La escasez de medicinas y vacunas, a lo que se suman hospitales desatendidos y el éxodo de médicos, han resultado en el deterioro de la situación sanitaria venezolana.
En medio de la crisis, enfermedades que estaban controladas como la difteria y el sarampión han resurgido, poniendo en riesgo a los 30 millones de venezolanos que habitan en el país y aumentando las probabilidades de exportar enfermedades.
El sarampión, una enfermedad viral transmitida normalmente a través del contacto directo y el aire, es una de las principales causas de muerte en niños pequeños. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que puede ser especialmente letal en países que han atravesado conflictos violentos y cuya infraestructura sanitaria es débil.
Las asociaciones venezolanas de la salud primero alertaron sobre el retorno del sarampión en el estado fronterizo Bolívar en agosto. Desde entonces, la OMS ha notificado de 84 casos sospechosos, de los cuales 34 fueron confirmados.
“Los datos preliminares indican una rápida evolución”, dijeron en un informe dos organizaciones de salud pública venezolanas el viernes.
“Se ha identificado una cobertura de vacunación de la población sub óptima a nivel nacional, y se estima que al menos 1.150.000 niños menores de un año no fueron vacunados, son susceptibles a la enfermedad y se acumularon en los últimos 10 años”, agregó el informe.
Ana Carvajal, doctora y coautora del informe, dijo a Reuters que la estimación se obtuvo de datos de fuentes del Ministerio de Salud y otras cifras de la OMS.
La OMS dijo que está ayudando con la compra y distribución de cerca de 7,2 millones de vacunas para prevenir el sarampión, la rubéola, y la parotiditis en Venezuela.