Su esposa se había ido a Colombia a buscar un futuro mejor para su familia. Les prometió que en un mes podrían estar reunidos otra vez, pero una complicación retrasó sus planes. El hombre, preso de una depresión, atentó contra su vida, justo después de una extraña muerte de su hijo
Un episodio oscuro enlutó a una familia trujillana en el municipio San Rafael de Carvajal. En la noche de este domingo, justo el Día de las Madres, Guillermo Rafael García Añez, de 29 años, tomaba alcohol. Estaba triste porque su esposa, una joven de 24 años, estaba en Bogotá, Colombia, desde el mes pasado y todavía no habían podido reunirse. Acordaron buscar una residencia, donde pudieran vivir él, ella y su bebé de 11 meses. Este último se había quedado bajo sus cuidados en su casa materna, ubicada en el sector Mirabel 2, de la parroquia José Leonardo Suárez.
Sin embargo, la mujer había llamado para decirle que aún no podía irse del país. En el lugar en el cual ella vivía, junto a otros familiares, no tenía suficiente espacio para él y el bebé. Ella ya estaba con su otra hija, de 5 años (fruto de otra relación) y solamente le pidió paciencia. Pronto encontrarían un hogar para los cuatro. No obstante, el comerciante trujillano se sentía devastado.
Según sus familiares, el evento trágico ocurrió poco antes de las 7:00 de la noche. Aparentemente Guillermo le dió el tetero a su hijo y lo acostó en la cama. Sus allegados suponen que, por su ebriedad, no se tomó el tiempo para sacarle los gases y -en un descuido- el niño se ahogó. «Broncoaspiró» comentó María García, hermana del hoy difunto, en la morgue del Hospital Dr. Pedro Emilio Carrillo de Valera.
Acto seguido, el padre de la criatura decidió quitarse la vida. Tomó una cuerda y se sujetó del cuello. Cuando la hermana entró a la habitación, ya era muy tarde para ambos. De inmediato alertaron a las autoridades y una comisión del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), adscrita a la División de Investigación de Homicidios, arribó a la vivienda y trasladó ambos cadáveres al centro de salud de Las Siete Colinas.
Al niño no le faltaba nada
García Añez estudió hasta sexto grado, pero no era un ocioso. Al contrario, se dedicaba al oficio del comercio. De acuerdo a sus seres queridos, vendía sal al detal y con eso se sustentaba. De su primer matrimonio tenía un niño de 5 años y actualmente compartía una relación con Aurimar Suárez, con quien había tenido al pequeño Santiago Ismael. De un tiempo para acá, el negocio se había venido a menos y el dinero no le alcanzaba. Por eso planificaron irse del país. La joven se fue primero. Le era más fácil ir y venir del vecino país para traer leche, pañales y otros productos para el cuidado del bebé. «Al bebé no le faltaba nada» manifestó la tía, por lo cual cree que Guillermo estaba deprimido. Su pareja trabajaba en una fábrica de guantes en la tierra neogranadina y lo ayudaba económicamente. Simplemente lo afectaba la separación. Supuestamente el hoy difunto dejó una carta, en la cual contó los motivos de su acción.
Posible infanticidio
La muerte del hombre y su bebé de 11 meses encendió las alertas del Cicpc. Los detectives ahondan en las verdaderas circunstancias del fatídico caso. Debido a que no se ha descartado un posible asesinato. El hombre pudo haber atentado contra la vida de su hijo (sujetándole el cuello), en un arrebato por la noticia del retraso del viaje a Colombia, y posteriormente cometer un suicidio. De acuerdo a la información extraoficial, los datos de la autopsia revelaron que el bebé murió antes que él. Por otro lado, como creen sus familiares, pudo haberse tratado de un acto de desesperación. Notó que su hijo había muerto y se mató. Para estas interrogantes, solamente las autoridades tendrán la última palabra.