París, 26 oct (EFE).- El delantero francés Kylian Mbappé mantiene al ralentí la negociación para prolongar su contrato con el París Saint-Germain, que acaba en junio de 2022, y exige un proyecto deportivo de envergadura, capaz de alzarse con la Liga de Campeones.
El club de la capital francesa, por su parte, ha situado la renovación del atacante de 21 años como su prioridad absoluta, incluso por delante de la del atacante brasileño Neymar, cuyo contrato expira en el mismo momento.
El director deportivo del PSG, el brasileño Leonardo, tiene el mandato de los propietarios cataríes de la entidad de convertir a Mbappé en el gozne en el que pivote el proyecto deportivo del club, por lo que azuza a sus representantes, que son sus padres, para acelerar en la firma de un nuevo contrato.
El contacto es permanente y las reuniones regulares. La última, según revela el diario «L’Équipe», la pasada semana.
Pero en el clan del jugador, antes de empezar a hablar de las condiciones financieras, la duración del contrato y otras cláusulas, exigen un proyecto deportivo potente, lo que choca con el actual contexto de depresión económica provocada por la pandemia.
Como el resto de los grandes clubes europeos, el PSG ha tenido que apretarse el cinturón, ante la caída de los ingresos por taquilla y productos derivados.
El mercado de fichajes ha sido modesto y el club cifra en 100 millones de euros las pérdidas que pueden registrarse en la actual temporada a causa de la COVID-19.
Leonardo tiene problemas para presentar a su estrella un proyecto de garantías, con la llegada de otros fichajes de peso que le convenzan de que el actual proyecto, marcado por la ambición, no es flor de un día.
El contacto es casi permanente entre el director deportivo y los padres del futbolista, que no cierran la puerta a la renovación, pero que saben que el próximo contrato que firme el delantero va a ser clave para su carrera.
Mbappé parece tener muy claro un diseño de carrera en su mente. En varias entrevistas ha desvelado que cuando en 2017 firmó por el PSG procedente del Mónaco por 180 millones de euros, el segundo traspaso más elevado de la historia, lo concebía como una etapa intermedia.
El jugador quería seguir creciendo en París antes de dar el salto a una gran entidad europea. El Real Madrid y el Liverpool tienen bien anotada esa voluntad y le esperan con los brazos abiertos.
Entretanto, el PSG ha crecido. Poco antes del fichaje de Mbappé arrebató al Barcelona a Neymar a cambio de 222 millones y el equipo, hegemónico en Francia, dio un paso al frente la pasada temporada en Europa al alcanzar la final de la Liga de Campeones.
Los propietarios cataríes mantienen su proyecto de conquistar esa competición y ahora Mbappé ha superado a Neymar como eje prioritario.
Aunque el jugador brasileño sigue siendo clave en el juego del equipo, el atacante francés está siendo más decisivo. El pasado sábado solo necesitó 10 minutos para marcar el segundo doblete en los últimos cinco partidos, lo que le coloca al frente de la tabla de anotadores de Francia.
Además, la personalidad de Mbappé parece más sólida a la hora de situarle como referente del equipo, mientras que Neymar se comporta de forma más individualista.
No se olvida en el club que el brasileño forzó al final de la pasada temporada su salida del club y que solo la falta de liquidez del Barcelona, su destino elegido, evitó poner fin a su aventura parisiense.
Como una pescadilla que se muerde la cola, los dos jugadores pueden hacer depender al tiempo su continuidad a la del otro y, ambos, convertirse en un factor de atracción para las estrellas que ambos exigen para poder ganar títulos europeos.
De la capacidad de Leonardo de crear ese círculo virtuoso, que precisará de un acompañamiento financiero incierto a causa de la situación sanitaria, dependerá en buena medida la continuidad del francés.
Luis Miguel Pascual