Se nos fue Frank Graterol.
Para mí era un niño grande.
Me llamaba «mi pana».
Era una verdadera enciclopedia del deporte, pero no sólo sabía de la historia del deporte, también era un verdadero estratega del juego. Sus análisis solían ser muy acertados.
Un trabajador infatigable y responsable. En varias ocasiones le «hale las orejas» por sus excesos.
El año pasado, con el fracaso del Magallanes, gozó burlándose de mi fanatismo por los Navegantes. Era de los Leones del Caracas.
Hoy, Frank, volviste al origen, te fundiste con el Padre. ¡Cuánta falta nos harás! Falta en cuanto a estar en cuerpo presente, porque sé que seguís con nosotros, Vos sos de los que no abandonan. Para mí y para la comunidad de Diario de los Andes es un golpe muy duro. Lo queríamos mucho.
A su Papá, Francisco, un fraternal abrazo, y mis condolencias para toda su familia.
Descansa en paz, mi querido Pana.
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