Montilla siempre quiso ser policía

Rindieron homenaje póstumo al funcionario caído en cumplimiento de su deber. Fotos: Edgar Alviso

Nació en el seno de una familia dedicada al servicio y a la seguridad. Su padre, funcionario jubilado, trabajó 21 años en la Policía de Trujillo y dos de sus hermanos son oficiales. Él sabía los riesgos de su profesión, pero su amor por el uniforme era mayor. Sus allegados aseguran que cumplió su sueño de vida: ser un héroe

Cumplir con su deber nunca le pareció un sacrificio. Manuel amaba ser funcionario de las Fuerzas Armadas Policiales del estado Trujillo (Fapet). Quizás porque creció con el ejemplo de su padre, José Antonio Montilla, quien durante 21 años se desempeñó como efectivo de esta institución de seguridad. En su adolescencia mostraba intenciones de formarse en esa profesión. Actitud aplaudida por su madre, padre y hermanos, uno de ellos también instruido como efectivo de Protección Civil.

Al llegar a la mayoría de edad, decidió hacer realidad su sueño. Junto a su hermano, Francisco, cuatro años mayor que él, cursó el octavo curso en la Escuela Policial del estado Trujillo (Espotru) y egresó en agosto de 2012. Ambos entraron de inmediato a las filas del organismo de seguridad, el primer brazo armado de la región, por su vocación y convicción de servicio. Cinco años después, trágicamente, el menor falleció en ejercicio. Una llamada de su superior lo invitó a la acción: ir en busca del supuesto asesino de un adolescente, de 16 años. Hecho ocurrido, el pasado domingo, en el sector La Florida II de Motatán.

Egresó de Espotru el 1ro de Agosto de 2012.

El uniformado, de apenas 25 años, junto a tres compañeros más se dirigió a Giraluna II, donde se escondía el sospechoso. Antony David Salcedo Chasoy, de 19 años, apodado «El Pantera», se rehusó a entregarse y le disparó en el rostro al joven oficial. «Él era muy astuto, muy pilas y como buen policía sabía sus riesgos y sus responsabilidades», expresó el padre del oficial caído. «Siguió una orden, sin dudar, sin refutar, porque era un buen funcionario», continuó el progenitor, mientras se le quebraba la voz.

Ese martes, no solamente murió el funcionario. El criminal, con prontuario por robo a mano armada y bajo averiguaciones por homicidio, resultó abatido en el enfrentamiento. No obstante, la vida de Montilla se había extinguido. «Eso llega cuando uno menos se lo espera (…) tal vez se confió en que el deincuente no iba a poner resistencia», narró el oficial agregado Montilla, hermano del fallecido. El evento trágico, comentó, aunque representa una pérdida irrecuperable, sirve de ejemplo para quienes quedan en ejercicio. «Hay que tener mayor precaución y, como familiar, resistir el dolor y continuar».

El oficial Manuel Enrique Montilla Rangel estuvo destacado en las estaciones de Motatán, Monay, Carvajal y Pampán. Su récord era impecable, al igual que sus actuaciones. Además, tuvo la oportunidad de formar familia. Se casó y tuvo un niño, quien cumplirá un año de vida este viernes. «Lo único que nos llena este vacío es su hijo. Lo veo en él, es su semilla en este mundo», comentó el padre de la víctima.

Nunca pensó retirarse

«Quería ser policía y cumplió su sueño», expresó el padre de Montilla.

Sus familiares explicaron que nunca pensó en retirarse de las Fapet. Ni siquiera hace un año y medio, cuando en un procedimiento en Sabana Libre, en Escuque, sufrió una herida de arma de fuego en la pierna. Uno de los delincuentes, quienes fueron sorprendidos en una extorsión, comenzó a disparar a la comisión y lo alcanzó a él. «A él le gustaba esto, quería ser policía. Daba gracias a Dios por lo que ganaba y confiaba plenamente en sus designios», comentó el jubilado de su hijo, a quien recordará como un héroe.

 

 

 


Homenaje póstumo

Familiares, compañeros y autoridades de las Fapet, rindieron un homenaje póstumo al funcionario fallecido en la sede de la estación policial 2.3 de Motatán. De acuerdo a sus allegados, estuvieron presentes los superiores de Montilla, especialmente el supervisor de esta estación y el coordinador del Centro de Coordinación Policial Nº 2 de Valera. Al joven lo ascendieron de Oficial a Oficial Agregado. El padre de Montilla dio gracias al comisario general de las Fapet, pues se mostró atento con su familia y les brindó apoyo.

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