- El fútbol, amado por las mayorías y odiado por intelectuales como José Luis Borges, ha servido de inspiración para muchos autores: Roberto Fontanarrosa, Eduardo Galeano, Andrés Neumann, Gabriel García Márquez, Eduardo Sacheri, Jorge Valdano entre otros.
Cansado y arto de escuchar, ver y leer más de lo mismo sobre el Mundial de fútbol que está por comenzar, nos dimos a la tarea de indagar sobre otros puntos de vistas y perspectivas sobre la gran fiesta futbolística universal. Es así que dimos rienda suelta a escudriñar otros temas y nos enfilamos por la parte literaria y el resultado fue fabuloso, nos hemos encontrado con una serie de artículos y comentarios con relación a la matería mundialista Rusia 2018 desde otra mirada, otra lectura y otro significado. Hemos logrado oxigenarnos desde otra ventana sobre los que es el fútbol unido a la literatura e intelectualidad de algunos voceros fuera del área del comentario, crónica o análisis que usualmente consumimos.
De ese recorrido concluimos con un mágico resultado del cual hemos compilado cinco puntos de vistas de escritores como: Antonio Ortuño, México, Horacio Convertini, Argentina, Sergio Galarza Puente, Pero, Juan Fernando Hincapié, Colombia y Cristóbal Guerra, Venezuela, quien alguna vez quisieron ser futbolístas, pero cambiaron los balones por los libros, por las lastras, por las palabras, o por el periodismo.
Le comentaba a la compañera de redacción en DLA, Layisse Cuenca, que el pasado fin de semana sentimos la necesidad de cambiar el chip en busca de otros matices para seguirle dando armonía y mucha más belleza a un deporte como el fútbol que ha sido nuestra pasión desde que tenemos uso de razón y el cual hemos practicamos por más de 30 años. Sin duda que el resultado ha sido enriquecedor, nos ha llenado completamente.
Recomendaciones literarias
Pues bien amigos y amigas lectores, si ustedes son de aquellas personas que se sienten apartadas de la fiesta del Mundial porque, a ciencia cierta, no sabe nada del fútbol, aquí les dejamos unas recomendaciones literarias para ver si despierta dentro de ustedes esa chispa, ya que, como bien sabe, el fútbol es también un tema de cultura general.
Antonio Ortuño, México
México ha participado en todos los mundiales, siendo sus mejores actuaciones en 1970 y 1986, cuando llegaron a cuartos de final. La figura del equipo azteca es Javier Hernández Balcázar, mejor conocido como “El chicharito”, quien es el máximo jugador histórico de la selección mexicana con cuarenta y ocho goles hasta la fecha.
Para el escritor Antonio Ortuño, Premio de Narrativa Breve Ribera del Duero, la literatura y el fútbol son “una forma de relacionarse con las cosas del mundo. No creo que tengan una relación necesaria o fatal”.
Sobre qué libros leer para estas fechas mundialistas, Ortuño señala: “Como lector y aficionado, detesto mucho de lo que se ha escrito sobre fútbol, porque me parecen cursilerías. Los textos de Galeano, ¡qué horror! Me gusta mucho El miedo del portero al penalty, de Peter Handke”.
Ortuño, quien afirma que hubiera querido ser delantero del Chivas de México y meter mil goles, ha escrito varios relatos con referencias al fútbol. Actualmente quisiera hacer una novela sobre el tema: “Me parece un mundo que mueve muchas cosas, con un lenguaje muy peculiar. Veremos si pasa”.
Admirador de Beckenbauer, Simeone, Godín, el momento futbolístico que marcó su vida fue: “El primer campeonato de Chivas que vi fue en 1987. Tenía yo diez años. Nunca antes fui tan feliz como en aquella final”, contó el autor mexicano.
Horacio Convertini, Argentina
Argentina, que en dos ocasiones logró conseguir Copa Mundial, en 1978 y 1986, logró su pase a Rusia tras vencer 3-1 a Ecuador en la última jornada de clasificación. Bajo la dirección de Jorge Sampaoli y la figura de Lionel Messi, considerado uno de los mejores futbolistas de la historia, aspira lograr su tercer campeonato.
Para el escritor Horacio Convertini, el fútbol es un escenario extraordinario para el drama humano: “Imaginen a Messi, el mejor jugador del mundo, el heredero de la magia de Maradona, el goleador que ha pulverizado todos los récords, pero que sufre porque no puede ser campeón mundial con la selección Argentina, y eso implica defraudar los sentimientos del país en el que menos tiempo ha vivido en su vida. Si el camino del héroe es uno de los tópicos infalibles, la idea del héroe que fracasa me parece fascinante”.
Según su biografía, sus momentos futbolísticos estuvieron marcados por el equipo de San Lorenzo, en el año 1981 en su descenso; en 1995 cuando logró un campeonato después de 21 años, y en 2001 cuando conquistó la Copa Mercosur. Admirador de Héctor Horacio Scotta, el escritor relató en una oportunidad: “Fui un tronco, siempre, aún en los partidos de barrio. Era tan limitado que ni me dio para ilusionarme. La literatura, que llegó a mi vida luego de muchos años de entrenar la palabra escrita en el oficio del periodismo, me dio la oportunidad de tomarme revancha e imaginar en el papel lo que se me negaba en la cancha”. Además encontramos que en sus novelas El refuerzo y El último milagro, y en varios de sus cuentos, el lector podrá percibir la presencia del fútbol. Este autor argentino recomienda leer El área 18, de Roberto Fontanarrosa.
Sergio Galarza Puente, Perú
Desde España 82, Perú tuvo que esperar treinta y seis años para estar nuevamente en una Copa del Mundo. El gol de Edison Flores ante Quito fue decisivo para que el equipo inca ilusione nuevamente a su país.
El escritor Sergio Galarza Puente escribe en uno de sus artículos recuerda que la eliminación de su país en México 86, lo marcó significativamente: “Coincide con nuestra caída como sociedad. No se elige ser jugador de fútbol o escritor. Te toca y todos quisiéramos que nos tocara una pelota en vez de un libro”.
Buena parte de la obra de Galarza Puente está atravesada por el deporte rey, el autor pretende que sus libros suden, además destaca que tanto el fútbol como la literatura requieren de la imaginación: “En ambos uno cree que se juega la vida”.
El admirador de Juan Román Riquelme, apunta a “Hombre de punta” de Jorge Asis, de cual señala: “Ese cuento en particular, retrata muy bien cómo se deshacen los sueños de quienes alguna vez quisimos ser futbolistas”.
Juan Hincapié, Colombia
Con la magia de James Rodríguez y la dirección técnica de José Pékerman, Colombia espera mejorar su actuación del mundial anterior donde logró llegar a cuartos de final.
Al escritor Juan Fernando Hincapié aún le causa extrañeza que un deporte tan popular siga siendo repudiado por algunos intelectuales: “Felizmente, eso está cambiando. La gran producción literaria de temas futbolísticos en la actualidad da cuenta de ello”. Hincapié, quien admira a Freddy Eusebio Rincón y si pudiera hacer todo de nuevo intentaría ser futbolista profesional, recomienda la lectura de El regate, del brasileño Sergio Rodrigues, y la biografía de Mané Garrincha, aún inédita en español, “Estrella solitaria: um brasileiro chamado Garrincha”. Aunque el fútbol siempre ha estado presente en su creación literaria, espera publicar pronto una novela sobre un partido de fútbol amateur en Bogotá.
Cristóbal Guerra, Venezuela
Aunque Venezuela no participa en la justa mundialista, igual quisimos plasmar la visión del periodista deportivo Cristóbal Guerra, quien además es poeta, escritor, cronista, comentarista y profesor universitario. Guerra en sus escritos y cometarios siempre va más allá del campo de juego y del balón, Guerra apunta su mirada a nuevos ídolos y equipos que sueñan con la gloria.
Compartimos fragmentos de una narración literaria de como él percibe el Mundial Rusia 2018.
“No hace falta pasar por peajes ni pagar un centavo por un sueño. Dicen que los sueños, sueños son, y selecciones poco tomadas en cuenta en el Mundial de Rusia, outsiders, como se les suele llamar, gritan para ser oídas: “Vamos a pelear, vamos a dejar la vida para traernos a casa la Copa”.
Con esas palabras Cristóbal Guerra se refiere a selecciones como: Panamá, de Islandia, de Arabia Saudita, de Costa Rica, de Túnez, de todos aquellos a los que los dioses del fútbol han dejado sumergidos en los mares del olvido. Desde ese naufragio, desde esa desesperación, claman por una oportunidad, por victorias imposibles, por un mundo mejor.
“Ellos saben, cómo no lo van a saber, que Alemania, Brasil, España, Francia, Argentina son los preferidos por la gente de todos los confines de la Tierra, pero también reclaman ser parte imprescindible del gran y estruendoso jolgorio mundialista. Justicia plena, justicia justa” narra en su más reciente publicación.
“Al llegar a Moscú a bordo de los aviones de la esperanza, ellos bajarán lentamente, sonreídos, rodeados de un aura mágica, pero también de una cierta inocencia. Llevan en los maletines tantos anhelos y oyen en los mp4 adheridos a sus oídos canciones de utopías: “Cuándo será nuestra vez, Dios santo, cuántos sudores vamos a derramar para que crean en nosotros”, piensan.
Para este escritor caraqueño, llegarán a Rusia a jugar el Mundial con las emboscadas listas para engañar a los colosos, para que muerdan el polvo, para que caigan, para cazarlos en las trampas de oso del bosque de las ilusiones. Ellos vienen a ser herederos de triunfos surrealistas, aspirantes a una gloria que no conocen.
“Ni Alemania, ni Brasil, ni España, ni Francia, ni Argentina, van a ceder un milímetro a los pequeños. Aguardan con paciencia su momento, como jueces que conocen de antemano cuál será la sentencia, y ni siquiera se molestan en mirar hacia los costados. Ellos, los David, que se conformen con su papel de acompañantes, porque en el fútbol cada quien es cada cual y los Goliath saben cuál será el suyo”.
“Ese fuego quemante con el que llegaron a los vestuarios se va apagando lentamente al entrar a la cancha. Después, llegan la anestesia, el coma, la eutanasia. Ya no habrá utopías que valga, ni quimeras alimentadas en los vapores del corazón. Panameños, islandeses, árabes, ticos, tunecinos: el sueño, así haya sido en colores, ha terminado. El Mundial aún no es para ustedes”.
Amado y odiado
El fútbol, amado por las mayorías y odiado por intelectuales como José Luis Borges, ha servido de inspiración para muchos autores: Roberto Fontanarrosa, Eduardo Galeano, Andrés Neumann, Gabriel García Márquez, Eduardo Sacheri, Jorge Valdano entre otros.
Hoy día se pudiera armar una alineación con aquellos grandes íconos de la literatura que, en su obra, dedicaron cientos de páginas a la pasión por el fútbol. Las letras han corrido tras de un balón en innumerables páginas de grandeza y derrota, quizá más que en cualquier otro escenario, llámese ring de boxeo, diamante de beisbol, velódromo o ruta de ciclismo, auto o motocicleta.
Se puede hacer una alineación mundial de escritores de cara a Rusia, una selección pensada a lo largo de un buen tramo de la literatura y el periodismo. Hay mucho donde elegir, pues el fútbol a pesar de ser odiado por un sector, quizá sea el deporte que más paraliza la atención del mundo. No hay día o noche en que las multitudes no griten la palabra gol pronunciada en el esperanto de la emoción.