Monseñor Moronta denuncia que coyotes venden paquetes de miseria y opresión a los migrantes

Durante la celebración eucarística por los 423 años de la Virgen de la Consolación de Táriba, Patrona del Táchira, el Obispo de la Diócesis de San Cristóbal, Monseñor Mario Moronta, pidió por los migrantes y por quienes los están usando para vender paquetes de miseria y opresión, los coyotes.

Una peregrinación multitudinaria acompañó a la Virgen de La Consolación a su tierra taribera. Fotos: Carlos Eduardo Ramìrez

Con la acostumbrada peregrinación desde la Catedral de San Cristóbal, la imagen de la Virgen de La Consolación recorrió este martes 15 de agosto una vez más las calles y avenidas que conducen hacia la ciudad de Táriba, municipio Cárdenas del estado Táchira, en donde se conmemora su día central.

Feligreses de diversos municipios del Táchira caminaron desde horas de la madrugada para salir con ella desde la Catedral. Otros la encontraron en cualquier punto del camino, todos con un mismo fin, para agradecerle por un favor recibido, para pedirle por una necesidad, o simplemente como una manifestación de fe que cumple 423 años.

 

Foto: Carlos Eduardo Ramìrez

Ciudadanos en sillas de ruedas, caminando con una sola pierna y con apoyo de muletas, con niños en brazos, niñas vestidas de la Virgen de La Consolación, peregrinos descalzos, iban acompañando a La Consolación, en medio de quienes decidieron apoyar con entrega de aguas y frutas.

Foto: Carlos Eduardo Ramírez

 

Foto: Carlos Eduardo Ramìrez

 

Feligreses en muletas, sin una pierna, caminaron hacia La Consolaciòn. Foto: Carlos Eduardo Ramírez

La misa solemne realizada en la avenida principal de Táriba, estuvo presidida por el Arzobispo de la Provincia Eclesiástica de Mérida, Helizandro Terán; y contó con la presencia del Obispo de la Diócesis de San Cristóbal, Monseñor Mario Moronta; y su Obispo Auxiliar, Juan Alberto Ayala, así sacerdotes de diversas parroquias de la tierra andina.

En medio de su homilía, el Arzobispo Terán, pidió a la Virgen de La Consolación que mire a sus hijos con ojos de misericordia. “Oh Virgen santa, consuelo de los hombres y mujeres de este pueblo, se aurora y salvación para esta tierra tachirense. Vuelve tu mirada materna hacia nosotros, que nos reunimos aquí para celebrar y proclamar tus glorias”, dijo.

Le solicitó a la madre de Dios, que, así como aplastó la cabeza de la serpiente, que ayude a sus feligreses a luchar en contra del mal, que se siembre el bien y la fraternidad, que se sepa renunciar a satanás, al maligno enemigo, a sus obras y seducciones. “Y nos convirtamos en constructores del mundo, de una Táchira, de una patria, de una Diócesis, donde reinen los valores del evangelio de tu hijo”, acotó.

 

Arzobispo de Mérida, Helizandro Terán. Foto: Carlos Eduardo Ramìrez

Por los coyotes

Al finalizar la celebración eucarística, el Obispo de la Diócesis de San Cristóbal, Monseñor Mario Moronta, dio un mensaje especial a la Virgen de La Consolación, solicitándole como consoladora de los afligidos asistir a los migrantes venezolanos, que están siendo humillados en otras naciones en engañados por los coyotes, quienes les venden “paquetes de miseria y opresión”.

“Te pedimos por quienes en tantas partes esclavizan a migrantes en los campos de concentración para ser manipulados, convertidos en obreros de sus maldades y para enriquecerse vilmente. Por lo así, mal llamados coyotes, que juntos con grupos de personas que se dicen de bien, venden paquetes de miseria y opresión a gente incauta y necesitada”, expresó Moronta.

 

Monseñor Mario Moronta, Obispo de la Diócesis de San Cristóbal. Foto: Carlos Eduardo Ramìrez

Destacó que los migrantes están siendo menospreciados en los caminos del mundo, en la selva del Darién, en las costas del Caribe y del Atlántico, considerados como intrusos y material de descarte por las naciones que dicen creerse dueñas del mundo, y que contradictoriamente se presentan como modelos de justicia y de paz.

Pidió por quienes se dedican al “oscurísimo, degradante, criminal negocio de la droga”, por sus fabricantes y traficantes; por quienes abusan de los más pequeños y vulnerables, por quienes venden niños, adolescentes y jóvenes para la prostitución, o para colocar sus órganos en un mercado “sucio e inhumano”. Insistió en que ningún niño, ningún ser humano, está a la venta del mejor postor”.

Monseñor Moronta hizo una petición a la Virgen por los privados de libertad que esperan en los centros de reclusión para ser atendidos por quienes deben practicar la justicia, pero alargan los procesos y buscan desvirtuar la auténtica justicia.

Solicitó consolación para quienes sufren la pobreza, “porque no tienen lo necesario, o no les alcanza “el paupérrimo” salario que reciben, o porque en tantas partes del mundo tienen opresión; así como por quienes se dedican a la corrupción y por tantos dirigentes de todo tipo, que se valen de los ciudadanos para sus prebendas y privilegios.

“Te pedimos desde este Táchira querido que, en Venezuela, en Colombia nuestra hermana, en América y el mundo, se construya la paz”, resaltó Monseñor Mario Moronta.

 

 

 

 

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