Milena Barrios: La Maestra | Por: Luis Huz Ojeda

El recuerdo del accionar ciudadano y educativo de la maestra Milena Barrios perdurará por siempre en la memoria del poblador de Campo Alegre. 

 

El pasado mes de diciembre del 2020 el buen amigo Rómulo García me informa vía celular desde Barquisimeto: “Luis el pasado 19 de diciembre del año 2020 falleció en la ciudad de Maracaibo Doña Milena Barrios”.

Esta imprevista noticia me impactó, ya repuesto de la consternación que me produjo este inesperado suceso, reacciono y empiezo a rememorar  concluyendo que cualquier espacio para escribir sobre la maestra Milena sería pequeño e interminable. Todos los viejos pobladores de Campo Alegre y sus alrededores la conocimos como la maestra Milena, docente fundadora del Grupo Escolar Manuel María Carrasquero ubicado en el sector El Amparo.

 

La Maestra Milena

Acudo a la memoria para evocar en específico el año de 1964, en ese entonces ella tenía la misión de impartir conocimientos, educación, moral y luces a los muchachos estudiantes de segundo grado en el turno de la tarde; de aquel entonces aún conservo algunos nombres de quienes tuvimos la dicha de recibir sus sabias ilustraciones: Edilia Castellanos, Coromoto Betancourt, Ana González,  Esperanza Torres, Olivia Matheus, María Teresa Briceño, Alexander –Chane- Valecillos, Bernabé Moreno, Egnodio Castellanos, Felipe Valecillos, Félix García, Guillermo Zambrano, Humberto Frías, Jorge Valecillos, Jesús “Chucho” Briceño, Jorge Luis Briceño, Junior –Yuyo- García, Lennys Navarro,  Oscar Frías, Orangel Contreras, Rafael Zambrano y quien esto escribe fuimos algunos de sus alumnos en ese periodo. Si falta algún nombre pido disculpas por este involuntario olvido.

La maestra Milena fue parte de esa generación ya extinta de maestros de aula que en un tiempo se conoció como -la vieja guardia- formada a la antigua romana, que brillando con luz propia escribieron sus nombres en la historia de la educación primaria del estado Trujillo y el país nacional. Formó parte del staff de maestros de primera línea que en esos tiempos exhibió con orgullo en el municipio San Rafael de Carvajal el Grupo Escolar Manuel María Carrasquero, además de su personal administrativo y obrero, todos ellos seres con vocación de servicio, mística excepcional e identidad con el trabajo que a diario ejecutaban. Allí la maestra Milena junto a Rosario Benítez de Prieto directora y María Orta de Arroyo secretaria constituían una triada de líderes educativos que siempre andaban unidas en búsqueda de la calidad educativa colectiva, no perdían oportunidad para mostrar con acciones su querencia y pertenencia por los estudiantes, la gente y este su terruño donde todas vivían, Milena tenía asentada su residencia en el sector El Limón, en una espaciosa y cómoda casa situada al fondo del Cine de Campo Alegre, frente a la vivienda de la familia Cifuentes.

 

Solidaridad y Humanismo

Memorizo: “Cuando sufrí de manera continua los embates del Sarampión y la Lechina por prescripción médica, para evitar contagiar de esta enfermedad viral al resto mis compañeros de estudio, dejé de asistir a clases por varios días, a mi mamá se le dificultó ir o mandar a avisar esta situación al plantel, al segundo día de mi ausencia escolar, una vez terminadas sus responsabilidades de trabajo, intempestivamente se aparecieron en la puerta de mi casa Milena Barrios de Vielma; Rosario Benítez de Prieto y María Orta de Arroyo, mi madre con su humildad característica de inmediato las mandó a pasar adelante, y toda nerviosa les preguntó a qué se debía tan honrosa visita, ellas le respondieron que andaban indagando las razones y motivos por los que había dejado de ir dos días a la escuela. Una vez enteradas del estado de mi salud, (incluyendo los días sábados y domingo) pasaban revista a diario  y siempre se ofrecían para colaborar con lo que fuese necesario y estuviese a su alcance, tiempo después en conversa con algunos de mis compañeros caigo en cuenta que esa era una práctica que regularmente cumplían estas misioneras de la educación carvajalense cada vez que las circunstancias requerían de su solidaridad”. Recuerdo a Milena por su belleza física y espiritual, esbelta figura, recia y serena personalidad, nadie como ella al momento de impartir clases en el aula.

Quienes tuvimos el privilegio de conocerle de vista y comunicación, además de sostener a través de los años una franca amistad colmada de admiración, empatía y respeto podemos afirmar que su labor como formadora de juventudes mediante la práctica pedagógica y de ciudadanía fue exitosa. Ya retirada de sus quehaceres educativos cada vez que eventualmente la veía, siempre me preguntaba por mi mamá y mis hermanos, de manera especial por mi hermana Miledy Coromoto a quien llamaba cariñosamente “La Gatica”. Así fue en vida el accionar de la maestra Milena. Ante su ausencia física mi palabra de aliento y solidaridad a los amigos Jorge, Amable, Andrés Eloy sus hijos”.

Bibliografía: Luis Huz Ojeda. Campo Alegre, su gente y sus localidades. Digital.

 

 

 

 

 

 

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