Museo Salvador Valero: de los encantos y querencia a un grito de auxilio

Es nuestro gran patrimonio cultural y del arte popular

 

Este recinto creado en 1976, hace 42 años como homenaje a la vida y obra del maestro Salvador Valero, ha luchado por mantener vigente con traje de gala, el arte popular en sus escenarios. Para muchos debe convertirse en el templo sagrado de la cultura trujillana, pide a gritos un S.O.S.

 

Elvins Humberto González
elvins2020@hotmail.com
EXPRESIÓNCULTURA

 

Visitar los espacios del Museo Salvador Valero de inmediato hace sentir sensaciones únicas, mágicas llenas de profunda humanidad, se podía presencia lo sublime del pueblo, de la tierra, de sus cultores y su humildad hecha arte. Es como sentir la presencia de un hombre enmarcado en la más profunda humildad y sencillez, SALVADOR VALERO CORREDOR, hombre que se comunicó a través de su arte y creatividad.
Este recinto creado en 1976, hace 42 años como homenaje a la vida y obra del maestro Salvador Valero, ha luchado por mantener vigente con traje de gala, el arte popular en sus escenarios. Para muchos debe convertirse en el templo sagrado de la cultura trujillana.
Desde hace más de cuatro décadas y luego de una gran iniciativa, es que se consigue un espacio para el Arte Popular. El Museo Salvador Valero es considerado como el primogénito en su estilo en el país, surgió para el estímulo no solo de las artes, sino que abarcará la investigación y educación a través de la creación plástica de la trujillanidad.

 

Su génesis

Fue la Universidad de Los Andes el ente de darle carácter institucional al Museo Salvador Valero, pero antes de ese punto, hay una génesis que generó todo lo conocido posteriormente, y que data del año 1965.
Según nuestras investigaciones, en el año 1996 con motivo de los 20 años del Museo y la VI Bienal, la profesora, Cruz Pernía, expresó que, en ese año 65, un grupo de personas trujillanas de nivel universitario encabezadas por la Dra. Mireya Mendoza de Alvarado quien presidía la Asociación de Amigos del Museo Salvador Valero, fueron quienes mostraban suma preocupación por el futuro de la ciudad capital, es así como nace la idea de iniciar un trabajo que llevara, a lograr una auténtica institucionalidad de las actividades culturales y educativas de la región. A la Dra. Mendoza le acompañaron entre otros, Jesús Enrique Zuleta, Víctor Valera Martínez, Nelson Rodríguez, Guillermo Torres, Isabel Palpieriz, Luciano Masccaferri y la propia Cruz Pernia.
Para la época, ya existían los Ateneos, los cuales habían llegado para constituirse en el instrumento necesario y requerido para impulsar el trabajo cultura.
Ese grupo comenzaría a estructurar un plan de trabajo, haciendo contacto con una serie de intelectuales trujillanos o ligados a nuestro estado como: Antonio Luis Cárdenas, Carlos Contramaestre, Gallegos Ortiz, el Chino Valera Mora, Adriano González León, Salvador Garmendia, Oswaldo Barreto, Félix Alvarado, Ismael Valero Balza, Ramón Palomares, Tarik Souki, Donald Mayerston, Hernández Jesús y muchos más.
Fueron, el Dr. Cárdenas y Carlos Contramaestre, los encargados de elaborar proyectos de dos instituciones diferentes, pero complementarias. El N.U.R.R., fundado en 1972 y el Museo Salvador Valero en 1.976, ambas instituciones fueron posibles por la participación y entusiasmo de trujillanos de aquí y de fuera.
El arte popular exhibía en Trujillo, una cualidad muy especial: existía un conjunto de artistas plásticos a cuya vanguardia se encontraba Salvador Valero y sé decide que nadie mejor que él podría ser el catalizador en los Andes, méritos muy singulares, para impulsar la creación del Museo de Arte Popular.
Cuando se evoca todo esto, uno de da cuenta de lo importante que han sido en Trujillo el sembrarlo de instituciones culturales en favor del crecimiento espiritual de sus gentes.
Por esa razón se hizo todo aquel esfuerzo inimaginable para que se instalara un centro, de estudios de Educación Superior; luego rodearlo de otras instituciones que coadyuvaran en su ardua labor de divulgación o difusión y conocimientos.
Comenzaron a trabajar por el Museo y posteriormente lucharon por la instalación en Trujillo, de la Biblioteca Pública Central «Mario Briceño Iragorry».
El Ateneo de Trujillo, se constituyó en el centro impulsor para la instalación de estas tres instituciones.

 

Amor y aprecio a la institución

La creación del Museo «Salvador Valero», desde su inicio se estaba plenamente convencidos que estas instituciones deberían contar siempre con el amor y el aprecio de cada uno de los miembros de la comunidad. Su permanencia y desarrollo, se vincula al grado de participación que los trujillanos dieran en el aliento y esfuerzo a su enriquecimiento.
Se tomó de Carlos Contramaestre una de sus tantas iniciativas, la discutieron una y otra vez, con él la construyeron y plasmaron en una ponencia que llevaron ante la Federación de Ateneos, donde fue acogida con caluroso entusiasmo. La propuesta de crear un Museo de Arte Popular se divulgó a nivel Nacional.
Luego se trabajó en la actividad de ganarnos el apoyo de personalidades e instituciones, para que acompañaran en el logro de esta institución cultural.
Es así, como entra en juego la Universidad de Los Andes, en su Dirección de Cultura, encontrando honda receptividad. Fueron años dedicados de manera constante y permanente a la instalación del Museo… habían incomprensiones y mezquindades como suele suceder en este estado Trujillo, hasta que un día, para zanjar diferencias, el Director de Cultura en ese momento, el Dr. Rafael Gallegos Ortiz, asumió la responsabilidad, mediante un aviso oficial de esa institución, expresaba que el Museo se instalaría en el estado Trujillo, en la ciudad que diera facilidades para que funcionase con idoneidad.
Este fue un escollo que hoy día no se aprecia, desde el punto de vista logístico, lo espinoso de su logro, porque tenía que ser un lugar céntrico y apropiado.
Lo apropiado significó buscar colaboración del Concejo Municipal y de todos nosotros, para hacerle arreglos a la casa de techos, revestimiento de paredes, pintura, jardineras, etc. Desde el primer momento, se pensó que la casa ideal para que funcionase esa institución, sería la vivienda donde nació el insigne trujillano, Don Juan Bautista Carrillo Guerra.
Se trabajó en dos sentidos: que el Dr. Marcos Rubén Carrillo, su propietario, diese facilidades para su arrendamiento, como en efecto lo hizo y que el Dr. González. Albano, médico de amplia trayectoria, accediese a desocuparla, pues era su inquilino.
De ambos se obtuvo el consentimiento más amplio y generoso.
Así nace el Museo Salvador Valero, baluarte de la cultura y de la trujillanidad.

 

Institución de gran impacto

Sin duda que el Museo fue de impacto incalculable. La cultura regional comenzó a ser vista de otra manera desde aquel día 19 de noviembre de 1976 cuando es puesto en funcionamiento por la Universidad de Los Andes en la persona de su Rector, Dr. Pedro Rincón Gutiérrez. En primera instancia estuvo ubicado en la casa colonial de la avenida Independencia de Trujillo. Posteriormente lo trasladaron a las instalaciones del Núcleo Universitario Rafael Rangel (Nurr), Casa Carmona, en febrero de 1987.
Ese impacto logra estimular a los creadores plásticos que se sintieron satisfechos en poder mostrar su arte en un el Museo el cual progresivamente en un punto de referencia para proyectar a la región a todo el país, como un Estado de grande riquezas artísticas respaldado por su calidad.

 

Un grito de auxilio

Desde el año 1981 se espera por la culminación de su sede. Han estado 37 años arrimados en la sede Carmona

Hoy día, el Museo cumple un programa limitado debido al presupuesto y el espacio. Se hace lo que, aunque se pudra hacer más con mayor dinamismo y resonante impacto, pero esas limitaciones lo privan.
Hace 37 años, en 1981, se planteó la necesidad urgente que tenía el Museo Salvador Valero de una sede propia, adecuada y funcional. En aquella época se habló mucho, desde ese momento se han realizado infinidades de promesa, mucho se ha dicho, pero poco se ha concretado. Recordamos que para la fecha, establecieron reuniones entre autoridades de la Universidad de Los Andes (ULA), arquitectos y otras instituciones con el fin de levantar un proyecto que cumpliera con las necesidades del espacio físico. Han pasado el tiempo y aun se espera que algún día las concretarse. En ese año 1981 se había escogido el Parque Los Ilustres.
Pasan los años y aun el Museo no tiene casa propia, se ha mantenido en un lugar inapropiado, esperado que las autoridades se apiaden y retomen el proyecto u otra solución, la cual se requiere con urgencia.
El Museo por no contar con lugar apropiado ha sido víctima del vandalismo, la delincuencia, se han presentado saqueos, etc., ante un mirada que ha parte de ser indiferente se torna cómplice.
No hay que ser un ducho en la materia, para decir, que el Museo de Arte Popular Salvador Valero, es histórico, que ha sabido darle buena proyección Trujillo a través del arte, pero su labor se ha visto entorpecida, su dignidad pisoteada. Por su trayectoria el Museo Salvador Valero merecer ser tratado de mejor manera, con mucho más respeto. Por eso y mucho más se solicita un S.O.S a favor del Museo, la casa de neutro cultores.

 

Ubicación del Arte Popular

 

La ubicación del Arte Popular, en este caso referente al Museo Salvador Valero, el arte, entre otras cosas es un desorden de belleza sin anarquía, sostiene el poeta Raúl Díaz Castañeda. Desde siempre se ha aceptado el arte como expresión de la belleza. En el sentido platónico, que por herencia cultural toca profundamente, la belleza es el esplendor primario de las cosas. Lo justo y lo bueno del espíritu. Se diría en este orden, que el arte es un lenguaje del espíritu.
El arte popular también pude considerarse, como un lenguaje comunicacional.
Frente a una creación artística, cualquier calificativo es válido, se toma o se deja, gusta o no gusta. Salvador y el Museo gustaron y se quedaron arraigados en el corazón de la trujillanidad y venezolanidad.

 

Las obras requieren de un lugar más adecuado

 

EN DETALLES

Primera Bienal Nacional «Salvador Valero»

La Primera Bienal Salvador Valero se instauró el 19 de noviembre e 1986. El acto de apertura comenzó a las 7:30 p.m. con palabras del Prof. Henry Montilla Vice-Rector del Núcleo Universitario «Rafael Rangel». Seguidamente intervino la socióloga Cecilia Fuentes, Directora Nacional de Museos del Conac, en representación del Ministerio de Estado para la Cultura. La Dra. Cecilia de Scorza, Directora General de Cultura y Extensión de la Universidad de Los Andes, habló en nombre de la Comisión Organizadora de la Bienal. El Gobernador del Estado, profesor Eleazar González daba la salutación de bienvenida por parte del ejecutivo regional. La clausura del acto estuvo a cargo Dr. Pedro Rincón Gutiérrez, Rector de la Ilustre Universidad de Los Andes quien expreso lo siguiente: «Sobre bases democráticas, sin perjuicios, discriminaciones, valoraciones esteticistas, confiamos, que esto ha de ser estímulo y acicate para todos aquellos que han tenido la gentileza de concurrir con sus obras a la I Bienal Nacional Salvador Valero de Arte Popular. En tal sentido la Universidad de Los Andes, auspiciará la creación de la Fundación Bienal Salvador Valero, con la finalidad de garantizar el logro de este objetivo, al cual deberán sumarse los esfuerzos del gobierno regional y los organismos culturales del país. Es un honor para la Universidad de Los Andes en su Bicentenario, presentar con orgullo esta muestra, que recoge la fuerza y el mensaje de nuestros artistas populares, y la expresión que reafirma por sí misma, los valores, la autenticidad y la grandeza de nuestro pueblo».

 

DATOS DE INTERÉS

En 42 años de existencia la institución ha reunido la más importante colección de país en la que están representados alrededor de 700 artistas.

 

Salvador Valero brindó su arte a la justicia social

Hoy también es propicio recordar a Salvador Valero. Le recordamos como fruto mágico de orquídea que hizo florecer el arte. Sus pinturas, impregnadas de un candoroso romanticismo místico, estaban sin embargo, cargadas de una fina ironía y cierta crítica social. Es un fenómeno visual, de imágenes, está más cerca de la narración que de la pintura
Salvador Valero reflejaba la existencia poética en su niñez, aquellos ojos contemplando los barquitos de papel por el callejón de recuerdos en la época de lluvia cuando el caserío se inundaba en la tristeza.
Salvador Valero no sólo sobresalió como pintor, también fue un cultor popular que brindó su arte a la justicia social, a la lucha de los pueblos.

Para Salvador Valero la patria para él fue algo supremo. Su pintura fue un culto por la historia y sus linóleos

Amor a sus antepasados

De la obra de Salvador Valero, el poeta Ramón Palomares, Premio Nacional de Poesía, dijo en una oportunidad: “El rasgo más resaltante de su personalidad fue el amor. Amor a sus antepasados, a su padre muerto, inmensa veneración por su madre, por su hermano mayor que lo cuidó y protegió”.
La patria para él fue algo supremo. Su pintura fue un culto por la historia y sus linóleos. Le acompañaba una profunda fe por Bolívar.
Su obras artísticas y sus ideales de amor a la humanidad los mantenemos vigentes con una fuerza impresionante, con mayor razón en estos momentos difíciles por los cuales se atraviesa en esta tierra, por la que tanto se desveló el Salvador Valero desde siempre.

 

El tiempo y el olvido

Dos factores actúan inexorablemente en la desaparición de un sinnúmero de valores: el tiempo y el olvido. En esta parte nos referiremos al olvido, ese olvido que se deriva de la forma de vida de los venezolanos, una vida reducida al aspecto político, materializada, sin ningún ideal espiritual, entregada a los placeres, a la francachela, una vida despojada de toda sobriedad, de toda mesura, de toda contención, una vida desordenada y estúpida, más semejante a la muerte que a la vida. En ese tipo de vida no hay espacio para apreciar y recordar nuestros valores humanos. Las naciones y los pueblos se nutren y se sostienen con la sustancia de los grandes hombres cuyo recuerdo perdura en la historia y no con valores materiales que son efímeros. La riqueza es factor importante en un país, pero no el valor fundamental y constitutivo.
Salvador Valero, es uno de los más puros valores humanos y artísticos de la región y del país. Un artista que actuó contra el tiempo, aprisiona e inmortaliza en sus pinturas las bellezas de su tierra. Nos dejó como legado no sólo una obra artística, de primera calidad. Nos deja para siempre la imagen radiante de un hombre que vivió al servicio del arte y del bien.

 

 

 

Es inaudito que 42 años de su creación y fundación aun el Museo de Arte Popular “Salvador Valero” no cuente con una sede propia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Referencias. Archivos Diario de Los Andes. Museo Salvador Valero Dr. Raúl Díaz Castañeda. Biblioteca Digital ULA-NURR. Escritos de la Prof. Cruz Pineda. Revista La Mudanza de Los ENcantos. Carlos Contramaestre, Libro sobre Salvador Valero.

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