Mérida gallarda cumplió 463 años

Foto de Yanara Vivas

@YanaraVivas /SNTP 6961/CNP 16770

El pasado sábado 9 de octubre, se cumplieron 463 de la fundación de Santiago de los Caballeros de Mérida, en el primer asentamiento ubicado en el poblado La Guazábara, hoy conocida como San Juan de Lagunillas. La primera de las tres fechas señaladas por los historiadores.

Recordemos, la segunda fundación, se establece el 1ro de noviembre del mismo año, 1558, ubicándose en La Ranchería, hoy La Parroquia, y la 3ra fecha, 6 de junio de 1559, según el libro de Roberto Picón “Primeros pobladores y familias de Mérida desde 1558-1810” ubica a Mérida donde se conoce hoy día.

Desde entonces Santiago de los Caballeros de Mérida, se ha reinventado, sobrepuesto, recuperado y reconstruido de terremotos, como el Gran sismo de Los Andes ocurrido el 28 de abril de 1894, demostrando su gallardía, entereza, pero sobre todo el valor y determinación de su gente a superar cada adversidad.

Este aniversario, no ha sido muy diferente a un día cualquiera en los últimos años. La ciudad de don Tulio Febres Cordero, de tantos merideños ilustres, sobrevive ante el regreso de apagones ante lo que el especialista Pedro Omar Mora denomina “la debacle en los sistemas de generación termoeléctrico en Zulia y en Carabobo” causante de “cortes de luz más frecuentes y prolongados, al solo depender del sistema eléctrico de Guayana, para todo el país” empeorando pues “somos la cola del sistema eléctrico interconectado”.

Otro servicio afectado, esta vez por la falta de presupuesto para el mantenimiento adecuado del vertedero Lomas del Calvario, es la recolección de desechos sólidos, observándose con frecuencia montones de basura acumulada, donde la falta de sentido de pertenencia de la ciudadanía interviene en gran medida, con esa costumbre aprendida de lanzar la basura donde sea y cuando sea, ignorando normas sanitarias y hasta de buena educación.

La universidad por su parte, otrora orgullo emeritense de rebeldía y formación, pareciera a ratos sucumbir ante la asfixia económica y en otros, sale a flote por el orgullo de quienes se niegan a abandonarla, aunque ello no sea suficiente. Mientras los estudiantes insisten hacer valer sus derechos, convirtiéndola en símbolo de resiliencia y “zona de valientes”.

Las colas para surtir combustible, son otro añadido obsequio diario. Sin explicación coherente, para justificar la carencia de combustible en un país petrolero, ni mucho menos, el que, en otros estados se consiga de manera casi normal; ello no logra doblegar el espíritu de Santiago de los Caballeros, sorteando dificultades para continuar.

Otro ejemplo de resiliencia es sin lugar a dudas el turismo. Apostando, reinventándose, buscando alternativas para reimpulsar una ciudad, y un estado, con tantas maravillas naturales, calor humano y sin miedo al reinicio y la reconstrucción económicas, contando casi exclusivamente con el factor humano.

Mérida cumplió 463 años, gritando más fuerte que nunca su determinación a ser otra vez la tierra dadora de alimento físico e intelectual, referencia mundial, indomable. La dama deseada por muchos, pero incansable para quienes no la merecen.

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