Ciudad de México, 11 mar (EFE).- La candidata presidencial opositora Xóchitl Gálvez acusó este lunes al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, de «meterse» en la elección al polemizar sobre su propuesta de cerrar las refinerías de Cadereyta y Ciudad Madero, ambas al noroeste del país, por la contaminación.
“Al presidente no le importa que se muera la gente, lo que él quiere es meterse a la elección y debatir conmigo”, señaló la representante de la coalición Fuerza y Corazón por México durante una conferencia de prensa.
Gálvez respondió así al mandatario mexicano, quien horas antes defendió las refinerías de Petróleos Mexicanos (Pemex), pues dijo que “los conservadores” buscan darle marcha atrás “a la política nacionalista” que él defiende.
La política aclaró que ella no planea cerrar la refinería de Tula, cercana a la capital mexicana, pero señaló que en el caso de la de Cadereyta, en la zona metropolitana de Monterrey, el problema con el azufre “es criminal” por la falta de mantenimiento, al igual que la de Ciudad Madero, en el estado de Tamaulipas.
Defendió que los niños y jóvenes que viven cerca de dichas refinerías son los más afectados.
“No se debe envenenar a México para refinar gasolinas”, enfatizó.
Indicó que está en proceso un estudio para trazar la ruta de la transición energética para ambas regiones, al agregar que una opción es impulsar la industria petroquímica.
“Vamos a empezar una mesa de trabajo para ver cuál es el mejor destino”, apuntó.
La polémica también ha crecido porque el candidato presidencial del opositor Movimiento Ciudadano (MC), Jorge Álvarez Máynez, pidió clausurar la refinería de Cadereyta, considerada la principal fuente de emisiones de la zona metropolitana de Monterrey, y la de Tula, acusada de contaminar la capital mexicana.
El Gobierno de López Obrador ha invertido cerca de 574.000 millones de pesos mexicanos (más de 34.000 millones de dólares) en Pemex desde diciembre de 2018, según expuso el director general de la petrolera, Octavio Romero Oropeza, en enero pasado.
Esto incluye la rehabilitación de las seis refinerías existentes, la adquisición de Deer Park en Estados Unidos y la construcción de la nueva de Dos Bocas, en el sureste mexicano.
Pemex producía 300.000 barriles diarios de gasolina, diésel y turbosina en noviembre de 2018, un mes antes del inicio de esta Administración, pero en 2023 cerró en 655.000.
López Obrador argumentó este lunes que México no puede cerrar las refinerías porque quedaría «a expensas del mercado internacional», lo que, según él, elevaría el costo de los combustibles.