Un ataque con cloro en el distrito damasceno de Guta Orientalmató a un niño de asfixia este domingo por la tarde. Lo denunciaron médicos locales a través de un comunicado, junto al cual transmitieron, a este periódico, varias fotografías de otras víctimas de gas siendo atendidas con bombonas de oxígeno. Al menos 18 personas resultaron perjudicadas por el ataque, del que se acusa a las fuerzas leales al Gobierno del presidente Bashar Asad, a las que la ONU ya ha acusado en el pasado de lanzar gas cloro sobre civiles.
«El domingo 25 de febrero, algunos casos fueron atendidos en las instalaciones médicas del barrio de Shaifuniya, Guta Este, a las 6:30 pm, con síntomas de disnea, irritación intensiva de las membranas mucosas, irritación de los ojos y mareos; estos casos son consistentes con una exposición a gas cloro tóxico», asegura el mensaje de la dirección opositora en Guta. «Al menos 18 víctimas fueron tratadas con sesiones de oxígeno nebulizado. Un niño murió y un bebé de cuatro meses permanece bajo ventilación».
El ataque llega un día después de que el Consejo de Seguridad de la ONU, tras dos días de discusiones, aprobase una resolución con una «demanda» de una tregua humanitaria en toda Siria que resultó fútil a todas luces. Ayer, los bombardeosmataron a 32 personas en Guta, rodeado por zonas oficialistas que, según medios oficiales, recibieron el impacto de proyectiles de mortero procedentes de zonas alzadas, sin provocar víctimas mortales.
La oposición siria y Naciones Unidas, tras varias misiones de investigación, han acusado a la administración Asad de emplear gas cloro y sarín contra civiles. El mismo distrito de Guta Oriental fue, en agosto de 2013, víctima de un ataque que dejó cientos de muertos. El pasado enero, Guta volvió a ser objetivo de dos ataques con cloro, según denunciaron fuentes opositoras. El cloro, usado como arma, es menos letal que el sarín, pero puede provocar muerte por asfixia.
El Ejecutivo de Bashar Asad y su aliada Rusia nunca han reconocido estos ataques, y han acusado de ellos a los opositores, bien denunciando que los grupos armados usan sus propias armas contra civiles o sugiriendo que se trata de montajes para provocar una reacción internacional. En 2014, la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas anunció que el Gobierno se había deshecho de todo su arsenal declarado de armas químicas. Pero fuentes diplomáticas han sugerido que no declaró todas las poseídas.