Dentro de su propiedad le quitaron la vida al agricultor Alirio Enrique Vásquez Parra de 60 años; se sospecha que un grupo criminal estaría detrás de su muerte, puesto que además de las heridas por arma de fuego, lo decapitaron
Dentro de la finca Vientos Arriba le quitaron la vida al propietario, se trataba de Alirio Enrique Vásquez Parra (60) salvajemente asesinado por motivos desconocidos, pero los autores materiales del crimen lo atacaron con alevosía.
En la finca ubicada en Aguas Calientes, parroquia Valerita del municipio Miranda ingresaron hombres peligrosos con la intención de matar, y así lo hicieron contra el dueño a quien le propinaron lesiones con arma de fuego y además lo decapitaron.
La crueldad tiene la marca de los bandidos de la Panamericana; pudo tratarse de la negativa del agricultor por ceder ante los delitos de extorsión, cobro de vacuna o entrega de armas.
Al parecer los maleantes de la zona baja y Panamericana eligen a algunas personas para que les paguen como vacuna, no dinero, sino armas y municiones, para poder equipar a los hombres que constantemente ingresan a sus filas y además actualizar el armamento.
De allí que los sospechosos presuman el poderío con rifles, escopetas, fusiles, pistolas, revólveres, granadas fragmentarias, chalecos antibalas y otros implementos de combate, casi como grupos militares.
Pero la causa que llevó a la muerte antes de tiempo al agricultor Vásquez Parra no ha sido develada; los cuerpos de investigación criminal apenas inician el trabajo; colectaron evidencias en el lugar de los hechos, pero testigos y familiares no pueden hablar, prefieren no decir ni una palabra ante el peligro que representa. El temor de perder la vida y que la familia se reduzca por causa de los bandidos de la Panamericana, les obliga a callar.
Los allegados a la víctima decidieron no comentar nada de lo ocurrido. Esperaban por la entrega del cuerpo para llevarlo a su última morada.
Familia
Se pudo conocer que el hoy occiso tenía residencia en el municipio Pampanito, sector Butaque pero producto de su trabajo había comprado una finca en la parroquia Valerita y mientras se encontraba allá el pasado viernes, los maleantes le sorprendieron y le causaron la muerte.