Ciudad Juárez (México), 19 mar (EFE).- Migrantes encuentran en la frontera norte de México un nuevo hogar al cumplirse dos meses de la Presidencia de Donald Trump en Estados Unidos, pues ahora prefieren quedarse en territorio mexicano y emprender sus propios negocios.
Este fenómeno lo personifica Karla García, una migrante salvadoreña que ha encontrado en Ciudad Juárez, una de las mayores urbes fronterizas con Estados Unidos, una nueva posibilidad de vida con un negocio en el que vende pupusas, comida típica de su país.
«Cuando nosotros llegamos a Juárez traíamos poco dinero, con eso rentamos un cuarto. Y de allí, poco a poco, las cosas se fueron dando. Porque ya de allí, de ese cuarto, nosotros nos salimos, nos fuimos a rentar una casa. Y así, poquito a poco, se han ido dando las cosas», contó García en una entrevista con EFE.
La mujer decidió establecerse en México tras analizar las dificultades que enfrentaría en Estados Unidos, donde Trump empezó el 20 de enero con «deportaciones masivas» y el fin de la aplicación ‘CBP One’ de la Oficina de Aduanas y Protección para pedir asilo desde las fronteras sur y norte de México.
Pero ella niega haberse quedado «varada» en México, al asegurar que conoció a una persona para que la acompañara y que no la ha dejado sola, además de toparse con el apoyo de las personas mexicanas.
«No me quedé varada. Yo directamente, con todo lo que se me presentó en el camino, dije: ‘no’ (ir a Estados Unidos). No porque con tres menores de edad en Estados Unidos es bien difícil», expuso.

El vaivén migratorio de México y EE.UU.
Ante la presión de Estados Unidos, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha defendido que los encuentros de migrantes irregulares en la frontera de Estados Unidos «están en su nivel más bajo en la historia reciente», con 367 registrados el 17 de febrero.
Incluso, la mandataria reveló el lunes que analiza reducir los centros que instaló para recibir a migrantes deportados desde Estados Unidos, tras recibir solo a 24.413 personas en las primeras ocho semanas de la nueva Administración de Trump, incluyendo 4.567 extranjeros.
A los mexicanos deportados que llegan, el Gobierno de México otorga la ‘Tarjeta Bienestar Paisano’ con 2.000 pesos mexicanos (cerca de 100 dólares), así como apoyo para buscar empleo, mientras que a los extranjeros les ofrece ayuda para gestionar su regularización o volver a su país.
En este contexto, García pensó que México sería una mejor opción para vivir y, a diferencia de su vida en El Salvador, en Ciudad Juárez ha logrado establecerse y emprender un negocio propio de comida típica de su país, donde lo principal que ofrece son pupusas, el platillo salvadoreño más emblemático.
«Hay diferentes guisados. La de pollo, la de chicharrón con queso, frijol con queso. La revuelta lleva chicharrón, frijol y queso. Calabaza con queso. A las personas les ha gustado», dijo la mujer, quien con su comida ha impresionado al paladar de los fronterizos.

La acogida de los mexicanos
García destacó la acogida que ha recibido de los mexicanos, como Ángel García, quien ha seguido de cerca su historia tras su llegada a Ciudad Juárez.
«(Resalto) el esfuerzo de la señora por venir. Obviamente, buscaba el sueño americano, pero el sueño americano no siempre se logra. Y ahora ojalá se le haga realidad el sueño mexicano», expresó el hombre a EFE.
México es el tercer país con más peticiones de asilo del mundo, solo por detrás de Estados Unidos y Alemania, según el Gobierno mexicano, que contabilizó 78.975 solicitantes en 2024.
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