Madrid, 20 feb (EFE).- A pocos días de cumplirse un año de la invasión rusa de Ucrania, Médicos del Mundo advirtió este lunes de que los daños en la salud mental están entre los más graves que sufre la población, además de denunciar el bombardeo de las estructuras sanitarias.
«El impacto sobre la salud mental es devastador, el Gobierno de Ucrania ha dado cifras y más de la mitad de la población necesita y necesitará apoyo psicosocial», afirmó este lunes por videoconferencia Marina Vidal, coordinadora de esta ONG para la emergencia en Ucrania.
Entre la población civil hay más de 7.000 muertos y 11.000 heridos, cinco millones de desplazados dentro del país y unos ocho millones de ucranianos que salieron, indicó, a su vez, el presidente de Médicos del Mundo España, Pepe Fernández, en una rueda de prensa en Madrid.
La ONG trabaja en Ucrania desde el 2015 y, tras la ofensiva rusa, se centró en apoyar al sistema público sanitario, que perdió mucha capacidad a causa del conflicto.
SALUD MENTAL: RETO HOY Y EN EL FUTURO
«El estrés postraumático es el principal impacto directo, pero junto con él están los trastornos adaptativos, como del sueño y neurosis, y también agravamiento de las patologías mentales por la ruptura de los procesos de asistencia o de suministros de medicación», describió Fernández.
Vidal insistió en que la situación psicosocial de la población es un reto ahora, pero «desgraciadamente lo será también durante los próximos años, aunque llegue la paz que tanto deseamos».
La salud mental es una de la prioridades de Médicos del Mundo, de manera que es muy importante el apoyo psicosocial, ya que ayuda a amortiguar el impacto de la guerra con unos mecanismos de resiliencia mayores.
Este trabajo se realiza en lugares de más violencia, zonas del este del país, donde se concentran los combates, y otras cercanas a las líneas del conflicto.
INFRAESTRUCTURA Y PERSONAL AFECTADO
En las zonas de conflicto, más de 100 estructuras sanitarias, incluidas unidades móviles, están dañadas por los bombardeos y se han interrumpido muchos flujos de suministro de productos y material, como medicamentos, y también los canales de distribución y aprovisionamiento de los centros sanitarios.
Fernández no considera que las infraestructuras sean objetivos bélicos, pero aseguró que no se están respetando las normas del Derecho Internacional Humanitario en cuanto a preservar los dispositivos de asistencia médica y los flujos y canales de aprovisionamiento sanitario.
Además, denunció que casi el 70 % de los ataques directos a infraestructuras sanitarias en todo el mundo están ocurriendo en Ucrania. «Más de 100 personas muertas entre el personal sanitario y algunas decenas más de heridas», denunció.
El daño del sistema sanitario se ve agravado con la población desplazada, ya que eso satura los servicios de salud en localidades fuera de la zona activa de la guerra.
POBLACIÓN MÁS AFECTADA
Ucrania es un país con una población ya envejecida y, como consecuencia del conflicto, las personas mayores tienen graves dificultades para recibir asistencia sanitaria.
En este grupo se incluyen personas con diferentes tipos de discapacidad física, que son más vulnerables. Además, hay un déficit asistencial en procesos crónicos o graves que se han visto dañados por la reducción de las capacidades sanitarias, como los procesos oncológicos, diabetes e hipertensión.
“Cuando esas personas llegan a las unidades móviles de Médicos del Mundo, se sabe que no se han alimentado, no tienen acceso a agua potable ni calefacción, y todo eso influye» en su estado, constató Vidal.
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