Monseñor Jorge Villasmil: “Fui testigo de un milagro de Dios gracias a la intercesión de José Gregorio Hernández” en 1978

A criterio de Monseñor Jorge Luis Villasmil Torres, la opinión que tiene el Papa Francisco sobre JGH es que el Venerable es realmente un católico ejemplar. “El Papa conoce la vida del Doctor JGH. En la primera reunión que tuvo el Santo Padre con obispos venezolanos, él manifestó interés por la causa del Venerable. Él puede darnos una sorpresa”

 

Monseñor Jorge Luis Villasmil Torres, quien fue vicepostulador de la Causa de Beatificación y Canonización del Venerable doctor José Gregorio Hernández, ha estado ligado desde muy niño a médico de los pobres. Su abuela habitó la casa del Venerable. Él – Villasmil – también vivió bajo el techo que vio nacer a JGH, y fue por allá en 1978 cuando afirma haber sido testigo de un evento excepcional.

“Recuerdo que siendo niño vino a la casa de JGH, donde vivíamos mi familia y yo, un matrimonio muy joven, ellos tenían un niño con labio leporino. El papá del niño se arrodilló donde yo le dije que nació el Venerable, este tomó polvo del suelo, lo echó en un vaso con agua, lo revolvió y lo bebió frente a una imagen de JGH. Pasado el tiempo, como un año y medio, ese matrimonio regresó a Isnotú, y el niño sólo tenía una leve cicatriz donde antes era evidente una malformación en el labio. ¡El papá volvió a Isnotú a dar las gracias! Me contó que una noche el niño pegó unos gritos nada normales, ellos – su esposa y él – corrieron a ver qué pasaba. Resulta que el niño tenía sangre por la boca y la nariz, razón por la cual – por el susto – lo llevaron a una clínica de Maracaibo, donde residían. Al rato salió uno de los médicos y les comentó a los padres que no se preocuparan, que no era nada, que la operación había sido un éxito y que el niño sólo se había arrancado uno de los puntos de la operación, y por eso era el sangrado”.

Argumenta Villasmil que lo sorprendente era que ese niño jamás había sido operado, los padres desconcertados – quizás – no sabían cómo explicar que la curación del labio leporino fue posible gracias a la intercesión del Venerable. “Yo fui testigo de un milagro de Dios gracias a la intercesión del doctor José Gregorio Hernández, y creo que – en aquella ocasión – perdimos esa oportunidad de postular ese evento excepcional como muestra de un milagro”, lamenta el religioso haber perdido contacto con esta familia a la cual le sucedió este evento milagroso.

 

Un caso que casi lo logra

Cuando era vicepostulador de la Causa de Beatificación y Canonización del Venerable, recuerda haber trabajado en 2005 con un caso específico. Dice que este llegó a la última reunión de la Congregación para la Causa de los Santos del Vaticano.

“El Tribunal Eclesiástico acá en Venezuela declaró que era un supuesto milagro. Y recogió todos los recaudos de los médicos, técnicos, enfermeros y enfermeras involucradas que hacían falta, de los familiares quienes eran indispensables porque fueron quienes hicieron la promesa, los hermanos del miracolato (beneficiario del milagro). Todos profesionales, de alto nivel académico. Hubo como testigo el decano de la Facultad de Medicina de La Universidad del Zulia, un médico que era católico pero que había cambiado de religión por su familia y ahora era adventista, y sin embargo, fue el que más hizo uso de este milagro en sus congresos, presentándolo como ‘algo inexplicable’”.

Revela que luego de intensos interrogatorios a los testigos fidedignos, uno de ellos un neurocirujano que trabajaba 6 meses en Estados Unidos y 6 meses en Maracaibo, todos los especialistas – incluyendo los médicos – concluyeron que aquel hecho no tenía explicación científica.

 

¿Qué pasó con ese posible caso de un supuesto milagro?

“Esos recaudos se llevaron a Roma, con los exámenes originales del diagnóstico, cuando este era una aneurisma (malformación en el cerebro), y luego los mismos exámenes en el cual se pudiese ver que no había absolutamente nada (…) Estuvimos en vilo, con una gran emoción esperando por la declaración formal del milagro. Un día me llamó el Cardenal y me dijo: el milagro no fue aprobado porque el Vaticano señaló que ese milagro supuestamente tenía explicación médica. Pero ese estudio está allá y uno puede apelarlo”.

 

Cuál es la diferencia entre un milagro y un favor concedido?

“Ha habido muchos supuestos milagros, pero hay que distinguir entre milagros y favores concedidos. Un favor es que tú le pidas al Señor por intercesión del Doctor JGH que te desaparezca esa enfermedad que tienes, entonces vas a consulta médica, te encuentras con un buen médico y este da con el diagnóstico y tratamiento preciso. Ese es un favor. El milagro por el contrario no tiene explicación médica”.

 

¿Tiene conocimiento de cuál es la opinión certera que tiene el Papa Francisco sobre JGH?

“La opinión del Sumo Pontífice es que JGH es realmente un católico ejemplar, que puede ser venerado. El Papa conoce la vida del Doctor JGH. En la primera reunión que tuvo el Santo Padre con obispos venezolanos, él manifestó interés por la causa del Venerable. Él puede darnos una sorpresa”.

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