Por: Alberto Torres
Los precios no superan los Bs. 3.000.000 por cada disco y abren la posibilidad de ver estrenos. Los consumidores aseguran que la compra de formatos físicos sigue siendo alternativa al cine –dados los precios de entradas, consumo y transporte–, y al streaming, ante los constantes problemas con el internet.
Caracas. “Mi hijo está fuera del país y nos dio la clave de su cuenta de Netflix, pero tú sabes que aquí muchas veces hay rollos con el internet”, cuenta Félix Acosta, habitante de La Vega, y añade que la pandemia, confinamiento y la partida de Directv hicieron que en su casa desempolvaran el DVD y decenas de películas que tenían más de diez años guardadas.
De vez en cuando, asegura, aprovecha ofertas que va viendo en la calle mientras hace diligencias o pasea con sus nietos, bien sea cerca de su comunidad o en lugares como el centro de Caracas. “Pero eso ya no se ve casi, al menos no como antes”, señala.
Según cifras de la Asociación de Cinematografía (Motion Picture Association), que agrupa a los cinco principales estudios de Hollywood y que recientemente añadió a Netflix, las ventas globales de DVD y Blu-ray cayeron de 25.200 millones de dólares a 13.100 millones de dólares entre 2014 y 2018, debido a la migración del público a los formatos digitales, cuyos ingresos aumentaron 170 % en ese período.
En el caso de Félix y su familia, asegura que el factor económico y el internet son los que más privan ahora. “Ya Directv (ahora SimpleTV) no es tan barato y sus precios no son acordes con la variedad que ofrecen”, dice.
Hasta mayo de 2020, cuando cesó sus operaciones, Directv incluía paquetes de HBO y el extinto Fox Premium que ofrecía películas recién estrenadas a precios ínfimos. Actualmente, SimpleTV ofrece planes de entre $1 y $25 y el paquete HBO cuesta $5 mensuales adicionales. Desde el año pasado operadoras como Inter, Supercable y NetUno también han sincerado sus precios y hacen ajustes cada cierto tiempo.
El declive de las ventas de películas y series en formatos DVD y Blu-ray es una realidad mundial y también en Venezuela, donde la irrupción de plataformas como Netflix y Amazon Prime tardó más en producirse debido al control de cambio, y la recesión económica obligó al cierre de negocios o migración a otros rubros, incluso aquellos que comercializan películas pirateadas.
En un centro comercial de San Martín, al suroeste de Caracas, Angélica cuenta que el pequeño quiosco familiar que maneja con su hermano “mutó” con el pasar de los últimos siete años y, de vender exclusivamente películas, series y videojuegos, ahora la mitad del negocio depende de impresiones, copias, venta de café y chucherías.
Lo ‘bueno’ es que la situación del país y los servicios hace que siga siendo rentable la venta de películas. No se puede comparar el costo de ver una película en tu casa, con cotufas y refresco a menor precio, que en el cine, que ya es casi un lujo y tienes que pagar por cada uno de los que vaya”, afirma.
Los precios de las películas pirateadas varían dependiendo del local donde se adquieran. En las adyacencias de los mercados de San Martín y Quinta Crespo, un solo CD cuesta entre Bs. 500.000 y Bs. 1.000.000, mientras que en negocios formales ya establecidos los precios van de Bs. 2.000.000 a Bs. 3.000.000, en formato DVD, y pueden llegar a Bs. 5.000.000 si son Blu-ray.
Buscan de todo, principalmente lo más nuevo
Eliécer*, encargado de una tienda con más de 15 años dedicada a venta de películas en La Vega, cuenta que, si bien no se vende al mismo ritmo porque hay quienes usan más las plataformas de streaming, a su negocio “llegan personas a cada rato, se llevan dos, tres y hasta cuatro CD, o más si buscan series con muchas temporadas”.
La digitalización ha hecho que, a diferencia de hace una década, todas las películas y series que ofrece sean “de alta calidad”. “Ya es difícil que una película salga mala o se pegue o sea grabada en el cine porque el mismo día que la estrenan ya se consiguen en internet”, cuenta un vendedor ambulante de San Martín que pidió omitir su nombre.
En los negocios visitados por Crónica.Uno destacaban títulos que actualmente están en cartelera o recién fueron lanzados, como Black Widow, Space Jam: Una nueva era, Jungle Cruise y El Escuadrón Suicida, así como series y películas de Netflix, Amazon Prime, Disney+ y HBO Max.
Además, por cuestiones de derechos, hay películas y series que no están en servicios de streaming o, si lo están, el usuario debe pagar un monto adicional a lo que ya pagó de mensualidad. Pulp Fiction, por ejemplo, solo se puede alquilar en Amazon, Google Play y AppleTV desde $2,99, mientras que la recién estrenada Rápidos y Furiosos 9 tiene un precio de alquiler de $19,99.
Yo paso por aquí de vez en cuando y compro unas cuántas y aprovecho las 3×1 como esta (un DVD que incluía Space Jam, Jungle Cruise y Mortal Kombat). El cine está muy caro y el internet no ayuda cuando quieres verlas o descargarlas en las páginas que las suben”, dijo un joven consultado mientras compraba en un negocio en La Hoyada.
Hasta julio de 2021, según el portal Speedtest, la velocidad de descarga promedio del internet en Venezuela era de 21,34 megabits por segundo (mbps), lo que ubica a Venezuela en el puesto 133 del ranking mundial, mientras que en redes móviles (las que usan los teléfonos y dispositivos BAM) el promedio es de 7,61 mbps.
La Motion Picture Association proyecta que entre 2014 y 2018 los consumidores gastaron 13 % más en ver películas en el cine, aunque la pandemia dio un giro completo a esas cifras y, en el ámbito mundial, los ingresos por taquilla cayeron entre 70 % y 80 % en 2020. En Venezuela, sin embargo, solo en 2019 la cantidad de espectadores disminuyó 16,59 % respecto a 2018, una caída que se mantiene desde, al menos, 2016.
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