Mariana Duque
Fotos: Carlos Eduardo Ramírez
DLA.-El santuario del Santo Cristo de La Grita se vistió de gala para recibir a los peregrinos de distintas regiones y municipios, así como a los habitantes de la Atenas del Táchira que acudieron desde tempranas horas de este domingo 6 de agosto para participar en la Misa Solemne en honor al santo patrono por sus 413 años.
La celebración eucarística inició a las 10 de la mañana y estuvo presidida por el Obispo de la Diócesis de San Cristóbal, Monseñor Mario Moronta, quien estuvo acompañado de su auxiliar, Monseñor Juan Alberto Ayala, así como de sacerdotes de diversas localidades, integrantes de la cofradía del Santo Cristo y demás grupos de apostolado.
El santo del rostro sereno portó durante toda la eucaristía el perizoma que fue donado por Monseñor Moronta el pasado viernes, de color blanco, el cual tenía grabado el número 100, alusivo a los años de la Diócesis de San Cristóbal, como agradecimiento a la recuperación de su salud.
Sin embargo, minutos antes de la bendición final, fue cambiado por un perizoma también de color blanco, que tiene bordado los logos de sindicatos de la salud, donado por médicos, por quienes la autoridad eclesiástica hizo una oración especial.
“Continúan robándose niños”
El Obispo de la Diócesis de San Cristóbal volvió a denunciar en medio de su homilía que mafias continúan robándose niños para esclavizarlos o vender sus órganos a organizaciones inescrupulosas.
Por ello invitó a narcotraficantes y a grupos irregulares a cambiar, y pidió que el Señor toque el corazón de aquellos que buscan a través de sus mafias corromper a tantos jóvenes, para que se conviertan.
“Que sepan sancionar a sus miembros cuando abusan de ellos, muchos niños con maltratos y otras acciones bochornosas”, expresó.
También Moronta también pidió por quienes quieren destruir a las familias con ideologías inventadas.
“Iglesia sin miedo”
Monseñor Mario Moronta invitó a la iglesia a no tener miedo, a recibir al necesitado, a los despreciados y oprimidos, a ser una iglesia humilde y sencilla. “Su lugar está en el camino de la gente, en los excluidos, pecadores, alejados y en quienes han perdido la esperanza”, agregó.
Aclaró que la iglesia no es una estructura de poder, porque su rol es de acompañar y aconsejar a todos, en el fortalecimiento de su acción en el evangelio. “Igual que el Cristo de los milagros, su rostro debe ser sereno”, acotó.
Destacó que la iglesia tiene que ser puente y no muro de división, por lo que exhortó a buscar la manera más práctica para que las parroquias estén abiertas de día y de noche.
“La iglesia debe estar en las escuelas, lugares de trabajo, hospitales, comunidades, en los caminos de los migrantes, al lado de jóvenes atacados por la droga y por los criterios del mundo”, manifestó.
El Obispo de San Cristóbal indicó que no falta quien haya descalificado y reducido a la iglesia, porque tienen una visión de la iglesia divorciada del pueblo de Dios, y les falta la experiencia de iglesia en salida.
“La religiosidad es lo que permite que la iglesia sea en salida al servicio de todos sin excepción. Al contemplar al Santo Cristo en su dimensión integral e integradora, nos podemos dar cuenta cómo para nosotros desde el Táchira a Venezuela y otros lugres del mundo, es una figura icónica, un icono.
Esto nos ha permitido diseñar el modelo de una iglesia para cumplir su misión evangelizadora”, dijo.
Para Monseñor Moronta, el Santo Cristo de La Grita ha puesto a caminar a la iglesia católica, y se ha convertido en un tachirense más, en un “gocho” que merece el honor de todos.
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