Mesetas de Chimpire no está en el mapa del Gobierno

Gente de Caicagüita, Teresa Andrade, Las Palmitas, Las Malvinas y siete sectores más, se alzaron. Fotos: Oswaldo Vergara

Ni los satélites Simón Bolívar, Miranda o Antonio José de Sucre, lanzados al espacio, pueden captar la geografía de las Mesetas de Chimpire, sector ubicado en San Rafael de Carvajal, del estado Trujillo. Esto según las declaraciones de sus habitantes, quienes se sienten como en un pueblo fantasma. En consecuencia, se molestaron y trancaron el Eje Vial, específicamente en el sector de Coco Frío y el puente El Ramal.

Vida tribal

A punta de troncos y ramas impidieron el tráfico de esta carretera desde las 5 de la mañana hasta el mediodía. “Las razones sobran”, dijeron los manifestantes. Tienen al menos 6 meses con fallas en el suministro de gas, años sin agua, líneas de teléfono e internet. Un antropólogo se sorprendería del avance de esta civilización escondida, que ha sabido sobrevivir con fogones, camiones cisternas y señales de humo. Por si fuera poco, denunciaron que los políticos de turno se pelean por sus votos, pero llevan más de seis meses sin ofrecerles las cajas del Clap. Con la falta que les hace para tener una “feliz navidad”.

Además, tienen problemas con la recolección de desechos y el transporte público. Este último, cada día más caro y escaso. Sus ganancias se ven mermadas para tapar la desidia en los servicios, que debe garantizar el Estado. Compran leña para hacer el fuego, un tanque de agua puede costar hasta 50 mil bolívares y un pasaje a Valera está en 3 mil (de día, porque en la tarde aumenta).

La Policía Estadal se presentó en la protesta e intentó dialogar con la gente para abrir el paso. Sin embargo, hubo desaciertos e intercambios de insultos. Finalmente, la protesta fue disuelta y una comisión de la comunidad se dirigió a los organismos competentes.


Mónica Méndez: “somos marginados por el Gobierno. Nos olvidaron. No tenemos gas desde hace 6 meses, el agua llega cada 8 días y de madrugada. El Clap no nos llega desde hace seis meses”.

María Azuaje: “tiene seis meses que no le llega el gas, cocino con fogón. Ya no sé lo que es una cocina. El agua también es un problema. Por llenar un tanque pequeño me cobran 25 mil bolívares”.

Héctor Godoy: “el problema más grave es el agua. Tenemos 6 años pagando cisternas y los precios aumentan sin control. También las carreteras están llenas de huecos y los camiones no quieren pasar”.

Magdalena Rojo: “en esta protesta los funcionarios parecen que no fueran seres humanos. No nos respetan. Nos insultaron y si ustedes no llegan, nos hubieran golpeado. Son indolentes con el pueblo”.


Lo cortés no mancha el uniforme

En Coco Frío, los funcionarios debieron lidiar con una comunidad, con toda razón, enardecida, que los acusó de abusadores. Ellos se justificaron, simplemente querían abrir el paso a los visitantes y comerciantes, que llegan a nuestro estado por esta importante vía. En la foto se observa cómo los uniformados ayudaron a un conductor accidentado, a causa de la protesta.


“Tengo 10 años esperando una línea telefónica de Cantv y nada. En Las Mesetas hay dos escuelas y ninguna con internet, estamos en retraso” María Ramos


Abuelos desvelados

Los adultos mayores no pegaron el ojo en la noche. No precisamente para irse a las misas de aguinaldos, sino para buscar los “realitos” de la pensión, que se les van en comida o medicinas. Muchos amanecieron en las colas de los diferentes bancos de la ciudad, arrecostados a las paredes o sentados en el suelo. Un muchacho se fue a las 6:00 de la mañana para “no hacer cola” y se encontró con una fila de 150 abuelos y abuelas desvelados. ¿Será que no habrá otra solución para estos seres que dieron su juventud por levantar este país?


Gracias a Dios los reyes magos andan en camellos

Afortunadamente los reyes magos andan en camellos, porque si tuvieran carros, tendrían que someterse a la tortura de pasar largas horas en las colas de las estaciones de servicio del estado Trujillo. En un recorrido hecho por el Diario de Los Andes, se observaron filas kilométricas en las principales bombas del Eje Vial y de Valera. Carros grandes, pequeños, viejitos y lujosos, todos por igual, permanecían en la espera de la gasolina. Ese combustible que mueve nuestro mundo sobre ruedas.


No llegaron al oasis de la gasolina

Las historias encontradas en las colas de las gasolineras son variadas: unos conductores necesitan salir del estado en Navidad, otros son transportistas, comerciantes o taxistas, que no pueden apagar sus motores, pues dependen de sus vehículos. Pero cada vez son más frecuentes los relatos de conductores que se quedaron varados antes de llegar a las estaciones de servicio y deben recurrir a las pimpinas para devolverle la vida a sus motores. Choferes de la región, tomen sus previsiones en esta época.

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