Músicos y cantantes trujillanos unieron sus voces para despedir a uno de los más grandes exponentes de la balada romántica, Franco Acosta, quien entregó su alma al Creador, dejando un valioso legado musical y honda tristeza entre quienes disfrutaron de su talento.
Los restos mortales de Rafael Valecillos, nombre real del artista, fueron velados en Servicios especiales La Previsora de la ciudad de Valera, en presencia de autoridades regionales, encabezadas por el Gobernador del estado, My. Gerardo Márquez, Temístocles Cabezas, autoridad única de Cultura y Angélica D’Santiago, directora general del Instituto de la Cultura y las Artes de Trujillo (Incaet), junto a cultores de toda la región y al lado de quienes disfrutaron de los éxitos del baladista trujillano, quien el próximo 26 de octubre estaría celebrando su 75 cumpleaños.
En una mañana triste y melancólica representantes de la Escuela de Música Laudelino Mejías, Eloísa Abreu, Jonathan Vera, Toni Berticci, entre muchos otros intérpretes, recordaron los éxitos de Franco Acosta, llenado de nostalgia el recinto luctuoso, al evocar piezas que calaron en el gusto musical del público como “Una lágrima y un recuerdo”, “Mi novia está enferma”, “Historia de un amor” o “Solo un adiós”.
Títulos como “Déjenme llorar” o “Como sufro al recordar”, vienen a la memoria en este momento y llenan los ojos de lágrimas, al trasladar a su última morada a un artista humilde y extraordinario que por décadas se ganó el corazón del pueblo y enalteció el gentilicio trujillano.
Los restos mortales de Franco Acosta reposan en el cementerio Jardines La Paz.
Prensa Gobierno Bolivariano/Incaet. Griselda Castellanos.-
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