganó la titularidad en nuestro espacio «Personajes» de esta oportunidad, por su entrega, valor, sacrificio y determinación a pesar de las adversidades.

 

Humildad y sencillez

Perteneciente una familia modesta, la cual se radicó desde hace muchos años en la Avenida 14 de Valera; su madre una laboriosa ama de casa, y su padre, un médico fallecido a muy temprana edad, Nelson nació hace más de 50 años, pero a los pocos días del alumbramiento, su cuerpo fue atacado por el terrible mal de la poliomielitis, enfermedad que hizo estragos en Venezuela en las décadas de los años 50 y 60, por lo cual su mamá pasó momentos de verdadera angustia, sorteando las crisis febriles y el debilitamiento que sufría su pequeño recién nacido.

Gracias a esa entrega de madre buena y a la gracia de Dios, Nelsito o «Nechito» como le decían sus hermanos y familiares, pudo sorteando su enfermedad, y a medida que crecía, a pesar de sus limitaciones de distrofia ósea y muscular, pudo ingresar al colegio.

La tradicional escuela «Padre Blanco», donde con mucho sacrificio, soportando dolor y hasta las naturales chanzas de sus compañeritos, logró sacar su sexto grado.

Ingresa entonces en la educación media, en el recién incorporado liceo «Ciudad de Valera», antes Instituto de Comercio «José Luis Faure».

«Hago votos porque vuelvan los periódicos y tengamos de nuevo revistas y activos nuestros puestos»

Deportista a carta cabal

Nelson Márquez se empeñó también en ser deportista, muy a pesar de los escépticos quienes dudaban de su condición de atrofia casi general.

» No me «achicopalé» por mi condición física y como anécdota de mi empeño te cuento que jugábamos pelota en el terreno frente a la hacienda «La Plata» de Mario Maya y frente al hospital central. Como anécdota humorística les cuento que cuando me tocaba tomar turno al bate, yo me paraba en el home y bateaba, mientras un compañero de equipo corría por mí».

En el fútbol de sala o futbolito, como le decíamos a esta especialidad, yo jugaba en la defensa y en otras oportunidades pateando los penales. Muchos se admiraban de mi determinación

Hubo de buscar sus propios recursos

Nelson añade, que desde el muy joven a raíz de la muerte casi prematura de su padre, hubo de ayudar a la familia, trabajando en varios oficios, desde despachador de almacén, operario y como vendedor de revistas y periódicos.

«Con la venta de la prensa escrita, debo decir que muchos como yo solventamos nuestras carencias económicas. Los periódicos han sido un aliado único para quienes regentamos kioskos en el casco de la ciudad».

Sin lugar a dudas que hace mucha falta la presencia de ja prensa escrita y las revistas que contaron con infinidad de suscriptores en el estado Trujillo. Ojalá y esos tiempos vuelvan de nuevo»- dijo en tono melancólico.

Desde muy niño fue atacado por la poliomielitis y sobrevivió gracias a su señora madre.

Grandes amigos y conocidos

El popular «Nelson Márquez», agrega que a través de la prensa escrita y la radio, elementos de los cuales es un acérrimo admirador, por ser baluartes fundamentales en defensa del colectivo y voz de las comunidades, ha conocido a muchos de sus buenos amigos, como Guillermo «Memo» Bracamonte, Rafael José Daboín, Evencio Daboín, Francisco Graterol Vargas, el ingeniero Carlos Gil, el doctor Alfredo Socorro; un amigo que me aprecia y que llaman «Montenegro», además de gente del comercio local, vendedores de café, secretarias, personal de agencias bancarias; esa es la Valera que he aprendido a amar durante toda mi vida».

Respeto y reconozco a la gente del Ateneo de Valera, al doctor Eladio Muchacho, a Luis Mazzarri por atreverse a mantener dos de los más prestigiosos medios de comunicación del occidente del país y de Venezuela.

De la Valera progresista recuerda a Sixto Pineda, Cheguel Álvarez, Horacio Colmenter, Pedro Rosario Maggi, don Pepe Muchacho, Virgilio Plaza, Nestor Méndez, Jorge Dubúc, los hermanos Bracho Padrón, Néstor Méndez, Juan Abreu, Luis Godoy, Omar Nava, los hermanos Pacheco, Asterio Bravo, Jacob Senior, entre otros hombres y mujeres que impulsaron el progreso local junto a la colonia italiana con la referencia histórica de Domingo Giacopini, Giacomo Clérico, Elio Raggioli, Paolo Longo, Valentino Triozzi, Libio Lanaro, amén de la buena inmigración árabe y española.

Todos los días sale a ganarse la vida, en el puesto que se ha negado a cerrar a pesar de la crisis.

 

Admira al gobernador y a Galarraga

Ante la pregunta de si tiene aprecio especial por algún personaje, no duda en afirmar que en cuanto respecta al deporte, su ídolo ha sido Andrés Galarraga, no solo por ser una persona muy humilde y sencilla, o por estar ligado a Trujillo por su esposa oriunda del histórico pueblo de Santa Ana», sino por haber superado una grave enfermedad y declararse devoto de la Virgen Santísima».

«Aquí en Trujillo, admiro al actual gobernador Gerardo Márquez, un joven que conozco, ha sido muy valiente. Primero por ser miembro del MVR 200 y de la asonada militar del año 92 junto a Chávez y Arias Cárdenas, además de que está trabajando por mejorar las cosas en nuestra región. Ojalá y le vaya bien en su cruzada y no haga lo de sus predecesores, quienes no han hecho nada por nuestro estado Trujillo».

Nos despedimos de Nelson Márquez, nuestro querido y respetado «Cojo», quien toma bastón y su bolso con las cositas que vende para sobrevivir, y parte a rumbo a su casa en La Beatriz, luego de otra dura jornada y haber sorteado el sol inclemente y los naturales aguaceros caídos los últimos días. Es sin dudas un sobreviviente de estas calles valeranas, por donde caminan junto a él, la esperanza y el deseo general de todo un conglomerado por tiempos mejores.

 

 

 

 

 

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