Por Elvins Humberto González
Comienza mayo, el mes de María Auxiliadora, uno de los regalos más grandes que nos dejó Don Bosco. Y una vez más nos acercamos a Ella en busca de su auxilio y protección.
En un tiempo que nos atraviesa con muchas preguntas, María nos trae la respuesta de su amor inmenso de Madre hacia todos sus hijos y sus hijas. Ella viene a nuestro encuentro para llevarnos un poco más cerca de Jesús. Y nosotros vamos con confianza, porque nos espera y porque siempre podemos estar cerca de Ella.
En este mes de mayo dirigimos nuestra mirada hacia María de Nazaret, madre de Jesucristo y madre nuestra, por tal motivo, todos quienes tenemos espiritualidad Salesiana nos disponemos a celebrar la fiesta de María Auxiliadora. Una buena oportunidad para renovar la devoción a la Virgen y hacerla más auténtica. Es decir, una devoción que debe llevarnos en primer lugar a admirarla, contemplando en Ella las maravillas de Dios y reconocerlas también en nuestra propia vida; en segundo lugar, darle culto, reconociendo su justo y adecuado papel en la obra de la Salvación y superando las devociones superficiales y milagreras que no comprometen con la realidad ni nos conducen a Jesucristo, centro de la vida cristiana; y en tercer lugar, imitarla, es decir, a hacer nuestras las actitudes, los valores y comportamientos que ella vivió como verdadera discípula del Señor.
Es el mes de las “florecillas” que eran consejos o propósitos que San Juan Bosco daba a los jóvenes para ofrecerlos a María en mayo. “Para contentar a la Virgen hagamos todo lo que podamos, recibiendo los santos sacramentos y practicando las florecillas”, decía don Bosco.
Ella, la Madre de Dios, es el mejor modelo para llegar a ser misericordiosos como el Padre. Dios quiso, sin dudas, escogerse una Madre adornada especialmente de la cualidad o virtud que a Él lo define, así reflexiona el Padre Salesiano Delio Barreiro, quien afirma, “María debió vivir la virtud del amor, de la caridad en grado elevadísimo. Fue, ciertamente, uno de sus principales distintivos. Es más, Ella ha sido la única creatura capaz de un amor perfecto y puro, sin sombra de egoísmo o desorden. Porque sólo Ella ha sido inmaculada; y por eso sólo Ella ha sido capaz de amar a Dios, su Hijo, como Él merecía y quería ser amado”.
El deseo es, que en este mes de María Auxiliadora, la Virgen del amor, Ella pueda llenar de ese amor verdadero nuestro corazón para que sea más semejante al suyo y al de su Hijo Jesucristo.
Reflexiones de Don Ángel Fernández
El P. Ángel Fernández Artime, Rector Mayor de la Sociedad Salesiana, reflexiona sobre el amor por María Auxiliado y la profundidad que Ella tiene entre el pueblo.
Don Ángel Fernández fue elegido como Rector Mayor por el XXVII Capítulo General, el día 25 de marzo de 2014. Es el X Sucesor de Don Bosco.
Motivos para la esperanza
- “Siempre me ha impresionado la profunda fe del pueblo. Siempre me quedo sobrecogido contemplando a las miles de personas que he visto, con sus historias de vida, con sus lágrimas, con sus agradecimientos por gracias recibidas. Y todo esto me habla de un misterio en Dios. Algo muy grande sucede cuando después de dos mil años seguimos sintiendo que Ella es nuestra madre también hoy”.
- “Si algo hemos aprendido sobre cómo acercar a nuestros muchachos y muchachas a María, se lo debemos a Don Bosco. Él fue todo un genio en esta pedagogía y hacía sentir a sus chicos, muchos de ellos huérfanos, que la madre de Jesús era también mamá para ellos”.
- “Don Bosco fue un genio en la pedagogía de lo concreto, en hacer de la vida, con su dureza y exigencia, un motivo permanente para estar alegres y felices. Y por eso, al día de hoy en las casas salesianas generaciones de exalumnos y jóvenes llevan grabado en el corazón el amor a la Madre y la certeza de que confiando en Ella se descubre qué son los milagros, como el mismo Don Bosco ha prometido”.
- “Tenemos motivos para la esperanza, porque Jesucristo resucitó y con Él la vida cobra pleno sentido. Y unidos a su Madre, que sufrió el desgarro del alma al perder a su único hijo, gozamos de este presente de Dios que no tiene fin. Por eso, en un mundo que sigue golpeado, que ve la luz pero que todavía se encuentra en el túnel con oscuridad, tiene pleno sentido nuestra plegaria en este hermoso mes de mayo a Ella, a la Madre”.
-Con inflación de: Boletín Salesianos, P. Francisco Méndez, P. Delio Barreiro
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