Monseñor Trino Valera: «El sacerdocio me llevó a conocer lo que significa ser papá»

Este ilustre y universal trujillano, ha entregado la mayor parte de su vida no solo al llamado de Dios para el servicio religioso formal, sino que se ha convertido en un fiel defensor de la "Doctrina Social de la Iglesia", aquella que sale de las puertas del propio templo para integrarse de lleno al sentimiento y necesidad comunitaria que tanto la necesita.

Monseñor José de la Trinidad Valera, obispo de Guanare y un trujillano ilustre.

 

Gabriel Montenegro/DLA.- Hace más de treinta años, este servidor tuvo el honor de participar en una entrevista realizada al entonces sacerdote Trino Valera Angulo, en ocasión de ocupar nuestro protagonista de hoy (en ese momento), la dirección parroquial del templo «Santa Catalina de Siena» en la urbanización Plata 2 de Valera.

En esa oportunidad, el hoy monseñor y obispo de la ciudad de Guanare, relataba no solo sus vivencias infantiles en su pueblo natal, sino que hablaba orgullosamente de su origen campesino y el amor que sentía por sus padres, familia, maestros de formación y amigos cercanos.

También nos explicó en ese grato momento, su motivación especial para la Navidad y lo que para él significaba la llegada al mundo del Niño Dios y en esencia la Sagrada Familia.

 

Nacido para servir a Dios y a la Virgen Santísima

José de la Trinidad Valera Angulo, nació en la bella y bucólica población de San Lázaro, perteneciente al municipio Trujillo, el 3 de septiembre de 1947.

Originario de una familia modesta, donde se prodigaban los más caros valores morales y religiosos, donde el respeto, la solidaridad y el amor eran fundamentales.

Con su característica humildad y amabilidad para atender a quienes lo solicitan, narró aspectos de su vida estudiantil, marcada por su decisión de ingresar al Seminario Diocesano «Sagrado Corazón de Jesús», donde cumpliría sus estudios de teología, filosofía y lo que implicaba su alta responsabilidad con la vocación que le llamaba desde el corazón.

Fue ordenado sacerdote, tras su diaconado respectivo, el 2 de agosto de 1975, por lo que el próximo mes cumplirá 47 años de ejercicio ininterrumpido.

Tras su ordenación sacerdotal, inmediatamente comenzó su trabajo parroquial, habiendo sido designado para varias labores en otros tantos municipios, siendo influyentes para él, los obispos diocesanos Monseñor José León Rojas Chaparro y Vicente Ramón Hernández Peña, prelados de nuestra iglesia regional, quienes tuvieron gran respeto y reconocimiento con el entonces devoto y fiel servidor a su promesa de fe.

«No soy ajeno a la grave crisis social económica que vive el pueblo venezolano».

Trino Valera se ha caracterizado por ser un sacerdote y párroco de enorme trascendencia, especialmente en cada lugar hasta donde acude al llamado de Dios para prestar ese servicio permanente de auxilio a los fieles que le fue encomendado, desde que tuvo su primera epifanía para el ingreso al servicio pastoral y el cumplimiento de la promesa personal para con sus padres y su propia convicción religiosa.

En cada parroquia donde ha realizado su tarea evangelizadora, los frutos de ese trabajo han quedado presentes, como presente es su palabra de que «los sacerdotes no solo son pastores y guías, sino el hermano oportuno, el amigo fiel y el consejero esperanzador en los momentos de duda y angustia».

 

Obispado y reconocimiento

José de la Trinidad Valera Angulo, fue ordenado como obispo en el año 1997 para luego ser elegido como obispo auxiliar de Caracas donde permaneció por varios años, ganando de nuevo el cariño de los feligreses y comunidades circundantes a la Catedral de Caracas. Muy común era verlo a través de los medios de comunicación en cualquier evento de celebración pueblerina, como la Semana Santa, fechas patrias y llegada de la Navidad.

Desde octubre del 2011 fue designado por el papa Benedicto XVI como obispo de Guanare y custodio de la reliquia de Nuestra Señora de Coromoto, Patrona de Venezuela.

En esa tierra llanera lleva ya varios años y se ha convertido nuevamente en referencia de humildad, candidez, atención y noble trabajo en función de todo el colectivo portugueseño.

Por supuesto que no olvida, por su alta investidura, a su amado terruño trujillano y particularmente a su pueblito de San Lázaro, al cual le ha compuesto hasta una canción.

» He aprendido a comprender, que los seres humanos para poder vivir plenamente, no solo buscamos alivio, sino esperanza, salud, solidaridad, amor, pero sobre la misma felicidad que nos otorga todo lo anterior, buscamos la paz».

 

«He recibido con orgullo un anillo y un crucifijo de manos de San Juan Pablo II y del papa Benedicto XVI».

En una entrevista realizada hace pocos años con motivo de la celebración de la Virgen de Coromoto en Guanare, hace más de trescientos años, el custodio de su reliquia expresaba: «El sacerdocio me ha enseñado también a ser papá; papá de cualquier fiel, joven o niño desamparado, papá para escuchar los problemas de alguien, papá para dar el buen consejo en el momento a los hijos de la parroquia y papá para saber comprender los planteamientos e inquietudes de nuestra comunidad».

Ha recibido monseñor Trino Valera obsequios muy significativos de manos de los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI a quienes considera fundamentales para su madurez como pastor de la Iglesia Católica.

Devoto de la Virgen María desde su niñez, tal vez su nombramiento y llegada como obispo de la ciudad de Guanare ha sido parte de la respuesta de Nuestra Señora a esa devoción Mariana.

Trujillo se siente honrado y orgulloso de monseñor Trino Valera.

Cuna y aposento de grandes baluartes de la Iglesia

Se une monseñor Trino Valera a un listado excelso de grandes figuras de nuestro Trujillo religioso; este terruño que nos ha dejado baluartes y valores fundamentales de la patria e Iglesia venezolana, como monseñor Jesús Manuel Jáuregui, monseñor Miguel Antonio Mejías, monseñor José Humberto Contreras, monseñor Vicente Valera Márquez, monseñor José Luis Azuaje, monseñor Serrano, monseñor Juan de Dios Andrade, los padres Francisco Antonio Rosario, Javier Sarrasqueta, Pedro Juárez, entre otros buenos prelados que han sido fundamentales para el desarrollo y la formación de muchos trujillanos y venezolanos de bien.

Bendecimos a este trujillano honesto, humilde y cabal, quien no aspira para él mejor premio que una Venezuela unida, próspera y encaminada en la conciencia de la búsqueda de Dios Todopoderoso, como la única alternativa de salvación y plenitud.

«Para conocer lo que es ser un buen papá, cada día no siento que es muy importante atender a mis hijos de la comunidad y a la vez sentir el calor de mi padre Jesús».

 

 

 

 

 

 

 

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