Mormones inician funerales para despedir a víctimas de ataque en México

Familiares iniciaron el entierro de los nueve mujeres y niños mormones asesinados en una emboscada a manos de sicarios en el norte de México, bajo un ambiente de dolor y mucha tensión por los cárteles del narcotráfico.

Entre coronas de flores y una inmensa tristeza, familiares y amigos le dieron el último adiós a las víctimas de las familias LeBarón y Langford, tres mujeres y seis niños que perdieron la vida el lunes en un cruel ataque cuando viajaban por una vía rural entre los estados de Sonora y Chihuahua, que bordean con Estados Unidos.

Los visitantes llegaron desde lugares muy lejanos como Utah y Dakota del Norte, en Estados Unidos, cargando un duro duelo después de que sus seres queridos fueron acribillados, presuntamente a manos del cártel del narcotráfico La Línea.

“Venimos a honrar su memoria, a tratar de entender lo que está pasando. Es responsabilidad de la autoridad investigar y decirnos qué sucedió. (…) Es un acto de terrorismo para todos los mexicanos”, dijo Alex LeBarón, quien encabezaba la caravana.

Según las autoridades mexicanas, las víctimas habrían sido confundidas con un grupo rival del cártel La Línea, pero los familiares -que han luchado contra los grupos criminales que se han apoderado de la zona- insisten que se trató de un ataque deliberado.

Ataúdes de madera construidos por hombres de esta comunidad mormona de origen estadounidense, asentada en esa zona del norte de México con praderas áridas y montañas cubiertas de pinos, resguardaban los restos de las víctimas de un hecho que ha causado indignación en México y el extranjero.

La familia Langford fue la primera en rendir honores a sus difuntos: Rhonita Miller, de 30 años, y sus hijos, Howard Jr, de 12; Krystal, de 10; y los gemelos Titus y Tiana, de ocho meses.

Fotografías de los Miller fueron colocadas sobre los féretros, frente a los cuales los deudos lloraron inconsolables y todavía atónitos por la saña en que se cometió el ataque.

 

Racha de violencia

Hasta el momento, la principal hipótesis del gobierno mexicano es que el crimen habría sido producto de un enfrentamiento entre grupos de narcotraficantes antagónicos.

Las autoridades mexicanas acreditan el ataque a miembros de La Línea, cuyos sicarios ingresaron al territorio del cártel de Sinaloa y establecieron un puesto de avanzada armado en una colina cerca de La Mora.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, reiteró este jueves que su gobierno no hará frente a la inseguridad con violencia y que mantendrá su plan de llegar hasta la raíz del problema  sin el uso de la fuerza.

“Últimamente hemos enfrentado situaciones difíciles, pero esto no nos va a desviar, al contrario, en las crisis, aunque sean transitorias, se definen más las posturas”, señaló el mandatario izquierdista en su habitual conferencia matutina.

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