San Diego (EE.UU.), 5 de mayo (EFE).- Padres de familia apostados en la frontera de Tijuana (México) y San Diego (California) dijeron a EFE que la Patrulla Fronteriza de EE.UU. permitió el ingreso de sus esposas y sus hijos pero no el de ellos, lo que supone para activistas consultados una nueva forma de «separación de familias».
«No nos han dejado pasar, solamente pasaron nuestras señoras, nuestras mujeres», manifestó el colombiano Leonardo Acevedo.
El migrante hace parte de cientos que están acampando entre los dos muros paralelos de esta región fronteriza, en medio de la incertidumbre del fin de la aplicación del Título 42, de expulsión expedita de extranjeros, previsto para el próximo 11 de mayo.
El colombiano explicó que la Patrulla Fronteriza abrió una puerta del segundo muro para que entraran a California unas treinta mujeres con niños, pero que los hombres se quedaron atrás y sin saber a dónde las llevaban.
«Nosotros nos quedamos aquí hasta que nos dejen pasar porque queremos estar entre los primeros en cruzar cuando quiten Título 42», explicó.
Pedro Ríos, el director del Comité de Servicios de los Amigos Americanos, dijo a EFE que probablemente las autoridades fronterizas intentan ayudar a las personas que considera vulnerables, mujeres y niños, porque el clima ha tenido lloviznas y vientos fríos por estos días.
Sin embargo lamentó que el hecho de que separen a las familias contribuye a un mayor desconcierto entre los migrantes.
Otro colombiano que se abstuvo de proporcionar su nombre, dijo a EFE que desconocer cómo se llama el lugar donde ahora se encuentra.
«Aquí entre los dos muros no estoy seguro si es Tijuana o San Diego», señaló.
Explicó que planeaba rendirse ante oficiales fronterizos en busca de refugio porque «ya quitaron Título 42».
Entre tanto Ríos y dos voluntarios entregaban este jueves a través de los barrotes del segundo muro botellas de agua y algunos alimentos a los migrantes.
«Están en una situación muy difícil», manifestó al señalar que el proceso migratorio es muy largo y los migrantes deben esperar al aire libre y casi sin alimentos.
«Algunos de ellos se quedan varios días, porque el proceso de la Patrulla Fronteriza para recogerlos es muy lento, y dan oportunidad primero a las personas que posiblemente están en situación más vulnerable», dijo Ríos.
Entre ellos mencionó menores de edad, mujeres solas, con hijos, y personas lesionadas o enfermas.
«Esto significa que los hombres se quedan por más tiempo, y claro, separan familias», enfatiza.
«Quienes se quedan acá no saben qué pasa con las personas que se llevaron, a dónde fueron o si los volverán a ver» una vez que crucen la frontera, agrega.
Algunos grupos de migrantes han armado carpas improvisadas con plásticos para guarecerse de la lluvia y del rocío que han caído las madrugadas de las últimas semanas.
Por este lugar cruzaban la frontera grupos pequeños de personas, pero de acuerdo con organizaciones migratorias, por estos días se han acrecentado.
El Departamento de Seguridad Interior (DHS) de Estados Unidos sin embargo ha advertido que la frontera no está abierta, mientras anticipa un aumento en detenciones al terminar Título 42.
La Patrulla Fronteriza, que no ha respondido a EFE sobre la separación de familias en ese punto del condado de San Diego, ha señalado que en lo que va del año fiscal, que comenzó en octubre pasado, ha detenido en el sector a más de 109.000 personas.
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