Navidad trujillana: leyenda y tradición

Historia de Vida ha preparado una serie especial en torno a la Navidad, sobre todo a la navidad nuestra, al sentir navideño de la trujillanidad. Será una serie de varias entregas a partir de la fecha. A pesar de la crisis, de los desencantos, vicisitudes, tristeza, etc., la Navidad es un torrente de esplendor, hermandad y luz; es la gran fiesta universal de la humanidad, y nada ni nadie tienen derecho de impedir su celebración, ni dañar su espiritualidad y la alegría esperanzadora que ella trae con la llegada del Niño Dios

 

 

 

La Navidad trujillana vista por la gran artista, Josefa Sulbarán desde su pueblo natal, Los Cerillos.

HISTORIAS DE VIDA EN NAVIDAD. Estamos a sólo días para que florezca la Noche de Navidad que es la fiesta más hermosa de la humanidad; es alegría, amor, paz, solidaridad y los anhelos maravillosos para que reine la felicidad en todos los pueblos de la Tierra.
La Navidad es la fiesta universal en honor al nacimiento de Jesús, el Rey de los Cielos. Es la extraordinaria motivación de los sentimientos, es abrir las puertas del corazón y sentir el amor; es compartir con todos la hermandad, sembrar los mejores propósitos, la fe y la esperanza.

Historias de Vida ha preparado una Serie Especial sobre La Navidad, sobre todo de la Navidad nuestra, al sentir navideño de la trujillanidad. Será una serie de varias entregas a partir de la fecha.
Desde niño nos han inculcado que la Navidad representa el nacimiento del Niño Jesús bajo los símbolos de la humildad, la pureza y la ternura en el pesebre.
A pesar de la crisis, de los desencantos, vicisitudes, tristeza, la Navidad es un torrente de esplendor, hermandad y luz; es la gran fiesta universal de la humanidad, y nada ni nadie tienen derecho de impedir su celebración, da dañar su espiritualidad y la alegría esperanzadora que ella trae con la llegada de Dios.

La Navidad es fraternidad que echada a andar por todas las ciudades, pueblos y horizontes del planeta Tierra. Cada quien ha ido moldeando a su manera la adoración al Creador, dándole su toque o colorido mágico, con sus tradiciones, cánticos y signos creativos. Nuestra región no ha sido la excepción.
Con mucho respeto y admiración queremos dedicar este trabajo a la memoria del poeta escuqueño, Antonio Pérez Carmona, por ser uno de los intelectuales regionales que con más amor y pasión escribió a esta fecha tan hermosa para la humanidad y quien a través de sus escritos navideños, inculcó esa rica historia del sentir del trujillano por estas fechas.

 

La Navidad genuina

 

Los Pastores y Reyes de San Miguel en Boconó son una exaltación a la celebración de la llegada del Niño Dios.

Pérez Carmona solía decir y lo reflejó además en sus fabulosos e impecables escritos que, la genuina Navidad, era aquella que vivieron los abuelos y padres de antes; esa Navidad que se abría al júbilo del mes de diciembre con su carga de tradiciones, su universo mágico, su imponente respeto a lo divino, la Navidad envolvente en la sonoridad de las campanas, los triquitraquis, los pesebres construidos con verdadera pasión artística, y de una gran gama tradicionalista. Con el pasar del tiempo, esa Navidad íntima, florida, sin lugar a dudas, fue pasado ya al rincón de los recuerdos, víctima de las imposiciones modernas de la época y del trajinar y situaciones del día a día de los habitantes de cada entidad o pueblo.

En neutros pueblo trujillanos, hasta hace unas cuatro o cinco décadas atrás, la llegada de la Navidad era sencillamente vivir, sentir a flor de piel, el frío decembrino y cautivante que bajaba de las montaña, el espíritu maravilloso de la confraternidad, el retorno a un mundo vegetal, oloroso a frondas, a montaña, yacente en las ramas, el musgo y el páramo.

La Navidad aparentaba subdividirse entre la ciudad y los pueblos, tomando sus matices, sus tonalidades diferentes. En los pueblos se hacía más familiar, rescatada y tradicionalista, mientras que en las urbes tomaba acentuaciones profanas, frenéticas, en lo que atañía a las fiestas y parrandas.

La solemnidad teatral de la escena de Belén, que era el reto o emulación de los pesebres, constituía, prácticamente, un hermoso torneo que se disputaba en familias y pueblos para obtener el premio o trofeo del mejor nacimiento. Dignos de una gran fama que traspasó los linderos del estado Trujillo, fueron los pesebres realizados meticulosamente por las virtuosas familias de Valera, La Puerta, Mendoza, Betijoque, Escuque, Carache, La Quebrada, Trujillo y Boconó. Y cada quien daba al “Nacimiento” un toque hermoso, producto del ingenio y de cierto aire figurativo.

Hábiles manos, asentaban, mediante el anime, la arena, el cartón y el cristal, la estampa de la noche buena de Belén, donde se amalgamaban pastores, leñadores, reyes magos, desiertos, estrellas, animales y ríos, en una atmósfera harto religiosa, cautivante hacia niños y adultos.

La Navidad cobraba gran color, una magia y su hechizo especial, desde la madrugada de los 16 de diciembre con las fascinantes misas de aguinaldos.
Pastores y pastorcitas, jóvenes y adultos, se divertían con la música del conjunto localista en el atrio de la iglesia, mientras el cielo se iluminaba por los cohetes. Luego venía el paseo por las calles del pueblo en un desfile polícromo, con el viento frío, las canciones folklóricas, las parrandas y las coplas.

La tradición de las misas de aguinaldos celebradas en las madrugadas decembrinas, se fue liquidando en la mayoría de las parroquias y sectores debido al crecimiento margen de inseguridad que se fue apoderando de nuestros pueblos.
Apenas en los campos y caseríos de La Puerta, Carache, Boconó, La Quebrada y Escuque, se conservan las tradiciones del Rosario Cantado, El Robo del Niño, las procesiones iluminadas por las velas y el culto de los promesantes.

 

 

La Romería de San Benito en Betijoque forma parte de las tradiciones navideñas del trujillano

 

 

Aferrada a un torrente mágico

 

No obstante, la tradición navideña continúa aferrada en la solidaridad que comunica ese torrente mágico navideño que es el pesebre, los aguinaldos, los cánticos y coplas campesinas, en el fervor del hombre humilde ante la imagen del Salvador, el hechizo y la absorbente fascinación de la Navidad, la fiesta más espera, la fiesta del gozo y religiosidad más importante de la humanidad.

 

Los pesebres son otra gran tradición trujillana, la creatividad es muy lata de con mucha imaginación para recrear tan importante acontecimiento.

En memoria

Este trabajo lo dedicamos al poeta Antonio Pérez Carmona. Hijo de Escuque, nacido en el caserío Media Luna el 8 de junio de 1933, legó una obra fascinante en los campos del cuento, la novela, el ensayo, la crónica, y un periodismo valiente y comprometido con la dignidad de los pueblos.
Un 4 de diciembre de 2006 viajaba hacia el Inmenso Reino, como uno de los intelectuales más polifacéticos del siglo XX. A él este sincero homenaje.

El poeta Antonio Pérez Carmona fue un gran enamorado de la navidad, la vivía con mucha pasión y sus relatos le daban un toque mágico

Referencias y Consultas:
Archivos DLA. Navidad Trujillana, Antonio Pérez Carmona. Navidad: Tiempos de Gozo, Lourdes Dubuc de Isea. Navidad y Niño Jesús, Raúl Díaz Castañeda. Trujillo en Navidad, Francisco González Cruz. Testimonios del Periodismo Trujillano y conversaciones con Don Luis González. Repertorio Trujillano, Alí Medina Machado.

Salir de la versión móvil