Eduardo Viloria/DLA.- La pandemia llevó a que los seguidores de la fiesta de las requintas y los tambores que se celebran en Betijoque, fueran cumplidas en años anteriores de manera aislada, al no conceder permiso las autoridades a la celebración de la fiesta de calle, como era costumbre, permitiendo en las salidas del santo por las calles del poblado, que se cumpliera el recorrido de los sectores escogidos, pero en vehículo.
El Santo en una camioneta y los tamboreros en un camión, lo cual se cumplió en los dos años anteriores, para acatar la recomendación de las autoridades, y para no dejar que la tradición feneciera, -pues esta se lleva en el alma y en el corazón- tal como lo dijo el Cronista local Gustavo Salas Cubillán, al observar, este sábado 19 de diciembre, día del Trincherazo, a los niños de la Escuela de Sanbeniteros, al lado de los adultos, que conducían el Santo con gran entusiasmo al destino escogido, Las Trincheras, tal como esta instituido.
Como es costumbre, el tercer sábado de noviembre San Benito, es llevado desde el templo San Juan Bautista bajando por la avenida 4 o calle Candelaria a Las Trincheras, día en que suenan duro las requintas y tambores en Betijoque.
En la mañana al inicio de la programación, hubo misa oficiada por el presbítero titular de la parroquia San Juan Bautista, Edgar Torres, después se hicieron sonar las requintas y los tambores, como una especie de minutos de silencio, por los que seguidores de la fiesta que ya se fueron, Ismael Pérez y Ernesto Arrieta.
Antes ya concluida la ceremonia Eucarística, intervinieron en mensaje dirigido a los presentes, el sacerdote oficiante de la misa Edgar Torres y el Mayordomo Mayor de los Sanbeniteros Rafael Figueredo, quien llamaba al grupo que animaba el minuto de tocata a cumplir con la ceremonia, teniendo a su lado la imagen del Santo, donde uno a uno fueron pasando los Sambeniteros, santiguándose para la jornada que les esperaba como seguidores de la actividad festiva, que hicieron su entrada por la puerta central del templo hasta el lugar donde se encontraba el San Benito, objeto de la fiesta y del homenaje que se cumplía.
En estas salidas de San Benito solo hace de cargador un caballero identificado como capitán de recorrido, porque las encargadas de llevar y traer la imagen, es responsabilidad de las damas cargadoras, organización que cuenta con unas 30 afiliadas, sin embargo en las salidas no asisten todas, idenficándose las que les tocar llevar al santo, como cargadoras.
Al son de las requintas y tambores, San Benito salió del templo San Juan Bautista, tres pasos adelante dos hacia atrás, hasta tomar el santo y sus seguidores el camino que los conducirá a su destino.
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