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Nazaret Suescun, ha colocado su arte al servicio de Dios, dejando en cada pincelada un mensaje visual con huella firme. Orgulloso de sus raíces, su páramo, su gente, sus tradiciones y cada detalle de su natal Mucuchíes. Tierra bendecida con clima, paisaje y el carisma de su gente, en el estado Mérida.
Un chamo, que el próximo 26 de enero cumplirá sus primeros 35 años de vida, ha desarrollado de manera empírica y autodidacta, la herencia artística cultivada en la genética de su familia. Orgulloso del legado de sus tíos, los artistas plásticos Manuel y Jesús Suescun. Inspirado por el ejemplo de humildad y pertinencia, de Juan Félix Sánchez; comprometido con su legado como referente.
Nazaret, desde niño, disfrutaba del ambiente sereno y alegre del taller de sus tíos, creciendo embrujado con la forma de expresarse de los artistas, entre el aroma de los diferentes materiales usados por ellos para convertir cada pieza, incluyendo las sencillas letras de un aviso publicitario, en “fragmentos artísticos” que desde sus corazones acariciaban el alma de propios y turistas.
Siendo un escuincle de tan solo 8 años, talló para su abuelo paleticas y el cuchillito para extraer de la tradicional “cuca” las boleadas de chimó. Muy pronto elaboró yugos para arar la tierra, según las enseñanzas pasadas de generación en generación, así como otras piezas para el trabajo del campo, llegando a moldear barro, decidido a encontrar aquella vena artística que, estaba seguro, había heredado.
En la escuela destacó por su forma de dibujar rostros y caricaturas, obteniendo sus primeros ingresos económicos, utilizándolo para sus propios gastos, intercambiar por meriendas, invertir en materiales para continuar formándose, o darse una escapadita al Ciber del pueblo, para alquilar, por unas horas, algún videojuego, visualizando desde entonces, con el tiempo viviría de su talento.
El brillo de una mirada, la forma del rostro, el detalle de cada cabello o líneas de experiencia, marcadas en las frentes en sus coterráneos, fue envolviendo el alma del joven artista, inspirándolo a buscar, aprender, errar y componer técnicas propias para plasmar cada expresión, con los sentimientos como protagonistas.
Siempre al abrigo de su familia, tras terminar su bachillerato y durante su formación académica como Técnico Superior Universitario en Administración, egresado del IUTCM, elaboró algunos avisos para comercios, trabajos que le “pichaban” sus tíos, desde su taller de publicidad.
Nazaret, encontró en su fe católica, la fortaleza en momentos difíciles y una inagotable fuente de inspiración. Tiene múltiples motivos para agradecer, desde la vida, salud, la tierra, su comunidad, su talento; queriendo ser útil a Dios y su gente a través de su expresión artística, destacando como pintor de arte religioso. Es devoto de la Virgen del Carmen, San Isidro Labrador patrono de su pueblo, y de San Benito, formando parte de Sociedad de San Benito de Palermo, buscando siempre inspiración en lo espiritual, y pintando cada año un nuevo mural de San Benito, para su fiesta anual, como parte de una Promesa al “Santo Negro” como le llaman con cariño.
Sus obras, han sido expuestas en la Galería La Otra Banda, en la ciudad de Mérida, en Tabay, Ejido, y en tres oportunidades en su natal Mucuchíes, contando solo con el apoyo de su familia, su constancia y disciplina, aspirando su “amor al arte en sincronía espiritual, le abran puertas correctas”.
En sus piezas, elaboradas en diferentes formatos, representa a sus paisanos, las labores del campo, desde el arado, la siembra, la cosecha, cada una con minuciosos detalles, utilizando desde acrílicos, acuarela, grafito, carboncillo, creyones, lapicero, chimó, hasta óleos, expresando sus emociones a través del arte ingenuo, paisajes, retratos y estampas religiosas, sobre versátiles materiales que sirven de base, pasando por lienzos, madera, MDF, galvanizados, paredes, piedra.
Como buen paramero, un 4×4, sin miedo a ninguna textura
“Todos tenemos derecho a trabajar y vivir, compartiendo nuestro talento, motivando y apoyando a otros a involucrarse en el arte, dejando nuestro legado, rompiendo esquemas de competencia y egoísmo. Por el contrario, dejando huella que embellezca nuestro entorno y llegue al alma de quienes nos rodean”
Ganador recientemente del primer lugar del Salón Pequeño Formato, organizado por la Fundación Casa Mucusutuy en Mucuchíes, con su obra: «Maestros, sus huellas son legado a seguir» donde se aprecian cuatro grandes artistas venezolanos, Juan Félix Sánchez, Carlos Cruz Diez, Armando Reverón y Arturo Michelena, tallando pintando forjando un país también de riqueza artística.
Para conocer un poco más sobre las obras de este artista, pueden seguir su cuenta en Instagram @nazaret.suescun.
Fotos cortesía de Nazaret Suescun
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