Multitudinarias eucaristías en Fiesta de la Divina Misericordia

El Obispo José Trinidad Fernández presidió la fiesta de la Divina Misericordia en la región.

 

Eduardo Viloria / DLA


Una nota remitida a la redacción por la Vicaría de las Comunicaciones de la Diócesis de Trujillo, representada por el presbítero José Magdaleno Álvarez, quien también es rector del Santuario Niño Jesús de Isnotú, señala sobre las multitudinarias celebraciones religiosas que contaron con el apoyo de las máximas autoridades eclesiásticas de la entidad, con motivo de haberse celebrado el pasado domingo 7 de abril, la Fiesta de la Divina Misericordia en todo el territorio.

La Fiesta de la Divina Misericordia es ya  un acontecimiento esperado en las principales ciudades y pueblos trujillanos, ocasión propicia para convocar en las calles y templos católicos, a miles de feligreses de Trujillo capital, Valera, Boconó y Sabana de Mendoza, ciudades que atrajeron la mayor cantidad de fieles, debido a que en estos lugares se unen para tal fin las parroquias que integran las respectivas zonas pastorales.

En las ciudades de Trujillo y Valera estuvo presente y presidió la Eucaristía solemne, el Obispo Diocesano  Monseñor José Trinidad Fernández Angulo, dice el boletín de la Vicaria de las comunicaciones de la Diócesis, enviado a este medio de comunicación social.

La fiesta se celebró en  cada parroquia y santuario durante la mañana o en horas de la tarde, habiendo dispuesto la Diócesis  que la colecta de las diversas misas estuviera destinada para ayudar al Seminario, precisa la información.

 

El seminario y la Fiesta

Señala el Boletín que el Seminario Mayor de Trujillo, fue el lugar  donde se inició hace casi veinte años la multitudinaria festividad, recibiendo una masiva afluencia de peregrinos provenientes de la ciudad capital y sus poblaciones vecinas. En aquel lugar la celebración comenzó a las ocho de la mañana y se extendió hasta las cuatro de la tarde; iniciándose el evento  con los «laudes solemnes» a cargo de los seminaristas y la «Hora Apostólica», dirigida por los cursillistas de cristiandad estando presidida la Eucaristía Solemne,   por el Obispo Diocesano, actividad que se cumplió en los jardines centrales de aquella casa de formación sacerdotal, a las diez y media de la mañana.

Pasado el mediodía continuaron las actividades religiosas con la participación del «Ministerio de Música Unción Divina» y el presbítero Gustavo Godoy, alabanzas a cargo del grupo Musical Son Pa Cristo y la cantante Ashley.

A las tres de la tarde, participó en la fiesta, El Santísimo Sacramento, que fue expuesto en el altar mayor, se cantó la Coronilla dirigida por el coro infantil de la parroquia La Beatriz de Valera y  se hizo la consagración de las familias a la Divina Misericordia, finalizando la jornada religiosa con un avivamiento  a cargo de los «Serafines y Samueles» niños y jóvenes que integran la espiritualidad de la «Hermandad de Emaús acompañando al obispo los sacerdotes del Seminario y de la zona pastoral Nuestra Señora de la Paz.

 

Mensaje del Obispo Diocesano 

Monseñor José Trinidad  Fernández, manifestó su regocijo por la alegre, multitudinaria y devota participación de la feligresía trujillana. Desde el Seminario y enviando desde la Avenida Bolívar de Valera, su mensaje a toda la Diócesis a través de su homilía,  difundida por diversos medios.

Hubo  las lecturas bíblicas del segundo domingo de pascua, explicando el pastor la Palabra de Dios. “Hoy profesamos que Jesucristo reina en el corazón de esta Iglesia de Trujillo. Dejemos entonces que el Señor cure nuestras llagas y nos muestre su paz y el corazón de un Padre que nos ama. Hoy es el día para preguntarme yo; que tantas veces recibí la paz de Dios, su perdón y su misericordia ¿soy misericordioso como la pide mi madre la Iglesia? ¿Cómo podré descubrir el rostro sufriente de Cristo en las heridas y las llagas de los más  necesitados? Dejemos el espacio a Dios y se encenderá el fuego del amor, que nos lleva a anunciar valientemente y sin miedo, que Jesucristo reina, que su Evangelio misericordioso es fuerza de un Dios que continuamente nos levanta. El Señor es mi roca y fortaleza por eso digamos con fe; “Jesús en Ti confió» dijo el obispo.

Exhortó el sacerdote  sobre la fidelidad a la misericordia divina, señalando la autoridad mayor de la iglesia de Trujillo;  «pidamos a Dios: Señor, dame la gracia de estar contigo hasta el final de mi vida, hasta que tú me llames a tu presencia, a confiar siempre en ti y nunca desmayar».

Masiva asistencia en la fiesta de la Divina Misericordia.

 

Llamado a los sacerdotes

No podía faltar el llamado a los sacerdotes;   que como testigos del perdón y la misericordia divina, no se cansen de administrar el sacramento de la reconciliación.

 

Tarde dominical para celebrar 

En Valera, señala la nota de la vicaria para las comunicaciones de la Diócesis; la ciudad más poblada del estado, la celebración conjunta de las parroquias se programó para la tarde del domingo. Paulatinamente las adyacencias de la céntrica Avenida Bolívar fueron llenándose de miles de feligreses provenientes de las parroquias citadinas y de los pueblos aledaños. Desde el templo San Juan Bautista se trasladó con mucha solemnidad el Santísimo Sacramento, hasta el altar ubicado cerca de un populoso centro comercial de la urbe,  a la altura de la calle ocho; con el Santísimo expuesto se llevó a cabo el concierto musical a cargo del padre Pedro Terán y la agrupación Pax Dei.

A las tres en punto el padre Walkelys Araujo, coordinador del evento,  hizo el anuncio de la Hora de la Misericordia, al tiempo que la agrupación Miserere  entonaba el canto de la Coronilla. Seguidamente el Obispo diocesano presidió la eucaristía solemne en compañía de los sacerdotes del arciprestazgo San Juan Bautista de Valera, concluyendo La multitudinaria y alegre manifestación de fe con los cantos de alabanza y acción de gracias a cago de la agrupación Miserere.

 

La celebración en Boconó

También en Boconó, añade el boletín de la Diócesis,  se celebró por todo lo alto la fiesta a Jesús de la Divina Misericordia. Desde la una de la tarde comenzó la concentración de feligreses en el Gimnasio Cubierto José Gregorio Quintero, sitio que albergó numerosas personas.

Varias parroquias llevaron escenificaciones con mensajes relativos a la fe y la misericordia, entre ellas San Rafael de Campo Elías, San Alejo, San Antonio de Mosquey y Nuestra Señora del Carmen; a las tres de la tarde, luego del canto de la Coronilla, se llevó a cabo la Misa Solemne presidida por el presbítero Luis Felipe Torres, arcipreste de la zona pastoral, la cual fue concelebrada por la mayoría de los sacerdotes que trabajan pastoralmente en dicho arciprestazgo.

 

La fiesta en Sabana de Mendoza

En Sabana de Mendoza, ciudad ubicada en la Carretera Panamericana, tambien fue de nuevo escenario de la gran fiesta a la Divina Misericordia. Por vez primera coincidieron las ocho parroquias que conforman el arciprestazgo: Monte Carmelo, Buena Vista, Sabana Grande, Santa Apolonia, San Agustín, El Carmen, El Dividive y Santa Isabel. Desde la una de la tarde se dieron cita cientos de feligreses, frente al templo parroquial Nuestra Señora del Carmen y la Plaza Bolívar de Sabana de Mendoza, municipio Sucre.  Comenzando  la actividad con una animación para los niños. Seguidamente hubo una «Hora Santa» dirigida por el presbítero Alexander Infante.  A las tres de la tarde se cantó la Coronilla para proseguir con un momento de “alabanzas y avivamiento”. La solemne Eucaristía fue presidida por el arcipreste de la zona, presbítero José Rafael Salas y concelebrada por todos los párrocos de la circunscripción eclesiástica. El arcipreste insistió en el llamado de nuestro Obispo a ser una Iglesia sinodal, misionera y en salida. A los pies de Nuestra Señora del Carmen, el pueblo de Dios de la panamericana exclamó: “Jesús de la Misericordia, eres la luz que guía nuestros pasos.

Todos los sacerdotes del estado participaron en fiesta de la Divina Misericordia

 

La institución de la fiesta

La fiesta de la Divina Misericordia, inspiración del Señor a Santa Faustina Kowalska (1905 -1938), fue instituida para la Iglesia Universal por el llamado Apóstol de la Misericordia, el Papa San Juan Pablo II, en el año 2000, quedando pautada su celebración solemne para el segundo domingo de Pascua.

 

 

 

 

 

 

 

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