Buenos Aires 30 jun (EFE).- Las recurrentes críticas al Mercosur y hasta las amenazas de abandonar el bloque por parte del Gobierno de Javier Milei han rebajado su intensidad durante la Presidencia argentina, que ha dado paso a un mejor clima interno pese a las profundas diferencias políticas entre los gobernantes de los países miembros.
El principal bloque comercial suramericano -fundado en 1991 por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay y del que Bolivia es miembro pleno desde hace un año- celebrará los días 2 y 3 de julio en Buenos Aires su cumbre semestral, en la que Milei traspasará la presidencia pro tempore de la unión a su par brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva .
En paralelo, crece la expectativa por los avances para una ratificación del tratado de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europa (UE), sobre el que todos los socios suramericanos parecen estar de acuerdo, pese a los diferentes objetivos y alcances que el pacto podría tener en la economía de cada país.
En estos seis primeros meses del año, que han coincidido con la presidencia argentina, Milei aminoró sus críticas al bloque y dejó de hacer referencias negativas a Lula da Silva en sus discursos públicos, su gran antagonista político en el bloque.
Mientras que Milei alimenta un fluido vínculo estratégico -político y comercial- con Estados Unidos e Israel, Lula defiende la centralidad del Mercosur para el proceso de integración regional y critica con dureza al Gobierno de Benjamin Netanyahu, quien, a su juicio, lleva adelante un «genocidio» en Gaza.
«Van dos gobiernos consecutivos en los cuales la convergencia entre los liderazgos de Argentina y de Brasil es escasa, porque la relación del argentino Alberto Fernández (2019-2023) con el brasileño Jair Bolsonaro (2019-2023) era pésima y la de Milei con Lula, también», explica a EFE el abogado y analista internacional Martín Schapiro.
Argentina y Brasil, aliados en asuntos estratégicos
Pese a las diferencias políticas entre Milei y Lula, el vínculo de Argentina con Brasil, su principal socio comercial, sigue en pie en múltiples ámbitos.
Uno de ellos es el energético, con planes firmes para abastecer al potente polo industrial de Sao Paulo con gas natural procedente de la formación de hidrocarburos no convencionales de Vaca Muerta, un gran yacimiento situado en el suroeste de Argentina.
Esta relación estratégica explicaría la pragmática decisión de Milei de abandonar sus amenazas de retirar a Argentina del Mercosur si el bloque suponía un escollo para negociar un acuerdo comercial con Estados Unidos, una salida que, por lo demás, difícilmente hubiera logrado apoyo político en Argentina.
«Como candidato o dirigente político, uno puede decir que Argentina se va a ir del Mercosur, pero después, como jefe de Estado, entiende que hay un Congreso que interviene y que no se trata de una decisión unilateral del Poder Ejecutivo», detalla a EFE Dolores Gandulfo, especialista en Relaciones Internacionales del Centro de Política Exterior Juan Atilio Bramuglia.
Gandulfo señala como factor negativo que, desde que Milei es presidente, Argentina ha retirado los recursos para el funcionamiento del Parlamento del Mercosur, así como del Instituto de Políticas Públicas y Derechos Humanos del bloque.
«Que ahora asuma Brasil la presidencia pro tempore abre un escenario de mayor optimismo a la vida institucional que pueda tener el Mercosur en los próximos seis meses», agrega este analista.
Acuerdo con UE: donde se tocan las paralelas
Tras años de negociaciones, el Mercosur y la UE llegaron a finales de 2024 a un acuerdo político para la firma de un tratado de libre comercio, pero el pacto no entrará en vigor hasta que consiga la ratificación parlamentaria de los miembros de ambos bloques. En el caso de la UE, de todos los parlamentos de los 27 estados miembros.
Los suramericanos empujan este proceso, pero conviene preguntarse qué intereses comparten Milei, Lula, Santiago Peña y Yamandú Orsi para buscar juntos este objetivo.
Para Paraguay y Uruguay, las economías más pequeñas del bloque, todo acuerdo que flexibilice lo que consideran unas condiciones comerciales demasiado rígidas es bienvenido, y su presión política llegó a tal punto que el acuerdo alcanzado con la UE incluyó varias excepciones arancelarias sobre productos.
Para Lula da Silva, sacar adelante esta alianza transatlántica representa uno de los principales objetivos de su agenda internacional, en su camino por fortalecer la posición de Brasil en un juego a varias bandas que incluye a los BRICS, la alianza económica y política compuesta inicialmente por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, y que en 2024 se expandió con la incorporación de Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos.
En cuanto a Milei, su propia perspectiva ideológica apunta a la apertura del comercio y la economía, y entre sus principales anhelos figura la reducción de todo arancel.
«Si bien este acuerdo tiene algunas dificultades de ratificación en Europa, no es utópico, como sí lo es el que Milei impulsa con Estados Unidos y que implicaría romper el Mercosur», concluye Schapiro.
Sebastián Rodríguez Mora